martes, 19 de enero de 2010

IEV: la descomposición

Guillermo Manzano
Ojo de Gato

El Instituto Electoral Veracruzano (IEV) está en crisis. Negarlo es mentirse. El Consejo se encuentra sumido en sus propias contradicciones. Su presidenta, Carolina Viveros, no encuentra salida. Ha habido demasiadas purgas y no encuentran ruta, se pierden en pequeñeces y protagonismos. Se niegan a la razón y se descalifican entre los consejeros. Los partidos políticos pagan su mercadeo en el Congreso: ellos eligieron a los consejeros, a ellos se les debe este desmadre. Negarlo es mentirnos.
Mientras los consejeros cumplen ‘su palabra empeñada’ a sus padrinos, los candidatos hacen proselitismo en abierto, nada ni nadie los cuestiona. No hay poder legal para detener a Javier Duarte. No hay voluntad política para detener a Miguel Ángel Yunes. La renovación de poderes ya empezó y el IEV ni cuenta se ha dado.
Pero es posible y sólo posible, que estas crisis recurrentes en el IEV sean maquinadas en las mentes calenturientas de Fidel Herrera y sus cómplices. Provocar el descredito del organizador de las elecciones genera desconfianza en los ciudadanos. Se puede apostar al abstencionismo. Esto puede ser reforzado con una campañita de llamar al voto en blanco, ya que los candidatos, los partidos y el órgano electoral no garantizan la legitimidad. Por supuesto, que la campañita será patrocinada por el propio Gobierno del Estado, mediante sus intelectuales, artistas, organizaciones no gubernamentales, sus fundaciones y asociaciones civiles y creadores a quienes generosamente ha proveído de recursos financieros y becas. De tal suerte que el ciudadano libre no acuda a sufragar o bien anule su voto.
Esta situación estaría a modo para que el PRI moviera su ‘voto duro’. El voto cautivo que tiene en sus organizaciones corporativas que, pese a no tener la misma fuerza de antaño, siguen siendo organizaciones cautivas. Sus sectores, sus aliados, sus traficantes de la miseria (dixit Elizabeth Morales y su programita televisivo), sus cómplices, los que deben favores al Gobierno y uno que otro incauto, permitirá que el hijo putativo de Herrera acceda al poder. Nuestro sistema electoral de mayoría relativa lo permite. No importa el número de sufragios, con tener una mayoría simple con relación a sus contrincantes basta. La elección será legal más no legítima. Esto es lo de menos para quien aun gobierna Veracruz. Sabe que no se juega sólo la continuidad, sino la impunidad por el saqueo que ha realizado a las arcas estatales. En este contexto se encuentra el IEV.
El bloque de consejeros Ayala-Borges-Castaneyra juega a la simulación. Piden transparentar todas las sesiones de trabajo, que se transmitan en directo por internet o la televisión pública. Es correcto. Pero es una apariencia, una simulación. A ellos no les interesa la transparencia de los trabajos del instituto, les interesa causar y generar retrasos, distractores, sofismas. Si realmente quieren ser transparentes que declaren contra Javier Duarte y el derroche de recursos públicos que dilapida en franca promoción y construcción de su candidatura, que le apliquen lo estatuido en el código y le nieguen el registro a su candidatura por violentar el marco legal. Hacerlo es cumplir la ley. ¿Acaso el candidato de Herrera es intocable? Si esta tríada de consejeros realmente quieren terminar con la opacidad del IEV, que empiecen por aclarar su origen político, a quién o quienes sirven. Lo mismo le digo a Carolina Viveros y Jacobo Domínguez, que sean honestos y congruentes en lo que dicen y hacen. Que expliquen porque se comunican con cierto funcionario gubernamental para reportar sus actividades y hablar de los bien que va ‘nuestro candidato’.
La descomposición del IEV se acelera, pero creo y sólo creo, que esto es precisamente lo que busca el gobierno de Herrera y a esto es a lo que se prestan los consejeros electorales y los representantes de partido. Para ellos lo que menos importa son los ciudadanos, los electores, la legalidad e imparcialidad; pero bueno, los miles de pesos que cobran mensualmente, bien vale una dignidad y una trayectoria académica.

No hay comentarios: