lunes, 10 de mayo de 2010

Ricardo García Guzmán y los zurdos

Salvador Muñoz
Los Políticos

Soy zurdo y a la vez derecho. ¡Ambidiestro pues! No por obra y gracia de la naturaleza sino por la incomprensión pedagógica y familiar de mi época. No tuve pupitres para zurdos y mi abuelo insistía en que utilizara la derecha para comer o realizar tareas que me ponía.
Si se trata de hacer labores que requieran “cosas pesadas”, empleo mi mano derecha, pero para escribir en papel o dibujar, empleo la izquierda… dirían algunos que mi lado artístico está en mi hemisferio derecho y el de trabajo, en el izquierdo.
Hace unos días comprimí mi dedo de la mano izquierda en una puerta. ¡Ouch! No me pregunte por qué, los accidentes son inherentes a mi naturaleza, quizás el umbral del dolor en mí sea alto por eso. El apretón fue tan intenso que durante tres días que me punzó el dedo, me di cuenta qué tan útil era mi índice en las tareas cotidianas.
Pensé que iba a perder la uña, pero no, simplemente en la punta de mi dedo hay puntos rojos que se van tornando negros. Cuando escribo en el teclado, sólo siento un hormigueo en él.
El pasado domingo, que preparaba unos hotdogs con tocino para la familia, metí el dedo a un comal que tengo para calentar mis tortillas y sólo escuché un siseo… mi dedo había tocado la superficie caliente del comal… además de haberme machucado el dedo ¡ahora me lo quemaba!
Vino a mi memoria en ese momento Ricardo García Guzmán, el alcalde de Pánuco, que tuvo como quince días de pesadilla en donde ya se cantaba su desafuero y también vino a mi mente un zurdo increíble que me obliga a referir la analogía que vi con él y el edil del norte: Cayo Mucio.
Y es que he oído entre compañeros y amigos que Ricardo García Guzmán, al menos en lo que resta de su administración, no será molestado.
Pareciera que las autoridades políticas están en tregua con García Guzmán… y por ende, igual la justicia.
¿Y qué tiene que ver con mi zurdo favorito?
Ah… es que Porsena, rey de Clusio, motivado por Tarquino, sitia Roma. Entonces, varios jóvenes romanos deciden acabar con Porsena siendo a Cayo Murcio el que la suerte designa para intentarlo. Así que por la noche, oculto en la oscuridad, llega hasta el campamento de Porsena y por temor a ser descubierto, ataca a quien cree que es el enemigo pero se equivoca siendo detenido por la guardia del rey, quien le interroga para saber quién lo manda, cuántos están con él y en dónde están, y si no hablaba, ordenaría que fuera quemado totalmente. Cayo Mucio, en un acto valiente, él mismo mete su mano a un bracero que de inmediato la consume entre olor a carne quemada y un grito: “Poca cosa es el cuerpo para quien aspira a la gloria”.
Porsena, admirado por el valor del joven, le perdona la vida y en respuesta, el romano le dice lo que a la fuerza no pudo sacarle el Rey: 300 jóvenes romanos están dispuestos a morir para darle muerte a Porsena y vienen en pos de él.
El rey sorprendido por el valor de Cayo Mucio y lo multiplica por 300, ordena el retiro de sus tropas y termina el sitio a Roma.
Por supuesto… no creemos que Ricardo García Guzmán se haya quemado una mano para que las aguas turbulentas se calmaran en su entorno y también dudamos que el alcalde de Pánuco tuviera tal valor… hoy las cosas se arreglan de otro modo… ¡es negociación!
A Cayo Mucio le llamaron Scevola, que significa zurdo (pues perdió la mano derecha); a Ricardo García Guzmán le llaman corrupto, porque supuestamente se transó una lana… a mí me pueden decir pendejo… ¡mira que aplastarme y quemarme el dedo por nada!

e-mail: dor00@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena anecdota para ilustrar lo que pasa en panuco por que es verdad ricardo garcia es un corrupto y si no,¿ por que pide que los regidores devuelvan el bono que se dieron y no le pide a su querida.. y adorada tesorera que devuelva los enormes bonos que el le ha estado dando cada fin de año? yo por eso votare por el pri por que alguien que traiciona a quien lo creo no se le puede tener ninguna confianza