lunes, 6 de abril de 2009

“Es lo que la gente quiere”

Salvador Muñoz
Los Políticos

Así se excusaba Saparmirat Niyazov, presidente fallecido de Turkmenistán cuando veía por todo el país su nombre, estatuas o cualquier cosa que tuviera que ver con él.
Para ubicarlo, fue el que cambió los nombres a dos meses del año, enero y abril, para ponerle Turkmenbashi (Líder de Todos los Turcomanos, eso significa y así se autonombró) y el apelativo de su santa madre (muy largo y enredado para leer).
Además, escribió un libro básico de texto que llamó “Ruhnama” o “Libro del Alma” que todo estudiante de secundaria debía saberse al derecho y al revés para poder egresar.
Igual mandó a hacer estatuas cubiertas de oro (no sé si bustos también) y hechas del material de un meteorito al que llamó ¡“Turkmenbashi”!
No había “Juramento hipocrático”, sino “Juramento a Tukmenbashi”.
Un pueblo llamado Krasnovodsk creo que no le gustaba la fonética que tenía y prefirió llamarlo con otro nombre… ¡“Turkmenbashi”!
¿Parece loco? Pudiera ser, pero fue de esos grandes hombres que buscaban la libertad de su pueblo en ese tiempo bajo el yugo de la desaparecida Unión Soviética… ¿le recuerda a alguien este libertador?
Sí… por supuesto… se parece a Fidel… bueno… dicen.
La verdad yo no conozco la Isla, pero pues tampoco conozco Turkmenistán, así que le seguimos…
En Cuba dicen que ya no hay una gran difusión de la imagen de Fidel Castro como hace muchos años. Comprensible porque con el tiempo, las nuevas generaciones van perdiendo parte de su historia y Fidel ya no es el mismo que salió de Tuxpan. El culto a la personalidad se combinaba con el adoctrinamiento a través de pintas y frases que el mismo “Maximus”, el de “El Gladiador”, envidiaría: ¡Patria o muerte! ¡Venceremos! ¡Hasta la victoria siempre! que más que exaltar la figura de Fidel, adoctrinaban (por decirlo de una forma vulgar) o hacían que despertara el espíritu (siendo idealistas).
Pero me dicen los que han estado allí, que en las casas mucha gente mantiene con cariño y respeto, una foto de Fidel Castro Ruz… es decir que el culto a la persona lo da el pueblo de una manera sencilla, sin alharaca y sin que cueste mucho dinero.
Aseguran que no es parte de alguna campaña del Estado, porque son fotos en distintas poses, tamaños y años.
En México y mucho menos en Veracruz, nos salvamos del culto a la personalidad…
Si el pueblo no me miente, da pena comentarlo pero es un veracruzano el que puso la nota sobre este tema que a veces nos acerca a un dictador (el tema, no el veracruzano). ¿Ya sabe quién es? ¿No?
¡Póngase buzo! ¡No soy papá gobierno para que le tenga que dar todo! Esté alerta con las características del culto a la personalidad… ¡ojo! Y de inmediato se dará cuenta de qué veracruzano le hablo…
1.- Devoción total de las personas para el líder (porque eso son, auténticos líderes o mesías que quieren llevar a la salvación a su pueblo)… por eso usted estará oyendo a la gente, políticos y funcionarios, referirse a esta persona como “El Señor”, “El Maestro” o “El Jefe” sin mencionar ya su nombre.
2.- Excesivos halagos en los medios de información.
3.- Por lo mismo, la presencia exagerada en notas, fotos, eslóganes por todo el territorio.
4.- El nombre del líder empezará a aparecer en escuelas, canchas, edificios públicos y ¡hasta en ciudades!
5.- La relación del líder con todo lo que acontece en el territorio o en el mundo… vaya, es ajonjolí de todos los moles, y sus seguidores lo enaltecen diciendo: ¡Sabe mucho!
Si con estas características no ha dado con este veracruzano a quien se le rindió culto a la personalidad, pues no me queda más que decirlo: Miguel Alemán Valdés.
Si no, baste observar que a la fecha haya por todos lados avenidas, calles, edificios públicos, ciudades, carreteras y un sinfín de cosas, así como un hijo al que le puso también su nombre… a ciencia cierta no sé si esto haya sido durante su mandato o estando vivo, pero estamos seguros que eso se llama Culto a la Personalidad.
¡Igual que ocurrió con otros líderes, a Miguel Alemán se le vio como el gran revolucionario pero algunos aún lo llaman el Gran Robolucionario!
Por supuesto… en algunos casos, las estatuas al culto a la personalidad, tras ser derrocado el gran líder, el maestro, el jefe, igual caen, como ocurrió con Saddam Hussein, Hitler, Fox o el mismo Alemán (recuerden CU)…
Así es la historia… ¡ah! Al gobernador Fidel Herrera le acaban de hacer un busto en Tierra Blanca. No cabe duda… “es lo que la gente quiere”.

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