domingo, 3 de mayo de 2009

La inflación de la Influenza

Salvador Muñoz
Los Políticos

Y usted ¿qué hizo este fin de semana largo?
Lo que haya hecho es un reflejo de su posición respecto al Gobierno.
Es decir, si usted se quedó en casa, extremando precauciones; si tuvo que salir, se puso cubrebocas; hizo compra de medicamentos y alguna despensa extra de latitas, pueden ser dos cosas:
1) Usted cree en el Gobierno…
2) O tuvo miedo.
En caso contrario, si usted aprovechó este puente y fue de los pocos que circuló por carretera para ir a las playas; o simplemente aprovechó para ir de “reventón” a los antros este pasado viernes, no usó cubrebocas y siguió su vida normal, pueden ser dos cosas:
1) No le cree nada al Gobierno…
2) ¡O ya superó el shock!
¡Lo que sea!
En cualquiera de las dos situaciones en que se haya encontrado, precavido o incrédulo, de toda manera habrá de sufrir las consecuencias de esta crisis epidémica que está contagiando a nuestra crisis económica ¡y créame que será peor que una pandemia declarada!
En el mejor de los casos posiblemente usted ya se percató de ello ¡Y en este caso no hay vacuna que lo salve!
¡Los precios están subiendo! ¡Ya no sólo por la Inflación sino por la Influenciación que trajo consigo con más fuerza que nunca una de las leyes que se mantiene vigente desde hace dos siglos y medio: La ley de la Oferta y la Demanda, que manifiesta: “en un mercado libre y competitivo, el precio se establecerá en función de la solicitud por los consumidores y la cantidad provista por los productores, generando un punto de equilibrio en el cual los consumidores estarán dispuestos a adquirir todo lo que ofrecen los productores al precio marcado por dicho producto”.
En casa, la administradora de las Finanzas se percató del movimiento de ciertos productos en tres etapas:
Principios de marzo, mediados de abril y a la fecha.
Es decir, plantea la Tesorera de mi casa, que de la primera etapa a la segunda, se entiende el aumento de los precios por la inflación que vive nuestro país… ¡la crisis pues!
Aunque sabemos de la Influenza después de la primera quincena de abril, la preocupación por ella se manifiesta a partir del 24 a la fecha… ¡la oferta y la demanda en su apogeo! (Recuerde el caso más claro: Cubrebocas a 50 pesos ¡y se vendían!)
Déjeme mostrarle unos ejemplos de lo que le comento de cómo subió el costo en algunos productos de la despensa habitual:
1) Frijol
Tan sólo del 24 de abril a la fecha, subió de 18 pesos el kilo a 24 ó 26 pesos.
2) El jugo embotellado
¡Subió un diez por ciento del 18 de abril al dos de mayo.
3) Sopas enlatadas como la Campbells…
De 17 a 19 pesos, de principios de abril al final de ese mes.
4) Cono de Huevo de 30 piezas…
Del cuatro al 26 de abril pasó de 35 pesos a 38 pesos.
5) Pescado congelado
Del primero de marzo al 26 de abril, con un costo de 64 pesos pasa a 70 pesos.
6) Leche Lala
Hace dos meses el cartón de leche estaba en 9.70 pesos… del 26 de abril al 2 de mayo pasó de 11.30 a 12.50 pesos.
7) Atún
Aunque parezca increíble, la latita se mantuvo estable… no se movió en marzo, abril y al menos a la fecha, de los 8.90 pesos…
Eso sí, quien pagó las consecuencias de llamar al H1N1 como Influencia Porcina fueron los productos del cerdo… y aunque no lo crea hubo una tremenda deflación.
Sólo baste ejemplo para que vea el resultado de lo que es convertirse en un “cochino expiatorio”:
Del 18 de abril al dos de mayo, el kilo de jamón bajó 33 pesos, es decir, un 25 por ciento menos, aproximado de su precio.
Lo que indica que a la fecha, los productos de cerdo continúan con una mala imagen entre la población o el consumidor, en este caso.
Ahora, habrá que observar cuánto más seguirán subiendo los precios a nuestra despensa y hacerse una pregunta: ¿Quién puede reclamar al gobierno que suban los precios si se mantiene el miedo a contraer una enfermedad? ¡Nadie! A veces el temor no nos permite ver más allá.


e-mail: dor00@hotmail.com

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