domingo, 1 de agosto de 2010

Los desastres naturales, responsabilidad de todos

Héctor Yunes Landa *

El cambio climático global es una realidad y sus estragos ya los padecemos los veracruzanos. Los fenómenos meteorológicos con efectos adversos son recurrentes en nuestra entidad, se presentan provocando lo mismo sequías que el excesivo volumen de lluvias, con sus consecuencias desastrosas para la infraestructura carretera y urbana, así como a la actividad económica que afecta a nuestras comunidades; ello impacta sobremanera al curso del desarrollo de Veracruz y, lo más importante, a la integridad física de nuestras familias y su patrimonio, que han construido con el esfuerzo de toda una vida.
El cambio climático con sus efectos extremos cobra especial relevancia en un estado como Veracruz, cuya localización geográfica a lo largo del litoral del Golfo de México, con su peculiar territorio en el que encontramos zonas de alta montaña y extensas planicies por donde transitan importantes caudales de agua pluvial, nos exponen a inundaciones y deslaves con potenciales consecuencias funestas.
Todos, gobierno y sociedad, debemos reflexionar detenidamente cómo podemos contribuir con lo que está a nuestro alcance para mitigar los efectos nocivos del cambio climático. Infortunadamente los fenómenos meteorológicos descontrolados también tienen otros efectos adversos como dificultar la producción de alimentos. Asimismo, debemos reconocer cómo el hombre ha contribuido con mentalidad depredadora para que cada vez haya menos disponibilidad de recursos naturales, lo que por desgracia nos ubica en un escenario de crisis que pasa de lo ambiental a lo social.
Cada quien debe hacer su parte. Es claro que quienes más deben hacer son las tres órdenes de gobierno; en lo que a cada uno compete, deben dar prioridad en destinar mayores recursos para que la población aprecie que esta problemática está siendo debidamente atendida, puesto que el tema climático puede colocar en posición de riesgo la propia estabilidad política y social de una región, o hasta de la propia nación.
En lo que toca al gobierno de Veracruz, con certeza afirmamos que es uno de los pocos estados en los que el cambio climático y la protección civil son parte de su agenda prioritaria. Los veracruzanos han experimentado la oportunidad y eficacia de su sistema de protección civil ante todo tipo de contingencias. Prueba de ello, es que en este momento coordina los esfuerzos de 50 dependencias, tanto estatales como federales y municipales, para atender a los damnificados en 79 municipios y tiene en operación 46 albergues en el norte y ocho en el sur del estado.
Pero también el Gobierno de Veracruz viene impulsando acciones sin precedentes en materia de cambio climático, fortaleciendo los esquemas preventivos que se han constituido en una referencia para el resto de las entidades del país. Al respecto, ha sido relevante la creación del Centro Estatal de Estudios del Clima, que es un prototipo a nivel nacional, y a través del cual se realiza un intenso monitoreo, así como trabajos de investigación de los fenómenos meteorológicos en Veracruz.
Por su parte, el Gobierno federal por medio del Plan DN-III que activa el Ejército Mexicano contribuye a salvaguardar la vida de las personas y por otro, con el instrumento denominado Fondo de Desastres Naturales (Fonden) brinda los apoyos para atenuar las pérdidas que sufre nuestra gente. Sin embargo, la aplicación pronta y expedita del Fonden parece ser el talón de Aquiles de la protección civil en nuestro país, pues es ampliamente conocida que su “tramitología”, excesivamente burocratizada, repercute negativamente en las comunidades que ven con desencanto que la recuperación no llega con prontitud.
Ante esta realidad, el Gobierno federal tiene que asumir también que el cambio climático llegó y debe ponerse a tono con esta realidad. Hasta hoy, en las acciones del Ejecutivo federal, no se vislumbra el nivel de exigencia de respuesta a tan grave problema. Año con año se argumenta carencia de recursos, lo que indica que hace falta una mayor previsión presupuestal. Asimismo el Fonden debe encontrar la fórmula para aterrizar sus trámites para que los recursos lleguen en el volumen y oportunidad que la gente lo requiere, de lo contrario se pierden los avances conseguidos y el desarrollo anhelado seguirá esperando.
Por ello es impostergable que todos comencemos a trabajar en esta tarea. Los políticos y servidores públicos debemos dejar de hacer declaraciones sin sustancia y sin compromiso real; es momento de pasar a los hechos concretos.
Todos, gobierno y sociedad, sin excepción, tenemos que asumir en conciencia el papel histórico que nos corresponde hacer en nuestras tareas; impulsar acciones desde el ámbito en el que nos desenvolvamos, ya sean en instituciones, en nuestras comunidades, escuelas, centros de trabajo, empresas, en las grandes ciudades y en el campo. Ante el reto que enfrentamos, esta posición no puede esperar, no cerremos los ojos, cambiemos para heredar a nuestros hijos y a las generaciones venideras el mundo que ellos merecen encontrar.

*Diputado presidente del Congreso del Estado de Veracruz.

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