Fernando Hernández Fernández
(El Marcaje)
Este tipo de semanas son las que más amo. Ésa que es post clásico del futbol mexicano. Más si mis Águilas desayunaron, comieron y cenaron birria. Qué rico es que a las Chivitas les den su pastilla de “Ubicatex”, justo como se ha dado en los dos recientes torneos. Y lo saboreo más cuando en los instantes que redacto estas líneas varios rayaditos piden clemencia. No hay que pedir eso, si tenemos claro que el Rebaño, en el momento, no existe y punto.
Y ahora me he quedado a la espera de las siempre “oportunas” declaraciones de Jorge Vergara, mmm, qué raro, no ha aparecido, pero bueno, creo que ya quedó claro quién manda.
Pero ahora quiero tocar el punto de otro equipo que quedó bien ubicado en una realidad severa, y conste que no es crucifixión, pero lo que le hizo Fuerza Regia de Monterrey a los Halcones UV Xalapa es algo que recordó las peores pesadillas del aficionado al baloncesto profesional en la capital veracruzana.
La memoria de muchos partidos con Ángel González en el banquillo volvió el sábado pasado. Dos ausencias y los emplumados fueron un desastre. No fue el mismo equipo avasallador y espectacular de semanas atrás, pero peor todavía que un solo hombre hizo como quiso a los albicelestes; así es, Omar Quintero hizo pomada al líder general del circuito, un solo tipo lo logró.
¿Qué pasó? Sencillo, el aro se cerró y la defensa de Xalapa volvió a exhibir las preocupaciones que tiene el actual coach, Andy Stoglin; y es que para las coberturas, los problemas de concentración son notorios en los Halcones. Eso quedó exhibido al ver una y otra vez a los regios que aparecían solos con tiros de larga y media distancia, que bueno, dicho sea de paso salieron con la mano caliente para lograr los encestes.
Pero ahora, ¿tanto se puede desdibujar un conjunto por las ausencias de Gustavo Ayón y Scott Freymond? Si es así, estamos fritos para el resto de la temporada y todo lo que vimos durante 15 jornadas fue un mero espejismo, pero hay que ir detalle a detalle, por ejemplo Carldell Johnson fue un hombre que se la rifó durante todo el partido, pero fue incapaz de contener a Quintero.
Víctor Ávila y Omar López hicieron un buen trabajo contra los hombres grandes de Monterrey, contra los que sí jugaron, porque los 2.36 metros de Sun Ming Ming tienen otro calificativo que me guardo por no ser despectivo, pero dejemos en claro que no fue un factor determinante. Rogelio Salcido y Víctor Mariscal trataron de cumplir, lo hicieron a medias, de hecho sorprendió más Daniel Atteberry por algunos minutos, pero una desconcentración y ya nunca regresó de la banca.
Y dejo lo mejor para el final: Sam Bowie, me volvió a quedar claro, no está ya para pertenecer a Halcones y mucho menos para ser el capitán del equipo. En temporadas pasadas se notaba mucho una mala noche de él, si salía mal ofensivamente los emplumados perdían seguramente, en esta campaña se nota más la mano de otros hombres, por lo que el alero no ha pesado ni para bien ni para mal, pero el sábado, con las ausencias, cuando debía demostrar porqué es el líder, nos acordamos de ese Showtime que se espantó en las finales contra Durango y Mexicali, es decir, un jugador al que le quedan grande los partidos donde se debe relucir un grande. Él no lo es y cobra como si fuera.
Al interior del vestidor ya hay dudas, no daré nombres porque no tiene caso, pero ya una pequeña rendija con incertidumbres se ha abierto, y comienzan también las ideas de cambiar jugadores, si esto es así, entonces la mencionada miel sobre hojuelas en las primeras 15 jornadas fueron una alucinación y ahora viene una parte interesante de la temporada, el momento de enfrentar a más equipos complicados del norte. Sam y uno que otro mexicano están en la mira, y concluyo con la pregunta que a muchos se les ha olvidado: ¿Dónde está Ramsés Benítez?
Hasta la vista.
fhernandez1980@gmail.com
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