lunes, 28 de abril de 2008

Con el corazón arponeado

Hugo Garizurieta
Dentellada

¡No Villaseñor! Tus lágrimas jamás serán comparadas con las que hoy aún inundan a la afición.
¡No Felipín! Ese coraje que decías tener al final del partido contra Pumas, lo necesitábamos en los duelos claves. Ahora ya es demasiado tarde.
¡Sí Piojo! Sí faltaron tamaños para demostrar qué playera es la que se porta. Por dignidad caer con la cara en alto y no pisoteados.
Los Tiburones Rojos se van como hace 10 años, pero con sentimientos distintos. El llanto en 1998 no apareció. Hubo resignación, coraje, es más, puedo decir que hasta vergüenza. El equipo escualo actual es digno de la Primera A. Se fue por la puerta chica. Las butacas lo decían todo. Prácticamente vacías.
Yo estuve ahí, también con una ligera ilusión. Me cansé de gritar. Me cansé de mentar madres. Nunca llegó mi respuesta por la exigencia que pedí.
Adiós tiburones. Esta situación duele y mucho, porque nunca fueron constantes, no entendieron la situación y porque pocos levantaron la mano para sacar los resultados. No son ustedes, que quede claro, son todos aquellos que estuvieron o están con el conjunto desde hace tres años.
No resta más que esperar. Lo ideal y justo es que luchen y demuestren de que son capaces y peleen por regresar a la máxima categoría dentro de un año, pero el futbol es negocio.
Se van porque nunca hubo un orden. Más de 12 técnicos entraron y salieron por la puerta de la mediocridad. Directivas torpes también hubo. Barberos del gobernador, que sólo entendieron que el tiburón era la manzana de las discordias e hicieron una porquería en cuanto a la dirección del mismo. Dejaron ir a jugadores claves y trajeron a borrachos inconscientes que nadaban en dólares.
Ese es el tiburón que ante todo tiene una afición que no se cansa de apoyar. Se va un rojo menos para el estado. Adiós tiburones. Adiós equipo. Queda el milagro de una promoción o que se suelte billete para una franquicia.
Al final de cuentas, parte del coraje es que los jugadores y la directiva jamás entenderán que el rojo es un sentimiento que se lleva en el corazón.
Gracias afición, mis respetos, y sí, tienen razón, ¡ustedes tienen huevos y aguante!
Ahora también me voy con el corazón arponeado y como hace 10 años. ¡Regresen pronto!
¿Usted cómo ve?
hugo_garizuriet@hotmail.com

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