La semilla del Rey

Salvador Muñoz
Los Políticos

I
Un rey buscaba designar a su principal consejero y para ello llamó a cuatro sabios. A cada uno dio un porcentaje de tierra que él mismo abrió y dijo: “En cada uno de estos hoyos deposito una semilla…, quien me dé el árbol más grande, lo nombraré mi consejero”.
Esperó a que el tiempo pasara y al cabo, fue a visitar a cada uno de los sabios. La sorpresa fue mayúscula: A cada fracción de tierra que fue, encontró enormes árboles que daban fresca sombra y jugosos frutos…, a excepción de uno.
–Señor, mil perdones…, no cumplí tus deseos. Todos los días, aboné su tierra, le di agua, lo cuidé de gusanos, le canté himnos, lo protegí del frío y nada, Señor, ni un solo tallo pudo salir aún con todos mis cuidados… Perdón Señor…
Llamando a los demás Sabios, el rey dictó su nombramiento ante la sorpresa de todos los presentes, pues designó como Consejero al único que no pudo darle un árbol con la semilla que le dio.

II
Sí…, la designación de un consejero, así como la de un gabinete y una administración municipal está envuelta en grandes misterios.
¿Qué hay atrás de una designación? ¿Pago de facturas? ¿Amistad? ¿Compromisos? ¿Deudas políticas?, ¿o ganas de hacer una buena administración?
Por supuesto que en la mayoría de los casos lo último, es lo que realmente pocas veces vemos... O casi nunca.
Lo que sí está visto es que tanto el presidente como gobernadores y alcaldes, tienen manga ancha para designar a sus funcionarios, secretarios, directores, etcétera, salvo algunas excepciones, como el caso del procurador, en el que se “propone”.
Igual está visto que “proponer” ante el Congreso no deja de ser un trámite demagógico, para jugar a la democracia y acabar con una mayoría que, por supuesto, no implica que ésta tenga razón.
De manera burda, lastimosa, alevosa, premeditada; tanto políticos como medios de información masiva, implican que si el Congreso, el Senado o el Cabildo, deciden en mayoría por un punto, hay una democracia que se pinta de legal, justa o razonada… El caso de Barrabás es el mejor ejemplo de ello. Actuó la mayoría… actuó la democracia.
Por ejemplo, no entiendo por qué el gobernador tiene la facultad de “proponer” a Magistrados. Tampoco entiendo porque el hecho de que sean “propuestos” por el gobernador en turno, en un Congreso donde la mayoría es priista y el resto de la oposición a veces funciona más de comparsa, conlleva a tener Magistrados con pasividad, obediencia, gratitud y un compromiso “moral” del “propuesto” hacia quien en un momento le garantiza una vejez bien remunerada, bien pagada, bien gozada.
Bueno… pero palo dado ni Dios lo quita.
Tenemos tres nuevos “Majestrados”…
Falta tiempo, pero ya se habla del Gabinete y de la administración municipal.
En el caso del Gobierno estatal entrante, bien vale la pena comentar que, en apariencia, se tiene a un gobernador electo preparado en áreas que los nuevos tiempos exigen: administración, finanzas y economía. Cosa contraria al gobernador actual: totalmente político, aunque en algunas áreas bien resguardado, como en Finanzas.
Por eso, se supone que Javier Duarte habrá de rodearse de gente afín, preparada, conocedora de los temas que tratará en el área designada.
Se critica al Golondrino Tomás Ruiz pero sólo desde el punto de vista político, por andar volando ya sobre el edificio de Sefiplan. Quizás políticamente sea incorrecto, pero por el perfil que le presumen, pudiera dar el ancho.
Ahí está el asunto: Javier apostará a políticos o técnicos.
Vaya, se trata de darle ese toque de profesionalización a la actividad política.
Por supuesto, que para que ello ocurra en el próximo Gabinete, Javier Duarte tiene que trabajar diferente a Fidel Herrera, quien llenó la administración de compromisos donde desfilaron hijos de periodistas, de políticos y sus chavos, que pocos, muy pocos, pueden ser rescatados o bien recordados en estos seis años.
Hoy, habla Javier de una secretaría de Medio Ambiente… ¿Pondría a un político o a un técnico? O en otras palabras: ¿a un empresario radiofónico, o a un investigador o académico?
Javier tiene que empezar con el pie derecho con su gabinete, para que no haya lugar a duda en torno a él. Que cada miembro de su gabinete tenga una justa respuesta, una justa dimensión y sobre todo, una responsabilidad profesional y ética que garantice respuestas exactas y no demagógicas en el puesto designado, como la del Rey que nombró consejero al sabio que no pudo darle un árbol con la semilla que le dio.

III
Se acercó el nuevo Consejero al Rey.
–Señor… Una pregunta, si me permite.
–Dime…
–¿Por qué me escogiste a mí, cuando no hubo árbol que te diera a diferencia de mis compañeros?
–Muy simple…, porque no hubo nunca semilla en la tierra que les di, sino una piedra de ónix. Tus compañeros sólo intentaron complacerme…, me dieron lo que quería y no lo que necesitaba.

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