domingo, 20 de diciembre de 2009

Reyes jóvenes

Salvador Muñoz
Los Políticos

Juventud o experiencia, he ahí el dilema.
¿Cuál es el juicio de la gente sobre nuestros gobernadores o representantes populares jóvenes?
Ha de ser el mismo que el juicio para los viejos y no tan viejos si vemos que la economía familiar sencillamente es insuficiente para una vida decorosa.
Mientras el salario mínimo sea pulverizado con aumentos a nuestra canasta básica, con el nuevo IVA que entrará en vigor a partir de enero, no significa más que no importa qué tan jóvenes, adultos o viejos sean nuestros políticos, el caso es el mismo: un pueblo que sufre todos los días viendo que nomás ¡no le alcanza!
Paso por Córdoba y veo muchas paredes con la promoción de Javier Duarte como candidato a diputado federal. Pregunto a los vecinos por qué no quitaron esa publicidad y en tono de broma responden: Para que los priistas ahorren tiempo y nada más le borren lo de “diputado federal”.
Algunos lo ven como el potencial candidato… otros, como imposición del Gobernador.
Es la juventud.
Paso por Orizaba y en son de broma, mis paisanos dicen que ya no se dice “Gracias a Dios” sino “Gracias a Diez”.
Sin dudas, el centro de la Pluviosilla refleja inversión y empleo por la cantidad de negocios que se ve en ella.
Es un espejismo, me dicen. El verdadero problema está donde no se ve. Vandalismo, drogadicción, robos…
Allí, el trabajo del alcalde sencillamente se viene abajo.
Es el político viejo.
Juventud o experiencia, he ahí el dilema.
No podemos pasar por alto que si bien el viejo es sinónimo de experiencia y sabiduría, lo que podría dar un gobierno más justo, seríamos mezquinos dejar a un lado o no darle la oportunidad al joven.
Hay ejemplos de que la juventud ha llegado al poder sin que la experiencia estuviera de por medio…
Recordemos a Tut, el niño rey de Egipto, quien a sus ocho o diez años fue soberano de este gran imperio.
Lamentablemente, para él, duró ocho años su poder.
Enrique VI de Inglaterra, quien a los ocho meses de edad, asciende al trono a la muerte de su padre. Claro que mientras cumplía la mayoría de edad, un Consejo y el Parlamento estuvieron al tanto de la Inglaterra.
Sin embargo, su gobierno no fue lo que se hubiera esperado y sucumbió desde que se casa.
Claro, el mejor ejemplo del poder joven ni duda cabe, es Alejandro Magno.
Si ya desde los 16 años se le quemaban las ganas por enfrentarse a los persas fue hasta que pudo domar a Bucéfalo, el caballo que hasta a su sombre le tenía miedo, que tuvo libertad de enfrentar sus propias batallas.
A los 20 asume el poder a la muerte de su padre Filipo. Y de allí, la historia es harta conocida.
La similitud en estos casos es claro: Los tres reyes llegan a la muerte de su padre. Cada uno de ellos, si bien lleva una herencia, son una esencia diferente en la forma de hacer y concebir el quehacer político, el gobierno y el poder.
En Veracruz, estamos en la antesala de pasar de la experiencia a la juventud.
Bueno, siendo precisos, hay dos jóvenes que aspiran a ocupar el trono que deja el fin de año que viene Fidel Herrera, si bien les va, después de competir con otras fuerzas que igual aspiran al poder.
Nos referimos a Javier Duarte de Ochoa y José Yunes Zorrilla… los dos jóvenes…
Pero ¿cuál de los dos es el que goce de experiencia? ¿Quién puede hablar de conocer las bases del partido, sus entrañas, así como al estado junto con sus carencias, debilidades y fortalezas? ¿Quién tiene trabajo por delante que lo arrope con la experiencia?
¿Qué habrá de ser para el PRI este 2010?
Juventud y experiencia o Juventud y dedazo…

e-mail: dor00@hotmail.com

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