domingo, 17 de agosto de 2014

Pactos políticos… reflexiones de un visionario

Armando Ortiz
El Hijo Pródigo

Como parte de una labor didáctica que se ha extendido ya a varios años, Ignacio Vázquez Torres ha recorrido todo el territorio veracruzano para dictar cátedra sobre historia y política. Vázquez Torres sabe de lo que habla. En 1995, siendo presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, Vázquez Torres contendió en la elección extraordinaria en Guanajuato donde se disputaban la gubernatura el candidato del PAN, Vicente Fox y el candidato del PRI, Ignacio Vázquez Torres. Él puede decir lo que pasó porque le toco vivirlo. En un libro publicado en 2012 por la UPAV y titulado ¿Alternancia? Testimonios, percepciones y reflexiones, Vázquez Torres relata esos momentos históricos que fueron el principio del ascenso de un régimen alternativo, el régimen del cambio que resultó ser un vil “gatopardismo”, es decir “hacer como que las cosas cambian para que sigan igual”.
Vázquez Torres explica de manera precisa las razones del ascenso, pero también los pormenores de la debacle de ese régimen; a mi parecer dos sexenios funestos, uno gobernado por la imbecilidad y la bipolaridad de Vicente Fox y otro sexenio gobernado por la ebriedad y la visceralidad de Felipe Calderón.
En ese mismo libro Vázquez Torres suma buena parte de su experiencia política tratando temas que afectaron profundamente a Veracruz. A él le tocó, a principios de los setentas, ser el delegado del PRI en Veracruz cuando no se acababa de definir quien habría de ser el candidato que sustituyera a don Rafael Murillo Vidal, entonces gobernador de Veracruz. A Vázquez Torres le tocó vivir de cerca, muy de cerca, el famoso Carbonelazo. Manuel Carbonell de la Hoz se perfilaba como el sucesor de don Rafael Murillo Vidal. Ya los grupos satélite del PRI, el campesino, el popular y el de los trabajadores, estaban listos para ungirlo como el candidato y seguro sucesor, hasta que Reyes Heroles, entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en entrevista al periódico Excélsior, soltó las famosas palabras que fueron ocho columnas y que lo cambiaron todo: “Yo como veracruzano no he votado por él”. Carbonell de la Hoz cayó y el candidato fue Rafael Hernández Ochoa.
Pero la voz de Ignacio Vázquez Torres no se apaga, antes bien sigue vigente y como un apóstol político va de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, recorriendo el territorio veracruzano, auspiciado por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, dictando conferencias, planteando escenarios futuros, explicando los conceptos que los diputados y senadores de la República sueltan a bocajarro y con la intención de confundirnos.
En su más reciente libro, Pactos políticos. Alianzas incompatibles, publicado también por la UPAV en su colección “Testimonios”, el político guanajuatense, como un gran visionario anticipa, desde el título, que los partidos políticos, como el agua y el aceite, no se pueden mezclar. En su presciencia activa Vázquez Torres anticipa el escenario que actualmente se está viviendo en nuestro país. El partido gobernante sólo pacta para conseguir sus fines, sólo pacta para obtener, cede para acorralar y concede para exterminar.
Si los dirigentes del PAN hubieran tenido este libro en las manos antes de pactar con el gobierno federal se estuvieran ahorrando muchos dolores de cabeza. Y es que una vez terminado el pacto, una vez finiquitado el contrato, el gobierno de la República lanzó una campaña de desprestigio en contra de sus adversarios políticos, aprovechando por supuesto los deslices de una clase política hipócrita que, como dirían las abuelas, “tragan santos y cagan diablos”. Los panistas promueven desde el senado una Comisión para la Familia y el Desarrollo Humano, en la que pretenden luchar en contra del aborto y de las “bodas gay”, pero en el seno de su partido, los padres de familia panistas, hombres “honorables”, se divierten contratando putas y chichifos para relajarse del trabajo legislativo, para su esparcimiento y diversión, todo pagado por el erario público.
En Pactos políticos. Alianzas incompatibles, Vázquez Torres analiza los pormenores de esas alianzas entre partidos, habla de traiciones a la identidad nacional, de la importancia de los debates en las campañas, de los medios de comunicación y del uso de la desinformación. Habla también de la trasformación del IFE, del poder de las redes sociales y de la diferencia que hay entre gobierno y gobernabilidad.
A Vázquez Torres le dicta la memoria, pero también la experiencia. La historia se repite constantemente, está en continuo movimiento. La historia tiene un vicio del que no se ha podido rehabilitar, siempre vuelve a recorrer los mismos caminos. Vázquez Torres lo sabe y por lo mismo, cuando escucha de pactos, alianzas, reformas y transformaciones, entiende que la historia otra vez va a recorrer los mismos caminos, los caminos que él también ha transitado y que sabe muy bien hacia dónde conducen.

Postdata 1: Juanelo el culto, Juanelo el estulto
Apenas llegué a Coatepec para presentar el libro Río de frente de Silvia Tomasa Rivera, cuando algunas personas me abordaron para quejarse del presidente municipal, Roberto Pérez Moreno, el famoso Juanelo. Una de estas personas me entregó la “Opinión del Círculo cultural regional coatepecano” sobre el cambió arbitrario que hiciera Juanelo del escudo municipal de Coatepec. De manera muy precisa este grupo de intelectuales coatepecanos explica la manera artera en que el alcalde agredió la identidad, el origen ancestral y los valores culturales de un pueblo, sustituyendo, con una ilustración kitsch, el escudo de Coatepec que data de mediados del siglo XX. Me decía un amigo que me acompañaba: “Que se den de santos, conociendo a Juanelo antes no puso a su leona o a un burro como emblema de su gobierno”. Por cierto, muy ocupado ha de andar Juanelo y sus secuaces, pues a pesar de que estaba anunciada su presencia para entregar un reconocimiento a la poeta Silvia Tomasa Rivera, el señor brilló por su ausencia, lo mismo que sus regidores. Ya lo decía mi padre: “Cuando alguien tiene cara de imbécil, no te quepa duda, es un imbécil”. Y con esa cara todavía tiene la ocurrencia de hacer un festival cultural a Gabriel García Márquez y con la presencia del embajador de Colombia. ¡Vaya disparate! Ya les informaremos.

aortiz52@hotmail.com

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