Luchadores y políticos

Salvador Muñoz
Los Políticos

La Sonora Dinamita es precisa si hubiera hablado de nuestra política: ¡Métele la Wilson, métele la Nelson, la Quebradora y el Tirabuzón / Quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos, ¡sacalo del ring!
No recuerdo antes un fenómeno como el de los luchadores o “héroes” en una contienda electoral.
Digo los luchadores o “héroes” que asumen el nombre del candidato en turno porque es cierto, en anteriores procesos, participaron con enjundia “Octagón”, por poner un ejemplo, acompañando a un candidato.
Pero hoy hay “Super Chava”, la joven que causó sensación en un video de Salvador Manzur; después apareció por ahí un luchador que se hace llamar “Superman Zur” y es seguro que este dúo acompañe al candidato boqueño en su búsqueda por la presidencia municipal.
Hay que agregar el comic de Carolina Gudiño que creo se llama “Super Caro”.
¿Qué tienen los luchadores o los héroes que están generando en los candidatos este raro fenómeno?
No lo sé a ciencia cierta pero tienen imán. Jalan a la gente, llaman la atención, son carismáticos… y por supuesto: enigmáticos.
Cuando leí “La Muerte de Supermán” lloraba… cuando veo a un enmascarado, me emociono, y si me da su máscara ¡simplemente me transformo! Me dan ganas de luchar como cuando tenía cinco años.
De poder, andaría con máscara por la ciudad salvo un pequeño detalle: Mi miopía y sinceramente un luchador con lentes es cómico y pierde el respeto.

Ayer, mientras platicaba con Américo, estuvo a su lado “El Capitán Américo”.
Asegura el candidato del PRI a la diputación local por Xalapa urbano que en próximos días, mal recuerdo, no sé si este tres de junio, el enmascarado habrá de enfrascarse en combate en la catedral de la lucha libre en la Atenas veracruzana: La Arena Xalapa.
Tiene siglos que no acudo al Pancracio… la última vez estoy seguro que vi a Tinieblas en la desaparecida cancha Cocolapam, de Orizaba.
Lo más cercano a la Lucha Libre de hoy, bueno, no tanto la de hoy, hablo como la del Santo, Blue Demon (el bueno), Dorrel Dixon, es el Pancracio, porque la actual es más acrobática sin quitarle la rudeza que implican las llaves, que gracias al mejor reportero de Deportes, Fernando Hernández Fernández, las probé en cuerpo propio. ¡Mis respetos a los luchadores!
Si partimos etimológicamente Pancracio, tendríamos Pan (todo) y Cratos (poder) y pudiera darnos una expresión como “Todo el poder”, o “el que detenta todo el poder” o algunos lo pudieran considerar simplemente como “El más fuerte”.
Así, pudiéramos decir que los verdaderos pancraciacistas (¿así se dirá?) pueden ser realmente nuestros políticos, hoy candidatos.
¿Es malo buscar todo el poder?
Depende…
Como dijera el Tío Ben (pariente de Peter Parker): Un gran poder implica una gran responsabilidad.
Estoy seguro que Américo, sin ser el Hombre Araña entiende eso. Tiene un gran maestro que le ha dado de seguro entrenamiento exhaustivo para entender que el verdadero poder político está en servir a la gente.
El pancracio era una competencia griega donde se valía casi de todo, hasta romper huesos. Del pancracio a una contienda electoral no hay mucha diferencia, si no, pregúntenle a Greg, dirían los perredistas.
Cosa contraria, mientras en el Pancracio no se permitía piquete de ojos, introducir los dedos a nariz o boca, considerado “juego sucio”, en la política actual si bien todo mundo lo “rechaza”, es posible que lo aplique…
Creo que es preferible ver enmascarados al lado de nuestros candidatos que verlos enfrascados en una lucha de lodo… claro, es inevitable: Es el Pancracio Político ¡donde todo se vale!
Por eso digo que si la Sonora Dinamita se hubiera referido a nuestros políticos, sería más sabia: ¡Métele la Wilson, métele la Nelson, la Quebradora y el Tirabuzón / Quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos, ¡sacalo del ring!