viernes, 5 de junio de 2009

¡Voto blanco, cuentos indios y Saramago!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Sobre por quién o por qué partido votar, me dice el amigo Amilcar Domínguez que ése no es el dilema principal. Escribe: “se estima que sólo votará entre un 30 y 40%, entonces, el primer dilema es Votar o no Votar; el segundo es escoger candidato o partido, votar en contra de alguien o anular el voto”.
Me llama la atención su última expresión: “Anular el voto”.
Ha empezado a circular por todos lados esa posibilidad que mismo efecto tiene si se abstiene uno de votar… creo yo.
¿Por qué anular el voto?
Puede ser porque los partidos o sus políticas así como sus candidatos, lleven a un grado de depresión electoral, a una desidia al elector.
Entiendo que el sufragio es un derecho, no lo percibo como un deber ¡como votar “a huevo”! Por eso la facultad que tiene cada mexicano de hacer de su papeleta un cucurucho…
Hay quienes acuden de inmediato a “Ensayo sobre la Lucidez” y sueñan que la ficción de José Saramago se haga realidad.
Dicho ensayo, de manera breve, trata sobre las elecciones en un pueblo donde el 85 por ciento da un voto blanco causando una reacción inmediata en el Gobierno… empiezan a ver moros con tranchete.
Hay otro cuento, “El Tesoro de Hakumán”, hindú, y se desconoce a su autor. Trata la historia de Hakumán, el primer hombre que recibió los conocimientos del Kamasutra directamente de las manos de Vatsyayana.
Teniendo un harén, de inmediato dio rienda suelta a sus conocimientos con cada una de sus concubinas, pero siendo generoso con ellas, les pedía que escogieran el arte que les brindara más felicidad.
Así que las concubinas pedían que, primero, les contara en qué consistía tal arte y después veían cómo lo ponía en práctica con alguna compañera.
Fueron días con sus tardes y sus noches que superaban los placeres de Scherezada, que ahogaban los gritos envolventes de Bulaq y opacaban a los narradores de Canterbury ante la explosión universal que había en sus encuentros.
Pasado el tiempo, Hakumán empezó a percibir algo… cada noche, cuando se reunía con su harén y pedía que escogieran un arte, notó que no todas participaban ya del juego. No obstante, un alto porcentaje de sus mujeres seguían palpitando por esas noches. Hakumán siguió disfrutando del regalo de los dioses concedido a su poder.
Pero las noches de Hakumán acabaron. Sus mujeres ya no participaban en las artes amatorias de placer y juego.
Hakumán, hombre justo, sabio y tolerante, perdió la cabeza.
Sin miramiento, tomó a una concubina y sin preguntar nada, la poseyó. No hubo escarceo, no hubo cariño, no hubo placer para ambos… el amor se volvió violación cada día. Las mujeres esperaban horrorizadas que el hombre apareciera para decidir por ellas.
El cuento sigue pero sería demasiado largo y tedioso contarlo de memoria como lo hago, pero le doy una opción: quizás pueda adquirirlo de seguro en Gandhi. Si tiene suerte, hasta encontrar esa edición especial con forro de cuero negro y una bella ilustración del pintor francés Oscar Francoise de Jarjay. Cuando lo descubrí en mis tiempos de estudiante, no pude comprarlo, por eso tuve que leerlo a escondidas de don Eligio Ramírez Ríos…
A lo que voy, es que el famoso “Voto Blanco” es igual a lo que le pasó a las concubinas de Hakumán… se hartaron… el asunto es que si nosotros anulamos nuestro voto o nos abstenemos de participar, no nos quejemos después de que nos cojan… ¡de tontos!
Es mi idea, muy particular: Hay que salir a votar, por el partido que usted quiera, por el candidato que decida… Después, exigirle cuentas claras, no burdos informes maquillados, a nuestros diputados, senadores, presidentes municipales, gobernador y presidente de la república; pedirles que así como nos piden nuestro voto, nos pidan la opinión para decidir una reforma, una iniciativa o una abolición… pero sobre todo: ¡que desaparezca el fuero! Porque su inmunidad se trastocó en impunidad. Digo, si no es que un día quieren que el “Ensayo sobre la lucidez” se haga realidad. Estamos a tiempo.

e-mail: dor00@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Asi como en Ensayo sobre la Lucidez de saramago, se plantea algo útipico, lo que propones de pedirle rendicion de cuentas a la gente por la que uno vota es igual de utopico puesto que ellos solos servimos para darles el voto y de ahi se olvidan de la gente que los llevo al poder, siendo solo parte de la copula politica de la cual solo esta al servicio de los intereses de unos cuantos. Asi que te pregunto que te dejaria mas tranquilo.. anular el voto y saber que no participaste mas en este sistema decadente.. o darle nuevamente un voto a alguien que no lo volveras a ver jamar y hacerles creer a los partidos que estan bien.. !