lunes, 28 de junio de 2010

Reflexiones para decidir el próximo domingo 4 de julio

Héctor Yunes Landa*

El próximo domingo será un día muy importante en la vida de Veracruz, porque vamos a decidir quién habrá de gobernar nuestro estado los próximos 6 años.
Esto amerita una reflexión seria y profunda sobre el sentido que como ciudadanos habremos de dar a nuestro sufragio, porque debemos optar por una propuesta política, pero sobre todo, por un proyecto para nuestro futuro.
Todas las ideas, todas las ofertas políticas tienen algo de interesante. De hecho, un somero análisis nos hace concluir en que son muy parecidas; por ello deben ser consideradas por quien resulte electo Gobernador de Veracruz, a fin de enriquecer el programa sexenal del próximo gobierno. Las propuestas parecen aún más atractivas porque contienen una buena dosis de mercadotecnia, que, como es sabido, enfoca más la forma que el fondo, la manera de vender que el producto en sí.
Esta técnica, que incide fuertemente en la decisión de los electores, insiste siempre en motivar más la emoción que la reflexión, el sentimiento que el razonamiento. El quid es que hoy no se trata de un concurso donde la forma resulte más importante, sino de una decisión donde lo fundamental es pensar quién sí puede realmente hacer lo que dice y cumplir lo que propone y, sobre todo, quién tiene una estructura, un equipo y todo el andamiaje político y social que le permita llevar al cabo sus propuestas.
Quien sí puede cumplirle a los veracruzanos y lograr las metas comprometidas es, sin duda, Javier Duarte. En primer lugar porque representa la posibilidad de mantener e incrementar los grandes logros de un proyecto que inició en nuestro estado hace seis años, que logró que Veracruz creciera a pesar de que a nivel mundial y en México hemos enfrentado una de las peores crisis económicas que se recuerden.
La estabilidad política y social que vive nuestro estado es otro de los logros indiscutibles del actual gobierno estatal. El campo, la industria y la economía en general se entregan hoy con buenas cuentas. Hay mucho por hacer, pero nuestro desarrollo no podrá lograrse ni en 6 ni en 12 años, por ello es necesario el mantenimiento de un proyecto con visión de Estado, que enfoque los problemas a largo plazo y permita un desarrollo sustentable, que mejore el nivel de vida de todas las familias veracruzanas.
Javier Duarte tiene una oferta política ambiciosa pero realista, y tiene claro que los recursos son escasos y las necesidades cada vez mayores. Ha demostrado claridad en la noción económica que plantea el dilema siempre complejo de tener que elegir dónde aplicar los recursos primero, para potenciar el crecimiento y el desarrollo. Ha planteado, por ejemplo, que la seguridad no es un asunto que pueda resolverse por sí solo, sino en el marco de un efectivo crecimiento de las inversiones que generen empleos y salarios dignos, para evitar que nuestros jóvenes sean cooptados por la delincuencia organizada. Es decir, entiende que hay cosas urgentes que atender, porque los ciudadanos demandan soluciones hoy, pero, al mismo tiempo, hay que ir realizando los cambios estructurales que sustenten la transformación de nuestra sociedad a largo plazo.
La Salud y la Educación, propone, como soporte fundamental para convertir a Veracruz en un estado que pueda mirar al futuro con una población sana y preparada. Un ambicioso proyecto para detonar la infraestructura, pero diseñado con información realista, no sólo con ganas y buenos deseos, porque entonces sería demagogia. Son muchos los temas que podrían comentarse de la interesante oferta política que ha hecho Duarte a los veracruzanos, pero será tema de otras entregas.
Sin embargo, es muy importante enfatizar que, más allá de la persona está el partido, la institución y el proyecto que representa, y, especialmente, la capacidad real, efectiva, para pasar del dicho al hecho.
En ese sentido, el PRI ha demostrado no sólo que es un partido que sabe gobernar, sino que también es capaz de asumir la autocrítica que lo ha llevado al cambio y a transformarse en un partido renovado y pujante, que sabe que hoy la sociedad mexicana está muy atenta a la gestión que realizan sus gobernantes.
El PAN, por su parte, ha demostrado una clara incapacidad para gobernar y para conducir a la nación. Es ya, desgraciadamente, una década perdida para México, entre el ridículo y los caprichos, y entre pleitos, desacuerdos y búsqueda de culpables. Lamentablemente, ni Fox ni Calderón han sabido asumir el papel de Jefe de Estado, y han dilapidado la oportunidad de servir a México más preocupados por ganar elecciones y mantener al PAN en el poder que por lograr acuerdos para la gobernabilidad y el desarrollo del país. Sería injusto culparlos exclusivamente de nuestros problemas económicos o de seguridad, pero si podemos responsabilizarlos de la falta de avances e inclusive de cierto nivel de involución.
Javier Duarte es un candidato con deseos de incrementar los logros alcanzados e iniciar un auténtico despegue de Veracruz hacia un alto nivel de desarrollo. Ha mostrado talento, disposición y prendas para ello. Pero además, cuenta con el respaldo de la infraestructura y la experiencia de la mejor institución política de México, que sabe cómo hacer las cosas y es la única con la capacidad de lograr acuerdos y concertar voluntades para empujar los cambios que requieren Veracruz y México.
Votar por el PRI y por Javier Duarte es, en síntesis, ir para adelante, para seguir construyendo el Veracruz que deseamos y del que todos pueden hablar y proponer, pero que pocos realmente están en posibilidades de cumplir.

*Diputado Presidente del Congreso del Estado de Veracruz.

hectoryunesdiputado@hotmail.com

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