viernes, 2 de julio de 2010

Síndrome de Isabella

Salvador Muñoz
Los Políticos

El titular del Ifidev parece enfermo… cualquiera diría que sufre del Síndrome de Isabella.
Y es que a un día de las elecciones parece que su mal va in crescendo.
Hace una semana, tuvo un encuentro (o desencuentro) con el alcalde de Alvarado, Bogar Ruiz Rosas. El motivo: En plena campaña electoral, ¡pintando de rojo las escuelas!
El edil panista entró en cólera, y con razón, pues el funcionario llegó con su equipo a la ciudad, con botes de pintura, brochas, rodillos y thiner para pintar las escuelas ¡de rojo!
Bogar acusó al funcionario de proselitismo… éste se defendió bajo el argumento de que sólo hacía su trabajo. ¡Sí Chucha!
Eso no es todo…
Hace unos días, en Jesús Carranza, al mismo funcionario le detienen huestes panistas, un carro lleno de mobiliario escolar.
¡Proselitismo!, gritaban los panistas. No le pudieron comprobar nada y el tráiler con bancas rojas y pupitres rojos llegó a las escuelas de esa zona… ¡nomás faltaron pizarrones rojos!
¡Rojo! ¡Pintar todo de rojo! Pareciera una obsesión… un TOC digno de estudio para cualquier psicoanalista: Trastorno Obsesivo Compulsivo Carmesí.
Y es que el Síndrome de Isabella lo adquirió Mario González Figueroa, justo cuando asumió desde hace dos meses aproximadamente el Ifidev (lo que antes eran Espacios Educativos).
A González Figueroa (diputado por Acayucan con licencia) poco le importaron las precampañas y campañas electorales. Él asumió una consigna propia desde que llegó a dicha dependencia: ¡Pintar todo de rojo!
Otro ejemplo: En Jardines de Xalapa, unidad habitacional atrás de Wal-Mart, había una mantita, discreta, sin mucho ruido, de Uriel Flores Aguayo, que decía que gracias al candidato perredista, un plantel había recibido apoyos… No tardó nada esa mantita cuando las huestes de González Figueroa le dieron un tono especial a esa escuela: ¡Exacto! ¡La pintaron de rojo!
Por eso decimos que sufre el Síndrome de Isabella…
Bueno, para ser más exactos, Isabella es un personaje de Kathy Stinson, quien escribe cuentos para niños y entre ellos sobresale uno que se llama “El rojo es el mejor”.
En dicho relato, Isabella, una niña como de cuatro años dice que su mamá no sabe nada del rojo.
–Quiero ponerme mis medias rojas. Mi mamá me dice: “Tus medias blancas se ven bien con este vestido. Póntelas”. Pero con mis medias rojas puedo saltar más alto. Mis medias rojas me gustan más.
–Quiero ponerme mi chaqueta roja. Mamá me dice: “Está lloviendo. Ponte tu chaqueta azul”. Pero con mi chaqueta azul no puedo ser Caperucita Roja. Mi chaqueta roja me gusta más.
–Quiero ponerme mis cholas rojas. Mamá me dice: “No te pongas tus cholas rojas. Son para la playa”. Pero con mis cholas rojas chancleteo mejor. Mis cholas rojas me gustan más.
–Mamá me dice: “Tu traje de baño rojo ya no te sirve. Ponte el nuevo”. Pero mi traje de baño rojo me gusta más.
–Quiero ponerme mi pijama roja. Mamá me dice: “Tu pijama amarilla es más calientica”. Pero ella no sabe que mi pijama roja espanta a los monstruos. Mi pijama roja me gusta más.
–Quiero mi jugo en mi vaso rojo. Mamá me dice: “Ay Isabella, ¿cuál es la diferencia? Ya te serví en el vaso verde”. Pero el jugo sabe mejor en el vaso rojo. El vaso rojo me gusta más.
–Quiero ponerme mis ganchitos rojos. Mamá me dice: “Ponte los ganchitos rosados con tu vestido rosado”. Pero con mis ganchitos rojos me veo preciosa. Mis ganchitos rojos me gustan más.
–Quiero pintar con el rojo. Mamá me dice: “Pero Isabella, no queda casi pintura roja ¿Por qué no usas otro color?” Pero con el rojo siento ganas de cantar. La pintura roja me gusta más.
–Me gusta el rojo porque el rojo es el mejor.
Están de acuerdo entonces que el titular del Ifidev sufre del Síndrome de Isabella… ¡todo lo ve rojo!

e-mail: dor00@hotmail.com

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