Walter Ramírez
En un acto de abuso de poder y arbitrariedad esta mañana fui sacado de la Sala de Prensa del Congreso de Veracruz. Dos policías y un jefe de seguridad me conminaron a abandonar las instalaciones del Palacio Legislativo porque en punto de las 8:30 horas, Javier Duarte de Ochoa iba a sostener una reunión con diputados priistas y la instrucción que dio el legislador federal fue que nadie podrían ingresar al edificio sino hasta después de las 10:30 horas.
Esto no puede seguir... es inconcebible. ¿Qué nos espera a los periodistas?, ¿Qué le espera a la sociedad?
El Congreso de Veracruz es la casa del pueblo, la sala de prensa es un espacio plural y abierto a quienes ejercemos esta actividad: No es posible que un solo hombre decida quién puede o no accesar a él y menos cuando ni siquiera forma parte del grupo de diputados locales.
A los lectores y amigos les solicitamos su solidaridad para levantar la voz y exigir que estos atropellos se detengan. Basta de soberbia y de desplantes de caciques medievales. Debemos parar las agresiones antes de que la insolencia se establezca para siempre.
Hoy me tocó a mi... mañana puede ser a ti.
A los diputados de la oposición les pido que exijan respeto a la soberanía de su recinto y de su poder y que sumen su voz de inconformidad por esta desagradable situación que enfrenté el día de hoy.
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