Tío Fide… ¡un día sin bañarse!

Salvador Muñoz
Los Políticos

En un futuro no muy lejano…
Arcelia Guerrero se levantó y vio el calendario… ¡hoy no habría baño! Hubo un mohín de disgusto, un día antes tuvo muchas actividades, el sol había estado en todo su esplendor y el efecto sobre su masa corporal provocó más sudoración de lo normal. Sabría que aunque se pusiera mucho perfume la sensación de estar sucia la haría sentir mal. Misma situación vivía en esos momentos Timoteo Aldana Carrión… ¡era miércoles! Veía su barba a medio crecer y sus cabellos blancos se percibían sebosos… ¡y no se iba a bañar! Igual situación vivían Gerardo Lara Careaga que rociaba en abundancia sus axilas; Luis Fernando Antiga Tinoco bañaba materialmente su pecho con loción para ocultar los humores y Manuel Lila de Arce, con gel antibacterial alisaba sus bigotes y cabellos…
¡Ese día no había baño! Pero ¿qué iban a desayunar? Fue la pregunta recurrente en cada uno de los domicilios de cada funcionario de Servicios de Salud de Veracruz.
Y fue la misma respuesta para cada uno: Lo que nos mandó el Gobierno del Estado… ¡galletas!

En un pasado muy lejano…
Charlton Heston volvió a sacudir a la sociedad con una gran película. La historia trata de que hay una sobrepoblación increíble en el mundo (o Nueva York… no recuerdo) y la escasez de alimentos se hace patente. Una empresa entonces decide proporcionar un alimento especial, galletas de “Soylent Green”. Lo curioso de este alimento nutritivo y favorito de las masas, es que era hecho con base en ancianos muertos. ¡Cuando el destino nos alcance!

En un presente lamentablemente muy presente…
Hace unos días, las quejas de algunos trabajadores se oían claramente a través de la puerta de Elsa Victoria Folgueras Gordillo (exacto, hermana del secretario de Turismo), asesora del titular de Salud en Veracruz, Manuel Lila de Arce.
La instrucción del administrador del asilo Sayago había sido tajante: Lunes, miércoles y viernes habrían de recibir baño los ancianos residentes. Las razones, por supuesto, no obedecían a cuestiones sanitarias, ¡sino de ahorro!
¿Ahorro? ¡Cómo era eso! Más ahorro no puede haber cuando Servicios de Salud no ha liberado el presupuesto 2009 que le compete al asilo (¿Cuándo esos periodistas habrán de investigar, en lugar de festejar su pinche “Libertad de Expresión”? ¿dónde están esos “guangos” jefes de información?)… ¡a alguien no le cuadran los números!
Sí, la puerta de Folgueras Gordillo era insuficiente para atajar la molestia de esa gente contra José Adrián Gómez Navarro, ese ex director de penal que trata de administrar el asilo como lo haría con un Cereso.
¿Cómo?
Primero, tratando como bazofia a los ancianos y después, amafiándose con el sindicato de Trabajadores del Estado al Servicio (sí, al Servicio, no para Extorsionar o Chantajear a) de la Secretaría de Salud.
Pero ¿qué razones obligan a Gómez Navarro ordenar que se “ahorre” en el baño a los ancianos del asilo?
¡La rebelión de los proveedores!
Así es… los proveedores del Asilo Sayago ya están hartos, hasta el copete y de plano empezaron a dejar de suministrar los básicos para el cuidado y mantenimiento de los viejitos, porque sencillamente desde hace mucho tiempo no les pagan.
Entonces los proveedores del gas, material de curación, tortillas, pollo, frutas y verduras, entre otros, están a punto de llamar a una rueda de prensa o publicar un desplegado para que Servicios de Salud cubra la deuda que la administración del Asilo Sayago tiene para con ellos.
Sí, tras la puerta de Folgueras Gordillo una voz de mujer explicaba que en esos días, Servicios de Salud había autorizado el cobro de los cheques de la pensión de los ancianos después de que se abriera una cuenta en “x” banco.
Así es, apenas cobraron esos cheques porque, ya saben, muchos viejitos son agandallados por familiares holgazanes que quieren aprovecharse de este beneficio que Gobierno del Estado les da; en otras situaciones, hay ancianos que por sus condiciones de salud, no están aptos ni para firmar un cheque, aunque el problema más agudo era que el administrador quería “administrar” todos los cheques de los viejitos.
Al final, a medias lo hace, porque la cuenta es mancomunada con la directora del asilo, Ana Laura Guati Rojo López, lo que, de cierto modo, desanima cualquier intención perversa que se le quiera dar a ese dinero que debe utilizarse en pro y beneficio de los residentes del Sayago.
Claro… pero no bastan 60 mil u 80 mil pesos para saldar las deudas de la administración del Asilo Sayago…
Entonces… ¿qué le queda a José Adrián Gómez Navarro por hacer?
Tres cosas:
1) Apoyarse en Gerardo Mestizo Silva, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Estado al Servicio de la Secretaría de Salud, para impedir o presionar a dicha dependencia de manera que no lo saquen a cambio de seguir beneficiando a esos sindicalizados que llegan tarde, se van a la hora que quieren, o de plano no van pero que, al final, en su pago, se reflejan estímulos inmerecidos.
2) Seguir presumiendo su amistad con Fidel Herrera Beltrán y el cargo que desempeñó como director de un penal, donde se conoce a matones a sueldo, ladrones y violadores, que pudieran “hacerle un favor”…
3) Esperar a que Contraloría, ya sea de Servicios de Salud o directamente con Clara Luz Prieto Villegas, terminen de investigar por qué demonios pide medicina para diabético a través de una receta extendida a un anciano que no padece ese mal y cuyo beneficiado será el mismo Gómez Navarro… conste… eso sería sólo la punta de la madeja…
Mientras, habrá que preguntar a Manuel Lila de Arce o a cualquiera de sus funcionarios, incluso, al mismo Gobernador, si aguantarían un día sin bañarse…

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