miércoles, 7 de mayo de 2008

2012: El cuarto elemento

Álvaro Belin Andrade
Hora libre

Metidos en el futurismo de lo posible, bueno sería ocuparnos del futurismo de lo deseable, a veces el único ejercicio político permitido a los ciudadanos.
Considerado en su momento una de las mejores opciones desde el punto de vista plural para enfrentar la elección presidencial pasada, a cuyos devaneos puso fin porque su prioridad era la UNAM, el ex rector Juan Ramón de la Fuente ha aparecido en el escenario político de México en un acto en que él fue el motivo y con un discurso en que puso a raya el autoritarismo que permea la filiación variopinta de quienes gobiernan el país.
El martes 29 de abril, luego de permanecer lejos de los reflectores públicos, De la Fuente acudió a la sede de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para recibir la Medalla al Mérito Ciudadano.
Arropado por decenas de políticos, intelectuales y periodistas que le otorgan admiración y respeto, este personaje influyente de la política mexicana, con experiencia en la ciencia, en la administración pública federal y en el mando de la mayor universidad de Hispanoamérica, a quien Jacobo Zabludovsky cataloga como la voz incómoda, acudió a recibir el reconocimiento de la Ciudad de México.
Y aunque en los últimos meses, tras la conclusión de dos periodos de gestión al frente de la UNAM, ha dictado conferencias sobre universidades y ha brindado asesoría en el tema desde su puesto en la Universidad de las Naciones Unidas, en esta ocasión habló con enorme autoridad sobre lo que más preocupa a los mexicanos: nuestra endeble democracia, tema de los más políticos y de los más necesarios en términos del debate nacional.
Tal vez uno de los párrafos más entrañables de su discurso, sea aquel en que hace un balance crítico de lo que estamos viviendo y hace una propuesta certera del camino que debemos seguir:
“La democracia no se consolida con súbditos, que saben ante todo obedecer, sino convenciendo, persuadiendo a los ciudadanos, en su autonomía, con su sensibilidad, que es posible darle a nuestro entorno un sentido y un significado que nos permita identificarnos mejor entre nosotros, con nuestras naturales y bienvenidas diferencias, y que es posible hacer realidad la utopía de un país mejor, mediante un modelo de desarrollo sostenible que reivindique una economía social y ecológica, con un sector privado dinámico e igualmente comprometido con esa enorme gama de problemas pendientes que están desatendidos pero no olvidados”.
Hay que recordar que De la Fuente se incorporó al gabinete del presidente Ernesto Zedillo en diciembre de 1994 como secretario de Salud, sin pertenecer al PRI, y de ahí salió en 1999 cuando fue designado Rector de la UNAM, institución a la que sacó del marasmo en que la sojuzgaba un movimiento estudiantil que la mantuvo cerrada por 10 meses.
En los primeros años de su gestión la rescató del desprestigio para ubicarla en lo que es ahora, la mejor universidad de Hispanoamérica y miembro de una élite mundial a la que ni universidades más antiguas de España pertenecen.
En la anterior contienda presidencial se habló fuertemente de la posibilidad de que encabezara un movimiento ciudadano por la Presidencia de la República e, incluso, el ex candidato perredista Andrés Manuel López Obrador llegó a considerarlo como parte de su gabinete en caso de triunfar.
Hoy es, sin lugar a dudas, la más limpia figura pública con que contamos en México, si bien es cierto que no lo dejarán llegar y que ningún partido estará presto a respaldarle para que sea el Presidente de los mexicanos.
Me uno a lo escrito por el periodista Jacobo Zabludovsky en su columna “Bucareli”, de El Universal, este lunes 5 de mayo de 2008:
“En medio de la mediocridad política que agobia a México, de la corrupción protegida o tolerada, de la ineptitud de quienes ejercen puestos claves en la administración pública, y, por otro lado, la impaciencia de los paupérrimos, los inconformes con lo que ven, sienten y padecen y el avance lento de nuestra economía frente al aumento explosivo de la población, es alentadora la voz del ex rector. Desearía uno que estuviera él en lugar de otros. Pero por lo pronto está donde debe, como una presencia del mayor respeto, contrapeso del poder establecido”.

Estudios de posgrado, ¿para qué?

Con la apertura de la convocatoria para admisión a estudios de posgrado que ha lanzado la Universidad Veracruzana, cuyos programas de especialización, maestría y doctorado darán inicio en agosto próximo, vale la pena abordar algunos datos de la situación que guarda este nivel en el ámbito nacional, según datos que ha manejado la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La información es realmente alarmante en términos de la inversión aplicada y los indicadores de eficiencia terminal. Según la SEP, de la inversión anual orientada a financiar el estudio en estos programas tanto en el país como en el extranjero –unos 5 mil millones de pesos–, casi el 90 por ciento se pierde, porque sólo el 10 por ciento de los 118 mil estudiantes de maestría y doctorado logra graduarse. Según sus cálculos, en promedio cada estudiante representa una inversión cercana a los 49 mil pesos.
Esta situación es preocupante cuando se refiere a los becarios del sistema educativo nacional que han salido a otros países a estudiar sus posgrados.
Tan sólo en 2007, según la entidad responsable de proporcionar becas para este propósito (Conacyt), el 5 por ciento de los 20 mil becarios en el extranjero no regresaron al país, lo que representa una pérdida cercana a los 49 millones de pesos, recursos públicos que se han invertido para formar a especialistas en temas fundamentales para el desarrollo nacional que no tendrán su aplicación dentro de nuestras fronteras pues apoyarán programas de ciencia y desarrollo en otras naciones.
Esta situación se potencia si consideramos que 26 mexicanos de cada mil que emigran del país son científicos, la conocida como fuga de cerebros, y que fundamentalmente se enfilan a los Estados Unidos y, en menor medida, a Inglaterra, Francia, Alemania y Canadá.
¿Qué factores están incidiendo para mantener este fenómeno? Por supuesto, uno de los principales es la falta de oportunidades para que dichos científicos sean contratados en nuestro país por las universidades públicas y privadas, los centros de investigación y los casi inexistentes centros de desarrollo tecnológico de las empresas asentadas en nuestro territorio.
Otros factores, por supuesto, tienen que ver con la nula inversión en el desarrollo de proyectos de investigación, falta de equipamiento científico y desinterés de las empresas nacionales, más dispuestas a importar con altos costos las innovaciones creadas en otros países que en apostar por crear las propias, apegadas a sus circunstancias locales, por parte de científicos mexicanos que han probado ser igual o más capaces que los de otros países.
Respecto a la primera situación, la falta de oportunidades para encontrar empleo en nuestras universidades y centros de investigación, nada más revelador que el dato sobre la edad promedio de la planta de investigadores, ya no hablemos de la planta docente en que la situación puede ser más crítica.
La difícil situación que vive el país en cuanto a su sistema de pensiones se hace más difícil en la educación superior. Unas más, otras menos, todas las universidades públicas enfrentan el grave problema de sostener un sistema que dé certidumbre a quienes deciden jubilarse, pero el problema mayor –y eso lo vive la UV con mucha intensidad– es el de los servicios médicos, más necesarios conforme la edad avanza. La falta de un sistema de salud permanente hace que la mayoría de los docentes e investigadores de edad avanzada prefieran seguir en activo, para contar con los beneficios tanto del salario completo como de los servicios médicos.
De ahí que la edad promedio de los 34 mil 500 investigadores de México sea de 53 años (y contando). Su permanencia en las escasas plazas habilitadas impide que se renueven con los jóvenes científicos que acumulan posgrados sin que tengan la oportunidad de tener un empleo gratificante, de manera que: o se emplean como docentes donde caiga, aún en universidades privadas que les escamotean sus derechos, o buscan afanosamente nuevos estudios en el extranjero donde tratan de colocarse como investigadores.

La oferta de posgrado de la UV

A mediados de los noventa, la UV vivió una eclosión de sus programas de posgrado, buena parte de ellos destinados a su propia planta docente.
Se trataba de dar oportunidades a los profesores para que ostentaran posgrados y, con ello, la universidad incrementara artificialmente el nivel general de estudios de su planta docente, buena parte de ella con apenas estudios de licenciatura, muchos de ellos sin titularse. Dichos programas se ofrecían incluso los fines de semana.
La UV llegó a contar con más de 75 programas, la mayoría profesionalizantes y sin vínculo con la investigación, lo que debió reorientarse durante su etapa de autonomía, para dar paso a la calidad y a un mayor rigor en la formación de los que buscaban una maestría o un doctorado. Por ello, muchos de esos programas fueron cerrados y se crearon otros con mayor pertinencia que desde entonces han buscado ser certificados por organismos externos, particularmente el Conacyt y el Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep).
Al momento, según la información proporcionada por la UV para el ciclo que se convoca, cinco programas de maestría (Filosofía, Ecología tropical, Ciencias alimentarias, Inteligencia artificial y Neuroetología) y siete de doctorado (Ecología y biotecnología, Ecología tropical, Ciencias biomédicas, Neuroetología, Finanzas públicas, Filosofía e historia y Estudios regionales), todos ellos en la región de Xalapa, se hallan inscritos en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad de Conacyt.
La lista la completan, en Xalapa, las maestrías en Artes escénicas, Estudios transdisciplinarios para la sostenibilidad, Investigación educativa, Investigación clínica, Control y fiscalización, Ingeniería de software, Psicología de la salud, Matemática educativa y Educación, y el doctorado en Ciencias Alimentarias.
A estos programas se agregan los siguientes: en la región Veracruz, las maestrías en Investigación clínica y en Ciencias de la computación; en la región Poza Rica-Tuxpan, la maestría en Manejo de ecosistemas marinos y costeros, y en Coatzacoalcos la maestría en Gestión de la Calidad.
En el nivel de especialización, en Xalapa se ofrecen los programas de Administración del comercio exterior, Administración fiscal, Métodos estadísticos, Enseñanza del inglés, Control de calidad, Diagnóstico y gestión ambiental, y Uso racional y eficiente de la energía. En Córdoba-Orizaba, la especialización en Administración fiscal; en Poza Rica-Tuxpan, las especializaciones en Rehabilitación bucal y en Control de calidad, mientras en Coatzacoalcos se ofrece la especialización en Control de calidad.
En total, si Pitágoras no miente, 37 programas de posgrado (11 especializaciones, 18 maestrías y ocho doctorados), cifra que se aleja de la amplísima gama de programas con poco interés en términos del avance de la ciencia con que, a mediados de los noventa, la UV pretendía mejorar sus indicadores de calidad en cuanto a su planta docente.
Si sólo tomáramos en cuenta las maestrías y doctorados, nos daremos cuenta que 12 de sus 26 programas, es decir más del 46 por ciento, cuentan con el respaldo del Conacyt, lo que es indicativo del trabajo respetable que en los últimos 10 años se ha hecho por mejorar contenidos, planta docente, equipamiento tecnológico y científico, acervo bibliotecario y otros factores tomados en cuenta por ese organismo para otorgar becas a quienes estudien dichos programas.
La información que uno buscaría de la UV es la relacionada con la eficiencia terminal en sus programas y cuántos de ellos estarían recomendados por otras instancias, como la SEP, para que quienes buscan estudiar un posgrado opten por los de la UV si están dentro de su interés disciplinario.

Las cifras perversas del IVEA

Algo anda mal con lo de la famosa universidad que se quiso formar a costa del IVEA. Junto a movimientos urgidos de publicidad para supuestamente demandar certidumbre jurídica a los estudios de bachillerato y licenciatura, la SEV se enfrenta a una delictiva demora por parte de los responsables de ofrecer dichos programas y de administrar los expedientes escolares, quienes no han dado la cara para cumplir con su parte.
El titular de la SEV, Víctor Arredondo, los ha exhortado de nueva cuenta pero no responden.
Y una de dos: o se quiere poner contra la pared al titular de la SEV o las cifras que manejaba alegremente Guillermo Zúñiga Martínez son una ominosa mentira. El propio Arredondo se encargó de recordar que tan sólo el cinco por ciento, de un universo de 29 mil alumnos que aparentemente cursan bachillerato o están inscritos en alguna carrera del IVEA, tiene sus expedientes actualizados.
La sospecha de Arredondo sobre que se pretenda contaminar el tema por parte de quienes están ocultando la información requerida para normalizar los trámites legales que den certidumbre a los alumnos, puede ser más que cierta. Aunque cabe la posibilidad de que las cifras hayan sido para engañar a todos, incluyendo al propio gobernador Fidel Herrera Beltrán, lo que a todas luces es una circunstancia perversa.
Los miembros COEEPA debieran presionar a los prestadores de esos servicios educativos, quienes no lo han hecho gratuitamente, para que cumplan con sus obligaciones porque, como ha dicho Arredondo, se están terminando los plazos establecidos por la ley.
La verdad puede ser una verdadera bomba.

Para el recreo

Altos viáticos. Como para poner la fresa en el pastel o la mosca en el arroz, los diputados que tanto ruido hicieron por la petición de la UV de una ampliación presupuestal, considerando que parte de esos recursos se destinarían a viáticos para viajes del rector al extranjero, resulta que han hecho gastar una millonada a los veracruzanos con su ánimo viajero. Contagiados por el espíritu trashumante de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, aunque ciertamente sin su atractivo artístico, la Legislatura en pleno dispuso de recursos que se supone escasos, haciendo a un lado la austeridad impuesta por el gobernador Fidel Herrera, para irse de gira legislativa a la calurosa Martínez de la Torre. Para ello cargaron con todo, hasta con sus añoradas curules. Por supuesto, también dispusieron de abultados viáticos para hospedarse en la capital de los cítricos, alimentarse con las exquisitas viandas de mariscos que son la delicia de los escasos visitantes de aquella ciudad y para el transporte propio y de sus equipos de trabajo. Por supuesto que ningún gasto es demasiado si con ello se fortalece la cultura política y cívica de los veracruzanos, si bien de ella se olvidan cuando aprovechan la tribuna legislativa para dirimir controversias partidistas. Por cierto, fueron muy pocos los veracruzanos que acudieron con interés a verles discutir en el recinto maquillado en la Secundaria José María Mata; la mayoría de ellos para protestar y plantear ruidosamente sus peticiones. *** Que siempre sí. Luego de tanto fuego amigo contra el rector de la UV, ahora sale el diputado Érick Lagos, presidente de la Comisión de Hacienda del Estado del Congreso local, con que sí se aprobará la ampliación presupuestal solicitada por la casa de estudios, si bien no se define todavía el monto de dicha ampliación. ¿Para qué tanto brinco estando el piso tan parejo? *** Más alianzas. El Consorcio Clavijero ha establecido un acuerdo de colaboración con la Universidad de Golfo de México, Rectoría Norte, para ampliar su oferta académica en diversos niveles educativos, fortalecer la cobertura de educación superior en Veracruz, multiplicar el número de aulas digitales e impulsar la difusión y promoción de la educación a distancia en línea. La UGM cuenta con 12 planteles en ciudades medias del estado, cuyas instalaciones y equipamiento tecnológico se sumarán a los 100 puntos Clavijero que ya funcionan en diversos municipios veracruzanos, con lo que se verán beneficiado miles de jóvenes que podrán optar por la oferta académico de nivel superior que ofrece Clavijero a través de Internet, con el respaldo de esa institución privada de educación superior. A dos décadas de su creación, la UGM ha formado a unos 12 mil profesionistas y tiene una matrícula de 24 mil estudiantes en sus programas de educación superior, tanto en Veracruz como en los estados de Querétaro y Sinaloa*** Mayo fotográfico. Con una pasión digna de ser respaldada a plenitud, los fotógrafos Miguel Fematt y Rosa María López han logrado, con el apoyo del IVEC y de la UV, lanzar su festival Mayo Fotográfico 2008 que ya cuenta con un largo historial y que ha puesto a Xalapa en el circuito de festivales de esta expresión artística de México y el mundo. El 14 de mayo darán inicio con la apertura al público de ocho exposiciones de fotografía con su tradicional ruta inaugural, que dará inicio a las seis de la tarde en la galería universitaria Ramón Alva de la Canal (Zamora 2), donde se montarán las exposiciones “Film Noir Cinema”, del matrimonio suizo Cartier, y “Universo especular” del jalisciense Antonio Galindo. A las seis y media, la cita será en la Galería de Arte Contemporáneo (Xalapeños Ilustres 135), para abrir las muestras “Mirar hacia arriba”, de Lizeth Arauz (DF), “De la infancia a la escoptofilia”, de alumnos de la Facultad de Artes Plásticas de la UV, y “Luz y tiempo”, un homenaje a don Humberto Frutis. A las siete de la noche, el recorrido seguirá por la galería independiente Marie Luise Ferrari (Alfaro 12), para apreciar la exposición “LC-A. Alrededor del mundo”, con litografía hecha en Xalapa. En la Biblioteca Carlos Fuentes (JJ Herrera 10) se abrirá, a las siete y media de la noche, “La espina y el fruto”, de Cecilia Salcedo (Guadalajara), y a las ocho de la noche se cerrará el recorrido en la Galería AP de la UV (Belisario Domínguez 25), con la exposición de la xalapeña Helena Neme, “Ver en la oscuridad”. A este completo programa se agrega el Segundo Encuentro Nacional de Festivales de Fotografía, junto con talleres, conferencias, presentaciones de libros y revisión de portafolios. (Escríbame a: belin.alvaro@gmail.com)

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