lunes, 16 de febrero de 2009

Sin rival al frente

José Emilio Lobato Corrigeux
Comentario Abierto

El observar en los tiempos actuales como se lleva a cabo la competencia política, nos remite a los tiempos originarios de nuestro sistema político mexicano de donde emerge el sistema electoral; su análisis nos enseña que en un principio se tuvo como idea principal que los distintos grupos herederos de la revolución mexicana que luchaban por seguir siendo parte del poder canalizaran sus aspiraciones mediante la participación institucional dentro de un partido político.
Eran los tiempos en que el General Plutarco Elías Calles al formar un partido político desde el poder (el Partido Nacional Revolucionario), jamás imaginó su trascendencia ni que creaba en los inicios del siglo XX , un sistema político en el que las transformaciones sociales de nuestro país se darían dentro de un proceso pacífico e institucional.
Era necesario que todos los actores sociales formaran parte de la participación en las decisiones del proyecto nacional y por eso se instituyó dicha participación a través de una suerte de clasificación donde se crearon los sectores popular, campesino, obrero y militar, éste último fue disuelto y se propuso que los militares de la revolución ventilaran sus aspiraciones políticas en cualquiera de los otros sectores pues entrábamos entonces en la era de los gobiernos civiles.
Conforme pasó el tiempo se reconoció el derecho de las mujeres al voto (en tiempos del Presidente Ruiz Cortínez) y como resultado del movimiento estudiantil de 1968, el régimen revolucionario a través de una reforma constitucional concedió la mayoría de edad a los jóvenes que tuvieran 18 años, de tal forma que, mujeres y jóvenes tenían el derecho a votar y a ser votados, eran los tiempos de Luis Echeverría Álvarez.
Antes, se consideraron otros elementos que fueran perfeccionando nuestra vida democrática, el régimen de gobierno era prácticamente unitario, pues un solo partido político mantenía la hegemonía y cualquier voz disonante era prácticamente acallada, fue entonces que en tiempos del presidente Adolfo López Mateos se abrió la posibilidad legal de que todas aquellas voces y corrientes que pensaran diferente al gobierno, lo hicieran formando partidos políticos que podrían ser representados en el Congreso Federal de acuerdo a su porcentaje de participación en el recuento de las elecciones federales (inicialmente el 2.5% y posteriormente el 1.5%)
Así se mantuvo esta tendencia hasta que con la reforma política del Presidente José López Portillo en 1977, se modificó la versión de diputados de partido y se creó la figura de diputados de mayoría relativa que son los diputados que obtienen una curul mediante el voto logrado en un distrito determinado y los de representación proporcional, que son aquellos que se determinan del promedio de votos obtenidos en una región compuesta por varios distritos electorales.
Esta modalidad se amplió al Senado de la Sepública y también en los ayuntamientos de tal forma que en los municipios coexisten ediles de diferentes partidos políticos que son los que deciden los asuntos municipales a través de las sesiones de cabildo, lo que impide que los partidos mayoritarios decidan por sí solos y se cometan abusos de poder.
De tal forma que se observa que los avances electorales tienen como propósito fundamental al participación de todos los ciudadanos y todos los componentes ideológicos que han permitido el tránsito del poder en un clima de paz social, sin embargo algo ha fallado y hoy que los partidos políticos tienen como responsabilidad competir mediante la presentación de una plataforma electoral básica que es la propuesta de gobierno que hacen a la nación, también se ha considerado que, para ser candidato de cualquier partido político a cargos de elección popular, se necesita que los aspirantes compitan en un proceso interno que legitime su candidatura.
¿De que han servido estos avances?, de poco, lamentablemente observamos como los grupos representativos de las fuerzas políticas que compiten en los procesos internos a través de un aspirante adolecen de un discurso para el debate que brinde confiabilidad primero a sus militantes y simpatizantes y posteriormente en la candidatura, a los ciudadanos, pues hemos podido observar la forma en que quisieran no tener adversarios políticos, en muchos de los casos le apuestan a su desaparición.
Se ven empobrecidos al señalar en sus adversarios manejos programáticos de recursos gubernamentales para lograr tendencias electorales favorables y por otro lado quienes utilizan los recursos públicos para verse favorecidos también muestran su incapacidad para convencer con ideas, lo mas triste es que dentro de estas dos prácticas se vive la coyuntura de que grandes sectores sociales en medio de las carencias y la ignorancia, se ven en la triste condición de comprometer su futuro al otorgar el voto por recibir una despensa o el cheque de algún programa de gobierno, a sabiendas que cada año electoral seguirán recibiendo este beneficio.
Ahí están realmente los principales enemigos de México, la pobreza, la ignorancia y la marginación y sobre todo los incompetentes, los que quisieran aniquilara a su competidor político porque no tienen o no saben qué ofrecer al electorado, más que la descalificación, el escarnio, y el escándalo, así quieren ser representantes populares, sin rival al frente.
Usted tiene la mejor opinión

Lo-corrijihotmail.com

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