UV: origen y legalidad futura

Francisco Montfort Guillén
Kairós

Ni alabar ni condenar, sino explicar. Esta es la tarea del pensamiento. Esta debiera ser nuestra actitud intelectual frente al desarrollo de la Universidad Veracruzana. Su tránsito desde la heteronomía hacia la autonomía institucional exige, en este momento, interpretaciones sobre ese proceso. Y también sobre su situación actual y su futuro.
La autonomía de la UV no obedeció a un movimiento intelectual o a una postura política e ideológica endógena, alimentada por la libertad y la crítica de la comunidad universitaria en contra del Estado. La descripción de los hechos arroja como resultado una visión y una decisión gubernamental con resultados favorables para la universidad. La autonomía viene de una decisión heterónoma del poder, validada por una justificación oficialista de un reducido grupo de maestros. Conjunción feliz de voluntades: el inicio de una nueva etapa de la vida universitaria en Veracruz.
Este origen marca el diseño institucional de la autonomía funcional de la UV. En el plano de los individuos, el comportamiento autónomo ha carecido de fuerza. En el plano legal y organizacional la estructura continuó bajo el pensamiento del control autoritario sobre catedráticos, alumnos y empleados. Este ha sido el continuismo del aparato de dominio burocrático. El excesivo protagonismo de la rectoría involucra, es cierto, una parte de la personalidad de su titular, cualquiera que éste sea. Pero sobre todo, radica en una “cultura organizacional” y en un sustento legal arcaicos. En suma: los excesos del poder y la debilidad de las acciones de producción de conocimientos y trasformación de estudiantes en profesionales competitivos son en gran medida fruto de las normas, de la estructura y la cultura de dominio.
El diagnóstico de la SEP ha sido contundente: el mal diseño de la estructura organizacional y el deficiente marco legal no sólo producen ineficiencia e ilegalidad. También y de manera creciente, inciden negativamente sobre la calidad y expansión de la investigación, la docencia y la extensión universitarias.
De aquí la prioridad: recobrar la legalidad plena en todas las decisiones universitarias. De aquí la exigencia de tener autoridades legales y legitimadas. De aquí el compromiso: no aceptar designaciones ilegales de autoridades. Los universitarios, unidos, exigiremos el respeto a la institución Universidad Veracruzana, a la Junta de Gobierno y al rector en funciones. Por el bien de la UV y de la sociedad veracruzana la designación del rector no debe ser, siquiera, objeto de dudas ni mucho menos de objeciones legales. Cuidemos lo que decimos defender: la institucionalidad de nuestra universidad.

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