miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Atentado contra la Salud?

Brenda Caballero
Números Rojos

Hace unos días comentaba que nuestra economía apenas alcanza para lo indispensable y que un rubro muy pequeño de la población apenas si ahorra o guarda dinero para hacer frente a una enfermedad.
La mayoría de los mexicanos no tenemos la cultura del autocuidado, es decir, de hacernos periódicamente chequeos de rutina o generales, y se me hace irónico cuando escucho: ¡Se hubiera salvado si se detecta la enfermedad a tiempo!, pero… ¡cómo jijos! o más bien ¡con qué jijos! si sólo voy al doctor cuando me duele algo.
Y es que en el IMSS o en el Issste se pierde todo el día para lograr una consulta de 5 a 10 minutos que generalmente no incluye ni revisión física ni especialista, nomás paracetamol o diclofenaco.
Y si Usted opta por la vía particular, los honorarios de un médico varían de 100 a 600 pesos, dependiendo si es especialista. Ahora, súmele los estudios de laboratorio y los especiales como tomografías, resonancias, mastografías, electrocardiogramas, endoscopías, etcétera.
¡Cuánto cuesta estar enfermo! Pero ahora costará más…
Pues este 25 de agosto entró en vigor la disposición federal que obliga a llevar receta médica al adquirir un antibiótico en la farmacia más cercana, y ¡ojo! porque le exigirán que entregue la receta con el supuesto de verificar que no sean falsas, que el nombre del médico sea vigente y la cédula real, de lo contrario la farmacia será amonestada o multada.
De acuerdo a mi naturaleza (mal pensada) diría que las recogerían para verificar si los médicos que expiden las recetas están pagando impuestos actualmente (dije: pudiera).
Si bien es cierto, el uso de la receta no es nuevo, desde 1984 se publicó, pero no se estaba cumpliendo y por eso nuestras autoridades “preocupadas” por la resistencia de ciertas bacterias y virus, han decidido prohibir la venta de los principales antibióticos, antivirales y sulfas.
¿Usted tiene la capacidad económica para asistir cada vez que siente un malestar o dolor a un médico particular?
Desgraciadamente la mayoría de la población carece de recursos para invertirlos en su salud, a lo más que alcanza es para un SIMI que le ofrece una consulta módica por la cantidad de 25 pesos, el que lógicamente le recetará un medicamento Similar de su propia venta.
(Mis respetos para los médicos de SIMI: tanto estudiar medicina para cobrar 25 pesos la consulta, de los cuales sólo ganan 15 pesos más comisiones)
Esta práctica será copiada por más de una farmacia, pues ya planean tener un médico dentro de su negocio para la expedición de recetas.
Definitivamente la implementación de esta resolución más que beneficiar su salud perjudicará su bolsillo, pues ya no podrá llamar por teléfono a su médico para que le recete algún medicamento, tendrá que esperar la consulta para que le sea expedido el papel.
Y si analizamos el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda tres médicos por cada un mil habitantes, el asunto se agudiza más porque en México sólo hay 1.85 médicos por cada mil. ¿Cuánto tiempo tendrá que esperar una persona para ser atendido por un médico especialista para que le expida una receta?
Si el 50% de la población médica se concentra principalmente en 6 estados: el DF, el Estado de México, Puebla, Veracruz, Jalisco y Nuevo León ¿Cómo obtendrá el resto de la población su receta para la adquisición de medicamentos? Y los habitantes de poblaciones rurales y marginadas ¿cuánto tiempo tendrán que recorrer para que los atienda un médico? ¿Podrán con sus posibilidades cubrir los honorarios médicos?
Que razón tenía Claudio Martínez Paiva en su poema “Que me perdone la ciencia”, aunque los tiempos van cambiando… ahora ya no es el médico ni lo que receta: ¡es el Papel!
La inseguridad por robos, secuestros, violencia pasó a otro plano… Lo de hoy es un terrorismo a la Salud de millones de mexicanos.

brendacaballero1@hotmail.com

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