martes, 22 de abril de 2008

La foto trucada y la foto auténtica de Robles Martínez

Mussio Cárdenas Cruz
Primera Plana

Como si fuera una apuesta en carreras de caballos, de perros, de cucarachas o de marranos, José Pablo Robles Martínez jugó una apuesta contra sí mismo cuando hizo publicar, el pasado 16 de febrero, una foto a ojos vista trucada en la que aparece, burdamente pegado, al lado de Jacobo Zabludovsky, para anunciar !!! que “La Universidad Autónoma de Veracruz Villa Rica, rendirá un merecido homenaje en reconocimiento a dos grandes periodistas de trayectoria nacional e internacional: él y Zabludovsky”.
La apuesta consistía en ver si los cándidos lectores, y los promotores del “reconocimiento”, la Universidad de la Villa Rica, se tragaban la foto trucada.
Nadie se tragó el engaño donde a la foto de Jacobo se le agregó, en un montaje técnicamente pésimo, la del copropietario de Diario del Istmo que se edita en Coatzacoalcos, Ver.
Aquél viejo sarcasmo de que “la cámara toma lo que ve” que era popular entre los fotógrafos para justificar una mala imagen, quedó superada con el desarrollo de la tecnología avanzada y la aparición de esos inteligentes artefactos cibernéticos llamados cámaras digitales y computadoras, que facilitan, con un programa adecuado, trucar cualquier fotografía o video, permitiendo, entre otras cosas, agregar una persona al lado de usted sin que la otra persona se entere de ese secuestro virtual.
Lo que sí no es un truco es que Robles demostró públicamente que necesita colgarse de alguien verdaderamente importante para intentar lavar públicamente su lastimosa imagen de gángster de la prensa escrita.
Por supuesto que Robles perdió la apuesta: Robles le ganó a Robles.
Además, confirmó lo que frecuentemente decía Manuel Buendía, periodista de gran prestigio, autor de la columna Red Privada, asesinado la tardenoche del 30 de mayo de 1984: “Los médicos entierran sus errores; los periodistas los publican”.
La verdadera foto de José Pablo Robles Martínez la hemos mostrado varias veces en CONTACTO de Coatzacoalcos, sin retoque y sin truco alguno. Y, créame, no es ocioso que la mostremos de nuevo para que éste mercenario del periodismo mexicano lo conozcan bien sus cándidos lectores.
La revista Proceso de Julio Scherer, descalificó a Robles en dos ocasiones, a nivel nacional.
En la edición No. 180 de Proceso correspondiente al 14 de abril de 1980, en la sección Proceso Nacional, bajo el título: “Juego.- Niegan permiso a Alarcón Jr. para abrir un casino en EU “, firmado por quien entonces era corresponsal de Proceso en Los Angeles, California, Merle Linda Wolin, se daba cuenta de los trámites que la familia Alarcón, dueña del diario El Heraldo de México habían hecho en Nevada para montar algunas casas de juego en el pueblo de Henderson .
Parte de la nota señalaba que, junto con el proyecto de los casinos, los Alarcón habían echado a andar, con una inversión de 3 millones de dólares (en 1980), un semanario llamado Imagen en sociedad con un empresario norteamericano de nombre George Rosenthal.
Merle Linda Wolin escribió: “El establecimiento de los Alarcón en Los Angeles ha causado alarma entre muchos periodistas de origen mexicano debido a la reputación que tienen como enemigos de toda reforma social y porque representan –dijo uno de ellos– los peores aspectos de México”.
Imagen de Los Angeles no tuvo éxito. Fue un fracaso, y su director tuvo que salir de Estados Unidos en forma nada regular, por el Pacífico de San Diego a Manzanillo; y para poder reingresar a México tuvo necesidad de recurrir a un amigo suyo que resultó su Salvador quien en esos momentos era Coordinador de Comunicación Social de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. ¿Por qué la SHCP? Porque había la presunción de un contrabando.
En la columna Expediente 87, que escribía para Diario del Istmo Luis Velázquez, en la correspondiente al sábado 25 de abril de 1987, en ocasión del aniversario de Diario del Istmo, tras una cadena interminable de elogios y apapachos, el autor de Expediente 87 hizo este revelador apunte refiriéndose a José Pablo Robles Martínez: “…reportero (…)ex jefe de redacción de El Heraldo de México, (…) director-fundador del semanario Imagen de Los Angeles…”, dejando en claro quién era el director-fundador de Imagen en Los Angeles por los que se calificó a él y a los Alarcón de representar “los peores aspectos de México”.
El Premio Nacional que le arrebató a colaboradores
La segunda descalificación de Proceso a Robles Martínez se dio casi dos meses después de lo publicado por Luis Velázquez en Expediente 87.
El 13 de junio de ese mismo 1987, bajo el encabezado de “El director de Diario del Istmo se apropió del Premio Nacional y su equipo renunció”, firmado por nuestro Director Editorial, Mussio Cárdenas Arellano, quien en ese tiempo era corresponsal de Proceso en el sur de Veracruz.
La información se refería a que el grupo de jóvenes intelectuales que elaboraban el suplemento cultural “El Istmo en la Cultura” ganadores el Premio Nacional de Periodismo en el genero cultural renunciaban en masa porque José Robles Martínez se había apropiado (robado) el premio, impidiéndoles en el acto de premiación que estuvieran presentes, y, en cambio, los asientos de los ganadores habían sido ocupados por los familiares de Robles, y por sus sempiternos escribientes, Luis Velázquez y José Miranda Virgen (éste asesinado en circunstancias sospechosas en el puerto de Veracruz).
De los ganadores del premio, únicamente estuvo presente Agustin del Moral quien era el coordinador del grupo que ganó el premio.
Robles Matínez , el ahora director del Colegio de Periodistas, le dio a los jóvenes intelectuales que ganaron el Premio Nacional de Periodismo en el género cultural en ese 1987, una verdadera clase de libertad de expresión y de ética periodísica: les negó la publicación de sus declaraciones mismas a las que Proceso les abrió las puertas. Los jóvenes intelectuales decían, entre otras cosas, que renunciaban a Diario del Istmo por la manipulación (robo, según nosotros) que Robles Martínez hacía del premio ganado genuinamente por ellos y no por el director del medio informativo.
El absurdo regalo llamado Colegio de Periodistas
Con su estilo empresarial de gobernar el estado de Veracruz, con la filosofía simplista de los viejos maestros del porfiriato de que “el que manda, manda, y si se equivoca vuelve a mandar”, Miguel Alemán Velazco no dudó en mandar para equivocarse y trepó en la dirección del Colegio de Periodistas a José Pablo Robles Martínez, quien es el menos indicado para esa tarea.
A menos, claro, que haya habido un “arreglo en lo oscurito”.
A no pocos de los que lo conocen, y muy bien, por los rumbos del norte, del centro y del sur de Veracruz, les causó estupor que a Robles Martínez, propietario de los medios informativos Diario del Istmo de Coatzacoalcos e Imagen del puerto de Veracruz, lo hayan encaramado a la dirección de ese Colegio en la ciudad de Jalapa, capital del estado, donde tomó posesión el 19 de agosto de 2003.
“La intención de la creación del Colegio de Periodistas tiene alcances académicos bien
definidos –dijo el gobernador Miguel Alemán, para justificar el absurdo nombramiento– es para la superación académica de los periodistas veracruzanos, para la ampliación de su horizonte cultural, para la profundización y actualización de aquellas materias susceptibles de mejorar”.
Por supuesto, y cada día con mayor apremio, el periodismo es, en Veracruz, una de esas actividades a las que le urge el mejoramiento. Pero ni se ha logrado, ni se logrará, al menos a través del Colegio de Periodistas, manejado por un hampón del periodismo como Robles Martínez.
Pudiera decirse que Miguel Alemán desconocía quién es Robles , pero eso no es creíble.
Los aparatos de investigación de todos los gobiernos –estatales, municipales y federales– son absolutamente eficaces.
Era imposible que el gobernador Alemán Velazco desconociera el pasado siniestro de Robles Martínez.
(Continuará)

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