lunes, 16 de julio de 2007

Los Herrera Borunda y los Murat

* El amor que se recibe en casa, habrá de prodigarse fuera de ella. Un ejemplo de ello son los muchachos Herrera Borunda.
Hace unos días, los hijos de José Murat visitaron en esta ciudad capital a los jóvenes Herrera Borunda, quienes los invitaron a comer al Puerto jarocho.
Para seguridad de todos los jóvenes, fueron acompañados por elementos de ayudantía. En el trayecto a Veracruz, los Herrera se percataron del nerviosismo de Ayudantía y preguntaron si algo pasaba.
–Es que no tenemos dinero para las casetas, joven…
No hubo problema, uno de los Herrera sacó dinero y subsanaron el problema.
Al llegar al restaurante, los elementos de ayudantía esperaban en la mesa a los jóvenes pero sin pedir alimentos.
Un Herrera Borunda se paró y les preguntó si no iban a comer.
–No traemos dinero para comer…
La comida para los de ayudantía corrió a cuenta otra vez de los Herrera.
Se dice que el amor que se recibe en casa es el mismo que se ha prodigar fuera de ella. Se entiende que la infancia del Teniente Díaz Salas, mandamás de Ayudantía de Tío Fide, ha de haber sido dura, muy dura con su padre, Guillermo Díaz Gea.
Sólo por eso se entiende haya salido medio cuerpo de ayudantía desde su arribo (de arribista) al puesto.
Sólo así se entiende que traiga a sus muchachos son viáticos, sin dinero para casetas, sin gastos para gasolina.
Ojalá el gobernador volteara y buscara a aquellos hombres que lo apoyaron en su campaña… se daría cuenta que falta la mitad de esos hombres que creyeron en él.
El asunto estriba en esto: ¿Dónde está el dinero que supuestamente es para viáticos?
Hasta cuándo Ayudantía va a soportar al Teniente y seguir haciendo “vaquitas” para cumplir encomiendas, comer, pagar casetas…
Dos tipos de muchachos: Los Herrera Borunda y el Díaz Salas. Cada quién sabe cuánto amor les han dado sus padres para prodigarlo de esa forma.

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