viernes, 13 de febrero de 2009

¿Funciona la internacionalización de la Educación Superior?

Janet Domínguez Montero
Lo tienes que saber

En días pasados recordaba la gran aportación de la doctora Sara Julia, quien en una conferencia hacía la siguiente acotación: "El quehacer de las instituciones educativas, no debe limitarse a la posibilidad de crear programas virtuales, con la finalidad de internacionalizar y enriquecer el proceso de enseñanza – aprendizaje".
Sin duda alguna, es un reto que de lograrlo podríamos adquirir mejoras y mejores resultados en el plano de la educación; si bien es cierto, no sólo se requiere del recurso humano sino del económico, pero que valdría la pena implementar para buscar esas fronteras que abren la puerta a una visión más compleja y versátil.
La elaboración de programas académicos conjuntos con otras universidades enriquecen la perspectiva de la educación, además de que existe la posibilidad de intercambiar diversos aprendizajes, se recrea la cultura y las oportunidades de trabajo.
Más allá de ser un proyecto futurista, debería ser una herramienta que además de brindar asesorías virtuales, permitan al usuario tener las herramientas necesarias para desarrollar sus habilidades, capacidades y conocimientos; esta alternativa, tampoco resulta ser la mejor opción, pero sí una de las más explotadas y generadoras experiencias del ámbito educativo.
Los jóvenes estudiantes sobrepasan las fronteras de la tecnología y como instituciones no podemos quedarnos al margen de lo poco o mucho que tenemos de información; debemos pensar que la educación cada vez más se sumerge en los procesos tecnológicos, que de no poseer los elementos necesarios, nos quedaremos atrapados en lo inusual, lo intrascendental y poco funcional.
Es necesario, para quienes se interesan en esta alternativa, diseñar un plan estratégico en el que se definan objetivos y estrategias que deberán ser utilizadas para darle seguimiento; es buscar una visión internacional, globalizada con políticas que definan a la institución.
Cuando se habla de proyectos, como educación virtual, se debe pensar en buscar y explotar las áreas fuertes por las que atraviesa el país; de esta manera se creará fortalezas para el plan estratégico; las fortalezas deben estar bien definidas, porque de ellas dependerá la necesidad de implementar proyectos en línea.
Las instituciones deben pensar que son universidades, empresas y medios en vías del desarrollo del país, por lo que deben reflexionar, no sólo como institución educativa, sino como la empresa que es y debe ser; así como el medio por el cuál los jóvenes se preparan para desarrollar sus potencialidades.
Sin embargo, no debe dejarse a un lado el sentido de vocación acorde a la tradición de las universidades, dado que estamos dentro de un país en proceso de desarrollo tecnológico, y a veces podemos olvidar nuestras raíces y costumbres.
La educación virtual no debe ser un medio que desfavorezca las costumbres del país, es simplemente una puerta más al conocimiento de la interculturalidad, un vistazo a lo desconocido, pero que de entrar a este medio, tener bien claro el propósito de vincular y compartir espacios de vocación y servicio.
Abrir las puertas a otros mundos tiene sus ventajas y desventajas, pero se debe tener cuidado de no perder el sentido del proyecto, sobre todo de que quienes funcionan como gestores, tengan la responsabilidad del reto que implica este proyecto.
Según lo escuchado en la conferencia, me es muy grata la participación de la ponente, quién anima en no tener miedo al mundo de la globalización; sin embargo, se debe tener en consideración, que existen riegos cuando al adentrase en el proceso de programas virtuales, se puede caer en desórdenes y vicios no controlados.

"Sueña lo que quieras soñar, sé lo que quieras ser, ve a donde quieras ir, porque sólo tienes una vida y una oportunidad para hacerlo". Anónimo.

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