lunes, 9 de febrero de 2009

¿A quién chingarás hoy, para existir?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Quizás Carlos Fuentes, escritor mexicano por todos conocidos –al menos de oídas, porque ¿cuántos realmente lo han leído?-, de vez en cuando rinda homenaje a sus propias obras, traiga a su memoria pasajes o palabras de sus novelas, relatos y cuentos, incluso de sus ensayos; tal vez, una que otra vez, recuerde palabras de sus personajes y las aplique a su realidad circundante. Entonces, creo, supongo, aventuro a decir que a lo mejor nuestro premiado novelista recién cumplidos 80 años, nos haya mandado mucho a la chingada con el otorgamiento de la Medalla “Adolfo Ruiz Cortines”; bueno, no siendo tan hijo de la chingada, quizás sólo lo pensó a medias, pues de seguro, me hago a esa idea, estaba tan ocupadísimo recibiendo reconocimientos nacionales por sus añotes celebrados y por su vasta y reconocidísima obra literaria, que mejor dijo que hasta febrero. Es decir, cuando le dio su chingada gana. Pero pa’ qué pensar chingaderas, ¿verdad?
En todo caso, me pregunto cuántos de nuestros apreciados –aplicados- diputados han leído, sin ser lectura obligatoria de escuelita, siquiera una línea de la riquísima obra de Carlos Fuentes; cuántos de los congregados para ver al novelista en el Recinto Oficial del Palacio Legislativo de Veracruz al menos saben de la deliciosa, exquisita, cabrona, vaya, chingona novela La muerte de Artemio Cruz, donde se lee todo un capítulo sobre “la chingada”.
“Tú la pronunciarás: es tu palabra: y tu palabra es la mía…” Y Carlos Fuentes enlista: “Chingue a su madre; Hijo de la chingada; Aquí estamos los meros chingones; Déjate de chingaderas; Ahorita me lo chingo; Ándale, chingaquedito; No te dejes chingar; Me chingué a esa vieja; Chinga tú; Chingue usted; Chinga bien, sin ver a quién; A chingar se ha dicho; Le chingue mil pesos; Chínguense aunque truenen; Chingaderitas las mías; Me chingó el jefe; No me chingues el día; Vamos todos a la chingada; Me chingo pero no me rajo; Se chingaron al indio; Nos chingaron los gachupines; Me chingan los gringos; Viva México, jijos de su rechingada…”.
¿Cuántos saben de la existencia de esta palabra en la referida novela?: “… ¿a quién chingarás hoy, para existir?, ¿a quién mañana?, ¿a quién chingarás: a quién usarás?: los hijos de la chingada son estos objetos, estos seres que tú convertirás en objetos de tu uso, tu placer, tu dominación, tu desprecio, tu victoria, tu vida: el hijo de la chingada es una cosa que tú usas: pero es nada”.
Todos los mexicanos no nos queremos quedar atrás; más nuestro políticos y precandidatos y luego candidatos a la diputación federal, quienes van tras un hueso, digo, una curul no más pa’ hacerle el bien al pueblo, al prójimo o más bien al próximo puesto o cargo, digo, con cargo al erario público. ¡Sí! Al menos si no son chingones, se creen unos chingones.
Caray, se nos quedó la chingada. Alguien planteaba que hace un chingo de años los indios eran unos chingones, Cuauhtémoc fue el último chingón pero entonces llegó una chingaderita de gachupines e hicieron tanta chingadera que desde entonces nos llevó la chingada a todos y vivimos en el chingado laberinto de la soledad. Ya sabrán qué poeta escritor lo dijo y en qué libro, pos creo que mis lectores son unos chingones.
Mejor por eso mejor me quedo leyendo Aura y no me molesten, con perdón, dejen de estar chingando y vámonos a la chingada, ese espacio lejano, vago e indeterminado... País gris que no está en ninguna parte, escribió Octavio Paz.

¿Fidelidad por México?
Pos ya que están de moda los mandatarios de color, a los precandidatos del PRI les ha dado por decir cada cosa, claro, son unos chingones pa’ la elocuencia y las promesas, tanto que ya dicen que “La ‘Fidelidad’ se propagará en todo México”, que dizque el partido ganará los próximos procesos electorales del 2009, 2010 y 2012. ¡Pero qué optimismo! Vaya, hasta dicen ya que este proyecto de Fidelidad por México dará a la población lo que necesita: seguridad, empleos y precios bajos en combustible y productos de la canasta básica. (Diario de Xalapa/27 de enero/2009). Me suena a esa expresión de bueno, bonito y barato.
Es más, me suena a eso que dijo el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Germán Martínez Cázares, cuando afirmó en León, Guanajuato, “que trabajará para que en 2009 se repita en el país el ejemplo de triunfos electorales del panismo en la entidad. Vengo a hacer un compromiso, a decirles que me comprometo ante ustedes, con sus victorias, con sus historias y su gobierno, a guanajuatizar el país en 2009". (La Jornada/26 de julio/2008). Pos más bien nuestro país se está “colombianizando”.
Claro, toda proporciona guardada, tan guardada que me da tristeza ver quiénes son los precandidatos del PAN de Veracruz a la diputación federal. No, mejor apuesto por los del PRI, aunque me lleven los pingos o diga después: “Pasamos de Guatemala a Guatepior”. Pero si ya nos va a llevar la chingada, pos que nos lleve de una vez. ¿O no?

Mi Gober Negro Fide
* Con eso del otorgamiento de la Medalla “Adolfo Ruiz Cortines” a Carlos Fuentes, recuerdo aquel pleito suscitado con Carlos Abascal (que en paz descanse) y la profesora Luz María Georgina Rábago Pérez de la asignatura de español, en una escuela del DF, dizque porque ésta daba a sus alumnas, entre ellas la hija del ex secretario del Trabajo, a leer la novela Aura, y todo porque el protagonista, Felipe Montero, hace el amor con Aura delante de un Cristo Negro: “Aura se abrirá como un altar”.
Pero qué cosas. Recuerdo ahora que en la octava sesión ordinaria del Congreso del Estado, de fecha 15 de noviembre de 2007, el diputado Víctor Alejandro Vázquez Cuevas, también panista, dijo: “Quiero primero decirle, señor gobernador, que las encuestas dicen que usted es más querido que la Virgen de Guadalupe. Tenga cuidado porque, siendo de la cuenca del Papaloapan, muy cerca del santuario, no lo vayan a confundir y, por lo tanto, a crucificar, creyendo de que se trata del Cristo Negro”. Chin, no creo que el diputado Vázquez Cuevas haya leído Aura, o si es así, no se acordó, porque hasta de endemoniado y hereje hubiera maldecido a mi Gober Negro Fide, quien, diestro y siniestro como es, contestó, con su sentido del humor que el mismito diputado Vázquez reconoció: “En debate parlamentario no hay ofensa que valga, sobre todo para los que somos mansos de espíritu, porque de nosotros si será el reino adecuado. Y porque en un Estado de profundas raíces indígenas, europeas y africanas, ser morenito no es excepción, es mayoría. A lo mejor eso explica, eso explica las mayorías más claramente, pero veamos lo importante”. Y vaya que ha visto mi Gober Negro Fide lo más importante.

De cinismos y anexas

* Lo dijo José Saramago: “Hay un poder dentro del Estado mexicano, dentro del país, dentro de la sociedad y mientras no arranquéis esa planta venenosa no sé qué es lo que podemos hacer, o qué es lo que podéis hacer porque ustedes son los que estáis sufriendo”.

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