jueves, 15 de julio de 2010

Tribunal Electoral y el Cristo de Vega

Salvador Muñoz
Los Políticos

Me pregunto: ¿debemos creer en la actuación del Tribunal Electoral de Veracruz, en el papel que le toca hacer en este proceso donde se habrá de decidir al Gobernador de Veracruz?
Conste que puse “creer”, bajo el entendido de que en ello habrá un poco de fe cuando difícilmente hay credibilidad en nuestras autoridades.
Digo, si el mismo Fernando Gómez Mont, a la pregunta de que si CREE que el presidente lo mantendrá en su cargo en lo que resta del sexenio, prefiere abrazarse a la fe respondiendo: “Creo en Dios y punto”.
Los actos de fe tienen una singularidad: El conocimiento, entendimiento, razonamiento, hechos y ciencia dejan de tener validez y entonces el hombre se apoya en la Fe.
Dicen que días antes de las elecciones, hace como seis años, alguien le preguntó al hoy Gobernador Fidel Herrera que cómo se sentía…
La respuesta fue clara: “Tengo fe…”
No era para menos cuando las encuestas marcaban una tendencia de 31 por ciento para él, 31 por ciento para Buganza y 31 por ciento para Dante… una lucha electoral muy cerrada que al final quedó entre dos… curiosamente como acontece hoy salvo una ligera diferencia: Tres puntos porcentuales a favor de Javier.
Diríamos entonces que la Fe salvó a Fidel…
Pero… cuando el Instituto Electoral Veracruzano al parecer dejó de ser confiable para la oposición y determinado sector de la sociedad, ¿qué queda?
¡Pues el Tribunal Electoral de Veracruz!
¿Puede el ciudadano interesado confiar en el papel de este Tribunal?
José Lorenzo Alvarez Montero, Daniel Ruiz Morales y Gregorio Valerio Gómez, los jueces, serán los encargados de echarse ese trompo a la uña y como quiera que sea, de cualquier modo, serán juzgados.
Aunque…
Vaya, para ser más claros, dijera José Zorrilla (no creo que tenga que ver algo con el de Perote), para un buen Juez, un mejor testigo.
Es decir: Si hay pruebas, ¡adelante!
Se supone que los partidos que impugnen han de presentar pruebas para echar abajo lo que todo indica (por el IEV, dos veces cantado) es el triunfo de Javier Duarte de Ochoa.
Documentación, pruebas, quizás videos, fotos, alteración de boletas, clonación de actas, etcétera… aquí está la ciencia…
La determinación del Juez (o los jueces) se basará en pruebas… si demuestran que hubo fraude, se entenderá la resolución… si no pueden documentar su acusación (conste que no puse “documentar el fraude”), la resolución concluirá en la entrega de constancia de mayoría para Javier Duarte.
La ecuación entonces para Miguel Angel Yunes Linares y Dante Delgado Rannauro es sencilla y reiterativa: Para un buen juez, un mejor testigo:
“Llamadle, tengo un testigo;
llamadle otra vez, señor”.
Volvió el capitán don Diego,
sentóse Ruiz de Alarcón,
la multitud aquietóse
y la de Vargas siguió:
“Tengo un testigo a quien nunca
faltó verdad ni razón”.
“¿Quién?”
“Un hombre que de lejos
nuestras palabras oyó,
mirándonos desde arriba”.
“¿Estaba en algún balcón?”
“No, que estaba en un suplicio
donde ha tiempo que expiró”.
“¿Luego es muerto?”
“No, que vive,”
“Estáis loca, ¡vive Dios!
¿Quién fue?”
“El Cristo de la Vega,
a cuya faz perjuró.”
(…)
“La ley es ley para todos;
tu testigo es el mejor,
mas para tales testigos
no hay más tribunal que Dios.
Haremos… lo que sepamos.
Escribano, al caer el sol
al Cristo que está en la Vega
tomaréis declaración”.


Entonces, Yunes Linares y Dante la tienen de dos modos: Presentan pruebas o bajan al Cristo de Vega para que presente su declaración.

e-mail: dor00@hotmail.com

No hay comentarios: