viernes, 31 de julio de 2009

Xalapa es como la vida

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Un amigo me refiere, tristemente irónico, que ya no entiende la vida, que primero se nos murió Superman, luego Micheal Jackson y “ahora vi en YouTube que el Coyote por fin se comió al Correcaminos, lo que creí nunca iba a pasar”. “No somos nada”, concluye, a lo que yo le comenté que “No eres nada tú, porque yo sí”. “Ah cabrón, ¿pos qué eres tú, a ver?”. Suave le contesté: “Nada”, y agregué: “La cuestión es que yo sé que soy nada y vos no sabes que eres nada. He ahí la diferencia”. “Caramba, hoy amaneciste filósofo”, rió. “A veces así amanezco, y hoy amanecí también cariñoso”, carcajeamos. Entonces me di cuenta que la vida no es bella, pero hay que hacerla bella, dijera Franco Volpi.
Pero dando un pasito más –no el pasito tuntún, eh, eso pa’ después-, el asunto es que por mucho que seamos de acero, famosos e incluso caricatura supuestamente indestructible, la realidad es que vivimos al lado de la inexorable muerte. Vaya, no siendo tan pesimista, somos finitos –que no pequeñitos- y en estos tiempos la cosa se torna peor. Nada es como es. Todo puede ocurrir el día de hoy, hasta lo inefable. Chin, ya me pasé de mamón.
El caso es que aquí y en China, todo puede pasar. Recuerdan la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, donde los personajes de dibujos animados (llamados “dibus”) son seres reales que conviven con seres humanos de carne y hueso. Es decir, donde la realidad es ficción y a la inversa. Así son estos tiempos. Ya no sabemos ni qué máuser. No sabemos ni quiénes somos; incluso, no sabemos si contamos con un familiar o pariente incómodo; si mis vecinos son buenas gentes o narcotraficantes; si mi amigo es mi amigo o convivo con el enemigo; si mi pinche vieja es aliens o no –bueno, no habría diferencia-.
¿Alguien pensó en Heráclito, por aquello que dice que nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña, es decir, todo cambia, nada es? Chale, pos yo tampoco.
En fin, que cuándo íbamos a imaginar que el PRI perdiera la Presidencia de la República, que el panismo fuera guatepior al frente del gobierno federal, que… Bueno, enliste usted mi querido lector.
En medio de tan escabrosa situación de no saber ni que pex, un servidor opta tomar la vida de acuerdo con lo dicho por Eduardo Galeano en una emisión del programa “Animal nocturno”, conducido por Ricardo Rocha: “Xalapa es como la vida, un sube y baja”.
Y defenderé la alegría como una certidumbre, la defenderé a pesar de dios y de la muerte, de los parcos suicidas y de los homicidas y del dolor de estar absurdamente alegres, escribiera Mario Benedetti.
Ahí se ven mis queridos “dibus”.

Los días y los temas
Lo dijo mi Gober Fide en la ceremonia del 150 años de las Leyes de Reforma, allá en el Congreso del Estado: “Asumamos el reto de nuestro tiempo, de hacer frente a nuevos fenómenos que ponen en peligro lo mucho logrado, paz, tranquilidad, vida, salud, patrimonio y seguridad, con base en acuerdos”. ¿A qué fenómenos realmente se refería? Y continúa: “Para hacer leyes, se requieren acuerdos, voluntad, respeto, dejar atrás las diferencias para los tiempos que señalen las leyes y entrar en los espacios de construcción común para servirles a todos por igual”. Chin, esto iba pa’ todos, creo, hasta pa’ los que estaban ahí congregados, calladitos… Ojalá así sea. “Qué viva Juárez. Qué viva la República. Qué viva México”, expresara al final mi Gober Fide. Ajá, y respiré “aigres” de fiestas Patrias. ¡Salud!
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Conocí –él a mí no- al legislador federal Adolfo Mota Hernández cuando fue diputado local a la LVIII Legislatura local, tiempo durante el cual lo vi siempre en chinga, trabajando en comisiones y subiendo constantemente a Tribuna. Por eso no me extraña que haya hecho una buena labor en la LX Legislatura federal que está por concluir y aun así se mantenga firme en sus actividades, tanto que hace unos días declaró que se mantendrá firme hasta que la obra del distribuidor vial en la avenida Ruiz Cortines de Xalapa se realice. Bien por esa juventud con bríos.

De cinismo y anexas

* Con eso del puente colapsado que trajo como consecuencia desolación en familiares de las personas muertas –¿a quién realmente le importa esto?-, incluso con los puentes en malas condiciones, sólo nos debe de reconfortar que al menos contamos con puentes vacacionales verdaderamente sólidos, diseñados y construidos con el puritito sudor de la frente. Ajá. Felices vacaciones, a seguir echando la güeva.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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