lunes, 21 de julio de 2008

UV: Golpe de oportunidad

Octavio Augusto Lara Báez
Contornos

La Universidad Veracruzana denunció hace unos días que en la calificación del examen de admisión para el próximo periodo escolar, el Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior, Ceneval, organismo encargado de realizar la evaluación de los mismos, cometió un error técnico que permitió el ingreso de 1600 estudiantes que en circunstancias normales no hubieran podido acceder a la casa de estudios. En conferencia de prensa, el Centro ofreció una disculpa pública y deslindó de toda culpa a la UV en este error que, sin embargo, tendrá altísimos costos.
De acuerdo con información proporcionada por la directora general de Administración Escolar de la UV, Pilar Velasco Muñoz Ledo, fueron 4 mil quinientos jóvenes involucrados en este error; 1600 favorecidos indebidamente con la aprobación del examen y otra cantidad igual rechazada injustamente.
Ante la magnitud del problema, la Universidad aseguró que ninguno de los estudiantes involucrados quedará fuera de la Universidad; por lo que a los estudiantes aprobados que ya se inscribieron se les respetará su inscripción y se admitirá también a los que debieron haber ingresado.
Esta decisión, define claramente el compromiso social de nuestra Universidad, pues pudiendo haberse deslindado del error rectificando los resultados y devolviendo inscripciones a quienes ya se hubieran matriculado, optó por no causar un daño a los jóvenes aceptados y a sus familias.
El total de exámenes aplicados, según cifras del Ceneval, fue superior a 34 mil y cada uno tiene un costo de 110 pesos, es decir, un promedio de 3 y medio millones de pesos, cantidad que al no haber sido aún liquidada, podría ser motivo de una exención para resarcir parcialmente el daño a la UV.
No obstante, la exención del pago por el servicio que presta el Ceneval, como ya lo ha dicho el ex Rector Víctor Arredondo Alvarez, actual Secretario de Educación del Estado, no es suficiente para reparar el perjuicio ocasionado, pues el golpe más fuerte lo recibe la Universidad en su credibilidad y tendrá repercusiones graves en sus finanzas.
La construcción de confianza en la máxima casa de estudios en nuestro estado ha sido difícil. Muchos años de esfuerzo sostenido, de implementación de sistemas de calidad, de incremento de la competitividad, de modernización de inmuebles y equipos, de programas de actualización permanente, de intercambios con Universidades de otros países, la instauración de estándares de calidad internacional en sus procedimientos y la instauración del examen de admisión, entre muchas otras acciones, debieron de pasar para que la UV se reposicionara como una de las instituciones públicas de educación superior más serias del país.
Paradójicamente, las limitaciones de ingreso originadas por la falta de cupo suficiente, limitándolo sólo a los mejor calificados en su examen de admisión, contribuyeron a incrementar el prestigio de la Universidad. Para transparentar el proceso de ingreso y no dar lugar a influyentismos y favoritismos, desde hace más de diez años se contrató al Ceneval para que lo calificara, proceso de ingreso ya acreditado bajo normas internacionales de calidad, el cual ahora con este incidente se ve perjudicado.
Sin querer, el error cometido por el Ceneval logrará hacer lo que desde hace varios años ya no podían hacer algunos funcionarios o personas influyentes: meter a la Universidad a sus recomendados sin aprobar el examen.
Por otra parte, involuntariamente, la coyuntura satisface una demanda recurrente de sectores que han insistido en la necesidad de que la Universidad amplíe su oferta educativa para dar oportunidad de estudios a miles de jóvenes que cada año quedan fuera, cancelando su formación profesional al ser la única opción disponible para ellos.
Pero sin duda, el punto más importante de todo esto es el grave predicamento en que se pone a la Universidad para hacer frente a esta situación extraordinaria. Por razones presupuestales y de capacidad en su infraestructura, la admisión de alumnos de nuevo ingreso está estipulada claramente y cualquier variación representa costos a la institución para los que no se está preparado.
Según lo ha informado la propia UV, el error le significará un gasto mayor a los 256 millones de pesos en los próximos cuatro años, tan solo en lo que se refiere al proceso de enseñanza, pues un incremento de 1600 estudiantes más en su matrícula le acarreará otros gastos en construcción de nuevas aulas y contratación de maestros, sus prestaciones, entre otros costos colaterales.
El perjuicio es tal, que el Rector Raúl Arias Lovillo está solicitando el apoyo del Gobernador Fidel Herrera -que seguramente responderá positivamente- para atender esta emergencia, además de que en la próxima reunión del Consejo Nacional de Autoridades Educativas, la UV llevará este tema para que se discuta la posibilidad de que el Ceneval repare esta afectación con algo más que una disculpa pública.
El error de Ceneval, no obstante, puede representar una oportunidad para que la Universidad demuestre su capacidad para adaptarse a esta situación emergente, originada por una equivocación de la que no tuvo responsabilidad alguna. Es el momento de que toda la Universidad se solidarice, sus autoridades, sus sindicatos y su estudiantado, formando un frente común para encarar este enorme compromiso, en el que está en juego la viabilidad de nuestra querida Alma máter, su permanencia para las siguientes generaciones, el perfeccionamiento de sus sistemas de operación y su prestigio bien ganado. El concurso del Gobierno del Estado e inclusive de la Federación serán decisivos. Es un momento definitorio de nuestra Universidad. Confiemos en que sabrá salir adelante.

olarabaez@hotmail.com

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