Asilo Sayago: ¡Rásquele Timoteo!

Salvador Muñoz
Los Políticos

La diputada Margarita Guillaumin es una de las legisladoras mejor calificadas en el Congreso local y es respetable su posición respecto al asunto del Asilo Sayago, de la ciudad de Xalapa… pero equivocada. El asunto no son los cheques...
Los ancianos del Asilo Sayago por segunda ocasión en este año reciben cheques de “Pensión Alimenticia”.
Es decir, en este 2009, se incluyó, por instrucciones del gobierno de Fidel Herrera, a personas de la tercera edad que viven en asilos y casas asistenciales.
La primera ocasión en que se entregó a los viejitos del asilo Sayago los cheques, la entonces directora del Asilo Sayago, Ana Laura Guati Rojo, se encontró con algunos inconvenientes: Familiares de los viejitos querían cobrar los cheques; algunos ancianos, por las condiciones propias de una salud deteriorada por el tiempo, no concebían qué hacer con dicho documento; algunos ya no saben cómo firmar y, quizás, la más importante, el tesoro que podría significar para el administrativo (protegido por Arcelia Guerrero y Cirilo Rincón), tener en su poder el control absoluto de más de 72 mil pesos, que suman todos los cheques en su primera entrega.
La solución, estimada diputada Margarita Guillaumin, la dio el DIF y el Sector Salud, de una forma sencilla, pero con orden y transparencia: abrir una cuenta mancomunada donde, para sacar un solo centavo del dinero en conjunto de los ancianos, debería fundamentarse en forma estricta.
Por eso la respuesta exacta de la directora Guati Rojo cuando es entrevistada en torno a la denuncia que hiciera un anciano que no veía el dinero de la pensión es contundente. Y es que esos recursos están allí, en medicamentos, material de curación y enseres personales:
“El gasto total fue de 53 mil 379 pesos en medicinas, aquí están las facturas, el remanente sigue guardado en el fondo del asilo y se gastará cuando se necesite, en ningún momento hacemos mal uso de este recurso”.
También dijo que la Secretaría de Salud le aplicó una auditoría a su administración, incluso el DIF lo hizo en dos ocasiones para corroborar el buen uso de la aplicación de los recursos para pensión alimenticia, sin encontrar alguna irregularidad.
Y es que allí, gracias a la misma Guati Rojo, no hay “pecata minuta”, nada que manche su honestidad, su profesionalismo, su ética.
Por eso se equivoca Margarita Guillaumin… no es con Guati Rojo donde habrá de encontrar irregularidades.
Si quiere encontrar chanchullos, mal manejo del presupuesto, desvío de recursos, tiene que dirigirse a la persona correcta… en este caso a Timoteo Aldana Carrión, director administrativo de la Secretaría de Salud, descubridor con sus auditores, de una tremenda cloaca, llena de agua sucia, putrefacta, mal oliente que hay en la administración de ese Asilo y cuyos canales desembocan en las oficinas del contralor de Salud (Ojo Clara Luz Prieto Villegas), Cirilo Rincón Aguilar, asiduo parroquiano de “El Regio” y de Arcelia Guerrero, jurídico de Salud.
Sí, esos funcionarios que defendieron a capa y espada (aun de Manuel Lila de Arce) al administrador que endeudó al Asilo Sayago; el que ordenó que sólo los lunes, miércoles y viernes se bañara a los ancianos para ahorrar gas y agua; el que es perseguido por proveedores por su falta de pago; el que fue capaz de solicitar medicina utilizando una receta de un anciano más saludable que él; el que se acerca a los auditores diciéndoles: “Te manda saludos Cirilo Rincón… Arcelia Guerrero”; el que presume amistad con Fidel Herrera; el que fue premiado por Arcelia Guerrero y Cirilo Rincón comprándole insulinas y medidores de glucosa para uso personal (después de que no pudo conseguirlas con una receta falsa) y utilizando recursos que debían estar disponibles para los ancianos.
Timoteo Aldana Carrión tiene un descubrimiento en sus manos y si sigue rascando habrá de encontrar a Tomasín, tremendo jugador de baraja, de conquián, de brisca y solitario, con una lucidez increíble aun rebasando los cien años… don Tomasín, quien dijera, hombre tan saludable, vino a echar abajo el teatro del administrador José Adrián Gómez Navarro, un hombre enfermo, no sólo de diabetes, sino también de codicia.
Timoteo Aldana Carrión también puede descubrir esa denuncia de maltrato que reciben los ancianos por parte de las enfermeras y a pesar de los señalamientos, Arcelia Guerrero se vuelve cómplice mudo, criminal pasivo, de algo contra lo que luchan Fidel Herrera (una de las personas que más la apoyó para estar donde está) y Rosa Borunda.
O quizás, preguntando, sabrá por qué hay viejitos que se niegan a tomar su medicina… viven con miedo, con temor a que si se las toman, se cumplan las amenazas de aquellos que fueron sorprendidos semidesnudos, dando rienda a sus calientes pasiones y que, para no decir nada, simplemente les dijeron: “Hablas y te damos veneno en tu medicina”.
¡Rásquele Timoteo! Verá que Guati Rojo tiene razón. ¡Rásquele Timoteo! No se convierta en cómplice por silencio, en delincuente por omisión, en un mentiroso como Cirilo Rincón, Arcelia Guerrero y José Adrián Gómez Navarro que engañan con agua revuelta, sucia, al gobernador Fidel Herrera y a la señora Rosa Borunda. ¡Rásquele! ¡La cloaca en el asilo está honda!

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