jueves, 26 de agosto de 2010

Viejos los cerros

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Justo como titulo la columna de hoy versa el popular dicho. “Viejos los cerros y aún reverdecen”. Y así es.
Este sábado se conmemora el Día del Abuelo, tal vez un festejo que tenemos en el olvido y que son los mismos adultos mayores los que se autocelebran, porque las tertulias, para mí, que organizan las autoridades de cualquier tipo son más para salir en la foto, en la prensa, en la tele, en cualquier foro público y ya.
Pero en fin, eso es algo que regularmente sucede en nuestro país.
De los adultos mayores, de todos diría yo, hay que aprender, aprovechar sus conocimientos, sus experiencias, porque cuando queremos hacerlo o sentimos la necesidad de una palabra de ellos la vida ha pasado y es demasiado tarde.
Hoy que tengo la fortuna de poder caminar hacia mi trabajo matutino, veo a hombres y mujeres, adultos mayores, listos para ejercitarse, reunidos en el centro de Xalapa poniéndose de acuerdo.
En otros puntos, los hay madrugadores, gente de que desde las 6:00 horas ya están en yoga, en tai chi, trotando, nadando, siendo un ejemplo claro para nosotros, que simplemente no queremos ver.
¿Cuántos de nosotros tenemos la fuerza para madrugar, irnos a hacer alguna actividad física y de ahí a cumplir con las diligencias diarias? Sí, como trabajar, el quehacer o estar con la familia. Creo que ninguno o la minoría tomamos esa postura.
Hoy nuestros adultos mayores ganan campeonato nacionales de diversas disciplinas, claro, no desconocen lo que es la competitividad, aunque en algunos lares, como es el atletismo master, a pesar de todo existen las condenadas grillas políticas que carcomen todas las buenas intenciones.
Pero por los deportistas no decae el ánimo, y no sólo en la pista y el campo, en el beisbol de la región, en el baloncesto, el cachibol, el mismo futbol en la Universidad Veracruzana, en fin, áreas hay muchas para apoyar e ir a ver a esta gente que tiene muchas ganas de vivir plenamente, muchas más, a veces, que alguien con la mitad de su edad.
Igualmente, están los hombres y mujeres que sólo se ejercitan por salud, por explotar esa energía que guardan en el alma.
Ojalá, pudiéramos llevar al cabo su ejemplo, compartir con ellos de vez en cuando, saber de dónde sacan ese ímpetu para seguir siendo grandes y no caerse; y si no practican algún deporte, llevarlos, que conozcan, que aprendan y que hagan mucho en las canchas.
De verdad, hay que apoyar a los abuelitos y abuelitas, yo aún tengo a mi abuelo, y a sus entrados años quisiera llegar a su edad a caminar como él lo hace hoy; y aunque actualmente ya no tengo a mi abuela, y la extraño demasiado, siempre recordaré la tremenda vitalidad que mostró siempre, ojalá pueda ser como ella.
Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

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