Salvador Muñoz
Los Políticos
En estas épocas decembrinas es común recordar que fue un ángel el que anuncia a pastores que nació el mesías.
La palabra “ángel” significa “mensajero”.
Es decir, de acuerdo a la Leyenda judía y cristiana, Dios utiliza a sus mensajeros para llevar, por lo regular buenas nuevas a la humanidad.
Uno de esos mensajeros es Gabriel, el mismo que le anuncia a María que en ella se engendrará el hijo de Dios.
Pero no sólo Gabriel es identificado como el mensajero de la anunciación, resurrección y compasión.
También hay quienes ubican a Gabriel no con una espada, sino con una guadaña. ¿Les recuerda a alguien?
Incluso es ubicado en quienes gustan de estudiar a los mensajeros de Dios como el rebelde de los arcángeles.
Por todos esos “santos” que le endilgan a Gabriel, también es conocido como el ángel de la destrucción, poniendo como ejemplo que le atribuyen el fin de Sodoma y Gomorra.
Es decir, a veces los ángeles no dan buenos mensajes.
Bueno, pero otro de los mensajes más crueles que se pueden recordar en la historia de la Humanidad sin lugar a dudas es el de Eduardo I de Inglaterra:
A su enemigo, un rebelde que buscaba la independencia de Escocia, lo mandó a arrastrar varios kilómetros, lo ahorcó hasta el desvanecimiento, dicen que le cortaron los genitales, le sacaron los intestinos, lo decapitaron, lo desmembraron y cada uno de sus miembros (piernas y brazos) fueron colocados en distintos puntos de la antigua Inglaterra. Su cabeza, en el puente de Londres. El mensaje era claro: Vean lo que les pasa a los que se rebelan. Por supuesto que el mártir de la libertad pasó a convertirse en héroe porque a la muerte de Eduardo I, su hijo, Eduardo II, conmovido, dio la independencia a Escocia. Valió la pena el sacrificio de Williams Wallace, mejor conocido por las nuevas generaciones como “Corazón Valiente”, protagonizada por Mel Gibson.
Bueno, ya más contemporáneos, podemos recordar a los sacrificados en Ixhuatlán del “Matadero”. Amarrados a postes, torturados y si no mal recuerdo, con los genitales en la boca… era el gobierno de Patricio Chirinos. El mensaje en aquél entonces era que el Gobierno estatal y los caciques estaban muy unidos.
Siendo más frescos, cómo olvidar las ejecuciones entre narcos, zetas vs Golfo y sus mensajes…
Pero el último mensaje fuerte que percibo, digno de mafiosos, no proviene de un cártel (quiero suponerlo… quiero suponerlo). El mensaje aparece en una foto que publica “Reforma” en su edición de este viernes.
Si usted no la vio, se la cuento y muestro:
El cuerpo sin vida de Beltrán Leyva (señalado de narcotráfico por las autoridades federales) fue cubierto por billetes con denominación de 500 pesos, algunos de mil y dólares. Los billetes estaban bien acomodados.
¿Cuál es el mensaje?
Para mí, es éste: “Aun con todo el dinero del mundo, así van a acabar”.
¿Exagero?
No lo sé… pero las autoridades que realizaron el operativo para la detención (vivo o muerto) de Arturo Beltrán Leyva no tenían que “ultrajar” el cuerpo del narcotraficante de ese modo a menos que hubiera una razón y para mí, la razón es clara: Dar un mensaje.
El asunto aquí ya no es el mensaje, porque es claro o si me equivoco, díganmelo.
Tampoco el asunto es quién es el mensajero porque puede ser la Marina, el Ejército ¡o hasta el Primer Comandante, el mismo que libra una guerra contra el narco desde hace tres años!
El asunto para mí es ¿quién envía el mensaje?
e-mail: dor00@hotmail.com
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