jueves, 13 de mayo de 2010

Del otro lado del teléfono

Salvador Muñoz
Los Políticos

Algo hizo el celular a mi cerebro… empecé a perder memoria. Antes fácilmente podía recordar unos 30 números telefónicos con sus respectivas referencias. No tenía necesidad de una agenda… de los últimos vestigios neuronales que le quedan a mi cerebro están los siguientes números: 5-4907. Fue el teléfono que si no me traiciona la memoria, puso mi tía Queta en el domicilio de mi abuelo y hablo de un 1975 o 1977. Igual tengo presente el de mi madre que no pongo porque capaz que habrá quien quiera constatar que tengo madre pero se los juro que sí… que sí lo recuerdo y que sí tengo madre.
Ahora, para recordar incluso el número de mi celular, tengo que buscar referencias y curiosamente son sexuales… es 2281 con una posición, una medida y otra posición. ¿Qué quiere? Me funciona.
En el caso del número de mi casa a veces tengo que recurrir a la secuencia de Fibonacci que sólo yo entiendo para recordarlo.
En fin… el celular acabó con la buena memoria. Si tiene necesidad de un número simplemente lo busca en su agenda electrónica por nombre y listo…
Pero el problema a veces no sólo estriba en una buena memoria y tener los teléfonos a la de ya… el problema serio a veces viene del otro lado del teléfono.
Le cuento lo que una secretaria, que puede ser de Gobierno del Estado, municipal, del Congreso local o de alguna dependencia federal, puede pasar cuando tiene la desgracia de llamar a ¡Palacio de Gobierno!
* Llama en el día, tardan más de un minuto en contestar y cuando contestan te pasan a todos lados menos a la oficina que pide o le preguntan si sabe la extensión… Se supone que si trabajan en el conmutador de Palacio deben tener un directorio…
* En fin… eso no es todo. Si usted llama después de las seis, contesta un hombre (por la voz) pero pareciera que se está despertando, atiende con una flojera que da coraje escucharlo.
* Eso es lo que ocurre en una llamada común pero ¿qué pasa si llama al área del Gobernador? Ahí cambia un poco la cosa… ¡bueno! Al menos en la voz que es de una mujer que amablemente te dice “está llamando a la oficina del Señor Gobernador, si conoce la extensión, márquela ahora; si no, espere en la línea y una operadora le atenderá”…
* ¿Y qué creen? Ahí aparece la reivindicación de todas las operadoras del mundo: ¡Jovita!, sí, esa damita que conoce su oficio y lleva trabajando en el conmutador del área del señor Gobernador ¡años!
* Esa mujer amablemente te pasa o si le llama para pedirle un teléfono ¡los sabe todos!
Si el Gobernador fuera justo bien merecería un reconocimiento Jovita por la labor que hace y que es la honra de quienes trabajan en el conmutador.
* El asunto es que cuando Jovita te pasa la llamada a la oficina que requieres ¡oh! ¡sorpresa! las secretarias están ocupadas y nadie contesta y en el peor de los casos escuchas una grabación que te dice el nombre del área y que en ese momento están ocupados, que dejes tu mensaje y te devolverán la llamada… lo dicen tan en serio que cuando han pasado casi seis años y no recibes ninguna respuesta ¡te das cuenta que te tomaron el pelo!
* Ustedes, estimadas secretarias de varias dependencias dentro y fuera de Palacio de Gobierno lo han de saber mejor que uno… ¿qué pasa si su jefe le pide comunicación con la secretaria del Secretario Particular? ¡Exacto! Ése que se la pasa cuidando a las modelos (o secretarias) porque no falta el político con ínfulas de galán de panadería que las quiera conquistar ¡y son recomendadas! ¡Pues la nena está ocupada! no puede atender al director, secretario, subsecretario… y lo increíble es que quien responde a la llamada es la “asistonta” porque eso sí… sea la secretaria de la secretaria del secretario particular, ¡es de angora!
* ¡Esto sí debe doler!
En Palacio de Gobierno lo deben saber… ¡vaya! Jorge Carvallo lo vivió (o ha de vivir aún) en carne propia: si llama al Palacio de Gobierno de Toluca, atiende un hombre que amablemente dice ofrece servirte; pides uno la oficina y te dice qué número de extensión te da antes de comunicarte y si no te contestan, amablemente te da un número directo por si quieres intentar más tarde.
En fin… amigas secretarias, ya sean de Gobierno del Estado, del ayuntamiento de Xalapa, del Congreso, de dependencias federales… esta es lamentablemente su triste historia del otro lado del teléfono…

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