Fernando Hernández Fernández
(El Marcaje)
Esta semana volveré a desviarme de aspectos deportivos. Lo siento pero es necesario. Las afectaciones en cuanto a la salud son primero que cualquier cosa. Déjame te cuento lector que el sábado pasado mi novia fue a La Bartola que está por el parque de Los Tecajetes, en Xalapa, consumió un par de copas y la noche parecía normal. No fue así. Ella realmente peligró. Su cuerpo se intoxicó debido a algún elemento adúltero en las bebidas y las reacciones casi fueron funestas.
Y lo peor de todo es que no fue la única. Varios de sus compañeros de trabajo, con los que iba, resintieron los mismos síntomas. Podemos ser mal pensados y creer que salieron todos hasta el “keke”, pero no, puedo firmar con sangre que los perjudicados no abusaron de alcohol y tampoco creyeron haber ingerido algo “corriente”. El whiskey creo que no lo es. En fin, una extraña coincidencia que realmente me pone a pensar lo que pueden hacer los dueños de antros en cualquier ciudad cuando hacen las clásicas “bienvenidas” a centros escolares, donde hacen promociones para los estudiantes.
Es una mierda lo que piensan los empresarios. No se vale. Son gachadas que no tengan consciencia acerca de que hay un peligro real cuando dan bebidas o hielos adulterados, y no creo que sean tan güeyes como para no saber las consecuencias que pueden provocar. Si no las saben, el adjetivo debería ser superlativo y por respeto a quien me lee no lo diré, pero pónganle el que quieran de “imbécil” para arriba.
Lo que le pasó a mi novia, le puede pasar a alguno de sus hijos lector, o esposa, madre, padre, amante, en fin, a cualquier ser cercano. Algunas veces nos reímos que alguien vomitó por borracho, pero cuántas veces la burla es sobre alguien que consumió algo impuro. Yo creo que muchas. ¿Y qué haríamos si ese compañero de parranda se desploma súbitamente y jamás despierta?
En varias ciudades del país se habla de operativos contra drogas y armas. Los policías catean a cada uno de los clientes, pero por qué nunca revisan hielos y botellas. Allí también la justicia podría encontrar algunos detalles para clausurar un lugar.
Y qué crees lector que puedan provocar esos líquidos adulterados (aparte de los ridículos), pues la esterilidad es uno, daños al sistema digestivo, vómito, deshidratación y hasta la muerte. Así que síganle amigos empresarios, metan éter, oxígeno o lo que usen, carguen con esos decesos, porque ya me quedó claro que no tienen madre y pueden con eso.
Hasta la vista.
fhernandez1980@gmail.com
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