domingo, 20 de julio de 2014

Maryjose Gamboa, libertad bajo palabra

“Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra,
libertad que se inventa y me inventa cada día”.
Octavio Paz

Armando Ortiz
El Hijo Pródigo

Pensar es una de las libertades que el cautiverio no puede suprimirnos. La escritura, que es una extensión del pensamiento, tampoco se puede suprimir, a menos que nos aten de manos o la reclusión sea absoluta. Parafraseando a Octavio Paz, allá, donde terminan las fronteras, donde empieza el silencio, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, nos queda la palabra.
Miguel de Cervantes fue hecho cautivo en varias ocasiones. El más célebre de sus cautiverios lo sufrió en Argel, cuatro años después de la batalla de Lepanto, donde perdiera la movilidad de su mano izquierda. Cuentan las crónicas que a pesar de estar enfermo, Cervantes no quiso quedarse sin pelear y combatió como el más fiero de los soldados. En 1575 Cervantes fue hecho preso en Argel; cuatro veces intentó escapar y las cuatro veces fracasó, ya sea porque alguno de los que lo acompañaban lo traicionó o porque sus planes no estuvieran bien trazados. Pero cuando lo atrapaban nunca echó la culpa a sus compañeros de escape, antes bien él siempre dijo ser el único que había planeado todo. Al final 500 escudos fueron suficientes para que obtuviera su libertad en 1580.
Pasados los años fue hecho cautivo en dos ocasiones más; en una de esas fue internado en la cárcel de Sevilla, en 1597. Cuenta el mismo Cervantes que fue en ese cautiverio donde gestó la que habría de ser la más grande de sus obras El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Sí, ahí la gestó, pero sus cautiverios anteriores sirvieron para que su obra tuviera una dimensión inusitada. Sólo un hombre que hubiera sufrido esos cautiverios podría expresarse de esta manera sobre la libertad. “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
En el año de 2009 publiqué el volumen titulado Letras cautivas, una compilación de textos que incluye cuentos, poemas, cartas y un ensayo, todo escrito por los internos del penal de Pacho Viejo, Veracruz y los menores infractores que entonces estaban en Banderilla. Era el resultado de varios años de trabajo en las cárceles de Veracruz, dando para los presos un taller literario.
Durante esa temporada estuve visitando semana tras semana a los internos del penal. Antes había recorrido los más de 20 penales que existían en Veracruz. La experiencia me dejó mucho, pero siempre me habitó un sentimiento que nunca pude expulsar en aquellos años. Cada que me despedía de los internos me quedaba una nostalgia incómoda. Sabía que yo saldría de ese lugar, atravesaría las fronteras de ese encierro y haría mi vida, pero ellos, los internos, mis talleristas, se quedarían ahí; para algunos pasarían semanas, meses, años y todavía seguirían ahí.
Sí Sancho, la libertad “es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos”. Por eso a quién extraña las duras batallas que uno pueda dar tan sólo por mantener intacta nuestra libertad. Todavía más si injustamente se atenta contra ella, si se le quiere mantener a uno cautivo a pesar de las pruebas. Puede ser que aquellos que pugnan por un cautiverio injusto para Maryjose Gamboa, procuradores, ministerios públicos, “periodistas” (los que más se han ensañado), oportunistas y cualquier abogado advenedizo, lo hagan porque en realidad no conocen lo que es la libertad.
Los que propugnan por un cautiverio injusto son cautivos de sus pasiones, de sus apetitos obscenos, de sus bajezas, de sus rencores, de sus adulterios, de sus vicios. Su vileza es tal que hasta juzgan la bravura con que Maryjose Gamboa se defiende. ¿Pues qué esperaban cretinos? Ya lo dijo don Quijote: “por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida”.
Aparentemente Maryjose Gamboa se encuentra cautiva, pero ella sigue ejerciendo su libertad bajo palabra, escribiendo día a día los pormenores de ese cautiverio y con ello demuestra que nos podrán encerrar en una prisión, pero siempre nos quedará la alternativa de la palabra. Como escribiera Octavio Paz: “Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día”.
Postdata 1: Abogados oportunistas
Al final se dictó auto de formal prisión para Maryjose Gamboa, se le negó la posibilidad de que en libertad pueda enfrentar las consecuencias del accidente donde perdió la vida un ser humano. De hecho su libertad era necesaria para que se pueda resarcir el daño que involuntariamente causara. Los familiares están en su derecho de exigir justicia. Pero si ellos piensan que la justicia para su familiar fallecido es mantener cautiva a la periodista, si creen que con ello José Luis Burela encontrará el descanso eterno, si creen que como Lázaro volverá a la vida teniendo cautiva a la causante, pues entonces déjense llevar por ese oportunista abogado, al que lo único que le importa es quedar bien con quien verdaderamente le paga.
Postdata 2: La ley del IPE
“No falta dinero, lo que sobran son ladrones” era la leyenda de una de las pancartas que los opositores a la nueva ley del IPE mostraron a los diputados en las afueras del Congreso del Estado. Esa frase es la premisa que resume la historia y el destino de un instituto que sólo ha servido para enriquecer a los pocos, con las aportaciones de los muchos. Vaya como ejemplo un documento que nos llega vía email, donde se anota que una vez llegado a los sesenta años, Reynaldo Escobar, quien fuera alcalde de Xalapa, secretario de Gobierno y procurador de Justicia, fue jubilado con una pensión de 85 mil 806 pesos mensuales. Con esos pensionados, ¿cómo esperaban que no reventara el IPE? Por cierto, está implícito que Armando Adriano Faibre sale del IPE por ineficiente y corrupto. ¿Acaso pensarán dejarlo todavía ahí?
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com



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