viernes, 24 de septiembre de 2010

Psicosis colectiva

Luis Alberto Romero

No es muy difícil imaginar la escena que, además, fue descrita con lujo de detalles por diferentes medios informativos: la gente corriendo despavorida, prácticamente en estampida por las calles de las colonias que fueron afectadas por el paso del huracán Karl. La psicosis colectiva provocó que los habitantes de Puente Moreno, Arboleda San Ramón, Arboleda San Miguel, El Tejar y otras, de Boca del Río, entraran en pánico porque algún irresponsable difundió la versión de que el río Jamapa estaba creciendo de forma acelerada, con el consecuente desbordamiento e inundación.
Ello, a las cinco del tarde de ayer, cuando los teléfonos de emergencia y las líneas de la estaciones de televisión y radio comenzaron a sonar; era gente que preguntaba por un nuevo desbordamiento del río.
Entre el desconcierto y la desinformación creció el ambiente de histeria en masa y la población de esos asentamientos comenzó la evacuación, a tal grado de que pronto se vio congestionada la carretera Medellín-Veracruz, justo a la altura de Puente Moreno. Además de los automóviles, cientos de peatones corrían hacia el entronque de la carretera federal para ponerse a salvo de un peligro que al final resultó inexistente.
Todo comenzó porque en el fraccionamiento Puente Moreno, una camioneta con equipo de perifoneo alertaba sobre una nueva inundación y recomendaba el desalojo de la población. Incluso, el equipo de sonido parlante hablaba de un nuevo golpe de agua que afectaría una vez más a los damnificados por el huracán.
Por ello, no es difícil imaginar la reacción de la población que fue presa, de inmediato, de una especie de histeria colectiva. La gente en pánico, comenzó a correr hacia un lugar más elevado.
A estas alturas, cualquier lluvia provoca miedo entre la población damnificada. Las calles apenas se están secando y el ambiente es de tensión, desesperación y miedo.
Rápidamente, trabajadores de los ayuntamientos, de la comisión del agua, de las dependencias de protección civil y del Gobierno del estado aparecieron en diferentes medios informativos para aclarar la situación y tratar de calmar a la gente, porque el nivel del río Jamapa se mantenía estable y debajo de su nivel crítico. Lo que no se mantiene estable es la tranquilidad de la gente que habita las zonas afectadas, que sufre sobresaltos y desasosiegos por acciones como la del imbécil de la camioneta con equipo de sonido.
Aquí es cuando cobra su mayor sentido la expresión de alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien cuando fue informado sobre la psicosis que generó quien soltó el rumor del golpe de agua, dijo “qué poca madre… sinceramente no tienen madre los que hicieron esto, no se vale porque apenas se está regresando todo a la normalidad.”
Y al margen de lo inadecuado que puede resultar la frase muy jarocha que soltó Yunes Márquez a los reporteros del Puerto, no se puede negar que la razón le asiste: que poca madre…

luisromero85@hotmail.com

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