Tonicho, soberbio y contradictorio

* La terna IVM: Edda, Mónica y Estela
* Quitan foto de Memo en Convergencia

José Ortiz Medina
En Corto... sin Cortes


Con el mismo ritmo e intensidad como cuando inició su gobierno, así está culminando el gobernador Fidel Herrera Beltrán su gestión.
Siempre dinámico y atento a las necesidades de la gente, el cuenqueño cierra su sexenio a tambor batiente.
A diferencia de algunos de sus antecesores que en la recta final aflojaban el paso, Fidel, al contrario, le pisa más fuerte al acelerador.
Incluso, hace ajustes de último momento en su gabinete, con la finalidad de depurar lo que haya que depurar.
Político experto y gladiador de mil batallas, sabe bien que el cierre de toda administración es acaso lo más importante.
No cabe duda que Fidel Herrera será recordado como uno de los gobernantes más completos, que hizo historia y escuela.
Ningún titular del Poder Ejecutivo dejará tan honda huella como el actual. Se preparó 30 años para ser gobernador y ahora se prepara para dejar de serlo.

LA DE COSAMALOAPAN quizá, es una de las derrotas más significativas para el PRI tras el saldo de las elecciones del pasado 4 de julio. El alcalde, Juan René Chiunti Hernández, reconoció hace poco en entrevista: “Toda la culpa fue mía, mía, no más, y ni si quiera pienso en algún cargo público en el gabinete de Javier Duarte de Ochoa, prefiero retirarme unos años a la vida privada, en los cañales y los potreros de la familia”. En compañía de su esposa, Patricia Ochoa de Chiunti, ambos tratan de olvidar el trago amargo de las elecciones municipales, donde ella, compañera de su vida, pretendió que podía reemplazarlo en el palacio municipal, pero fue derrotada. “¿Por qué perdió su esposa?”, le preguntan a Chiunti Hernández, a lo que el munícipe contesta: “Hubo muchas cosas que no hice, unos amarres políticos con algunos actores del PRI en la zona a los que no se les tomó en cuenta para la integración de las planillas. Creo que allí comenzó todo”. ¿No fue por el interés de poner a su esposa como alcaldesa, de heredarle el cargo?, vuelven a inquirirle. Y el edil trata de lavarse las manos, como Poncio Pilatos: “Siendo honestos, la idea de que Patricia fuera la candidata no fue mía ni de ella. Al principio el candidato era Eliseo Bravo, así se había pactado, pero el grupo político al cual pertenezco, me pidió luchar por la candidatura y que lo mejor era ponerla a ella, así se dieron las cosas”. Pero finalmente, quien salió ganando fue el priista Gustavo Arroniz Zamudio pues su sobrino Homero Arroniz Zorrila ganó la presidencia municipal bajo la alianza PRD-PT-Convergencia. “¿Pero cómo quedas con Javier, Gustavo?”, le preguntamos hace poco en céntrico restaurante. “A toda madre, Javier sabe que lo apoyamos, pues ahí ganó”, revira. Ni hablar, el famoso “toma todo” quedó bien con Dios y con el diablo. Como siempre.

CON LA SALIDA de Jorge Carvallo Delfín y la llegada de Ranulfo Márquez a la Presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI se marcaron las diferencias en un solo acto. La madurez y humildad política para reconocer, incluso desaciertos, así como la falta de oficio y sensibilidad política, fueron evidentes en los discursos que ante el Consejo Político Estatal del PRI se pronunciaron como informe-despedida y como proyecto-bienvenida. Ante los consejeros políticos estatales, Jorge Carvallo Delfín reconoció las dificultades de una contienda sui generis, de una competencia electoral que combinó el trabajo de las estructuras con un candidato joven y capaz para conseguir la victoria. Pero dicho de otra manera, el ex dirigente partidista reconoció que las condiciones de la competencia cerrada sólo demuestran que el trabajo y los perfiles, es decir, los militantes y Javier Duarte de Ochoa ganaron la gubernatura porque no bajaron la guardia. Tonicho en cambio se mostró soberbio y hasta contrariado porque lo mismo dijo que las elecciones se ganaron por la organización de la estructura partidista, que la estructura está debilitada. A decir de Ranulfo Márquez Hernández, el priismo veracruzano es obsoleto y necesita refundarse. ¡Vaya contrariedad! Sobre todo cuando Javier Duarte, gobernador electo, logró una votación histórica.

DE DIEZ ASPIRANTES que se inscribieron, ayer fue conformada la terna de candidatas a presidir el Instituto Veracruzano de las Mujeres. Las que quedaron en la recta final son Estela Casados González, destacada académica y digna representante de la sociedad civil; Edda Arrez Rebolledo, directora del Servicio Nacional del Empleo en Veracruz y Mónica Mendoza Madrigal, ex jefa de prensa de Carolina Gudiño Corro, alcaldesa electa del Puerto de Veracruz.

NOS ACABAMOS de enterar que en la sede estatal del partido Convergencia quitaron la fotografía del ex dirigente de ese instituto político y actual secretario de Comunicaciones, José Guillermo Herrera Mendoza. Algo similar hicieron en el PRI a fines de la década de los 90´s cuando eliminaron del CDE del PRI las fotos de Dante Delgado Rannauro y Armando Méndez de la Luz, ex presidentes del Revolucionario Institucional en Veracruz. Ni hablar, así es esto de la política.

DE BUENA FUENTE sabemos que el IFE aplicó recientemente un multa de alrededor de 300 mil pesos a conocido grupo radiofónico. No nos referimos ni a Oliva ni a Acir-Xalapa. Se trata de los “fenicios”, como los llamaba el extinto Yayo Gutiérrez.