martes, 27 de abril de 2010

Arizona

Salvador Muñoz
Los Políticos

Me confieso ignorante. Así que de aquí hasta el final, tengo esta excusa con relación a la Ley Anti-inmigrante de la que tanto se parlotea.
Lo poco que sé, que no implica que lo sea, es que dicha Ley en Arizona pretende que todo aquel transeúnte que sea requerido por las autoridades deberá acreditar su estancia tanto en el Estado como en el país gringo.
Hablan de que es racista la Ley SB 1070 porque la policía sólo actuará “por sospechas razonables”.
Es decir, si yo camino por Arizona, quizás por mi apariencia de morenazo de fuego, pancita chelera, más chaparro que Leo Messi, un policía de esta ciudad bien podría pedir que me detuviera, poner contra la pared y pedir mi documentación…
Por supuesto, si no la tengo, ¡júrelo que me voy al bote y me retachan a México!
Pero… ¿qué pasa si tengo mi pasaporte y acredito que estoy de turista o aún mejor: Que soy ciudadano estadounidense aun cuando no cumpla con los patrones antropomórficos propios de lo que se dice un “gringo”?
A nadie he escuchado o leído sobre esa posibilidad.
No soy Pro-Jan Brewer, gobernadora de Arizona, pero lo veo así…
¿Qué pasa si de repente a su casa, en su jardín, llegaran unos salvadoreños, hondureños, guatemaltecos?
–¡Sólo estamos de paso! ¡Mañana nos vamos!– le dijeran, mientras se acomodan para dormir.
¿Volvería a su sala a seguir viendo televisión?
A lo mejor se sentiría invadido. Igual pediría la ayuda de la policía para que los desalojaran. En otra circunstancia, saldría y les daría de cenar y ofrecería la cochera para que durmieran bajo techo. No lo sabremos hasta que lo viva… antes, en Orizaba, comían en mi mesa; hoy, créame, difícilmente lo volvería a hacer porque en Orizaba, ¡ya les tienen miedo! No porque sean malos, sino porque hay una especie de fobia a los Mara-Salvatruchas y se cree que si es indocumentado, igual pertenece a esa banda.
Por lo tanto, creo que Arizona está en su derecho de hacer lo que pretenda en su territorio como bien lo puede hacer Los Angeles, Chicago, Texas, ciudades donde se aglutina el mayor número de trabajadores inmigrantes de origen veracruzano, según Rafael Arias, el de Copladever.
Pero el meollo del asunto no está en lo que hace o deja de hacer Arizona…
Tengo familia en Austin, Texas… desconozco si sigan en calidad de indocumentados o ya son ciudadanos norteamericanos…
Sé por qué se fueron al otro lado del río… por falta de oportunidades de empleo… porque sencillamente acá, no vieron la suya… al menos así lo vieron ellos.
No son los únicos… a lo mejor usted tenga a un familiar que decidió correr la aventura allende el Bravo o conozca “al primo de un amigo” que así lo haya hecho.
A lo que voy es ¿qué hacen nuestros veracruzanos, nuestros mexicanos, nuestros centroamericanos arriesgando la vida en Estados Unidos?
La respuesta simple es que aquí, no hay opción para crecer… se trabaja más y se gana poco… ¡ir tras el famoso “american dream”!
La respuesta complicada es que el fenómeno de la migración, que yo recuerde, ha sido de siempre, no es de un gobierno, no es de una crisis… hasta pudiera decirse que es parte del hombre el deseo de emigrar y después asentarse.
En fin…
Se me hace más escándalo lo de Arizona que realmente un problema de racismo.
El problema real, en sí, es la inmigración sin documentos, porque donde quiera que se pare, habrá de tener problemas el paisano, el centroamericano… no nada más en Arizona.
Para el gobierno mexicano, pareciera que lo más importante es que nuestros paisanos, con o sin papelitos, ¡sigan mandando remesas!

e-mail: dor00@hotmail.com

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