miércoles, 22 de septiembre de 2010

Reubicar a damnificados

Luis Alberto Romero

La propuesta del gobernador Fidel Herrera para reubicar a los damnificados que habitan en el fraccionamiento Floresta de Boca del Río, generó polémica. Si bien es de sentido común que ese lugar debe dejar de ser habitacional, los vecinos no están de acuerdo y su inconformidad va subiendo de tono.
Ayer, en el World Trade Center, varios cientos de damnificados se manifestaron en contra de un acto de reubicación que se antoja necesario, dado que ese lugar simplemente no es apto para la vivienda.
La manifestación no paró ahí y los pobladores del Floresta decidieron bloquear la arteria e interrumpir el tránsito vehicular de Veracruz a Boca del Río, en un acto que refleja el grado de desesperación de quienes de la noche a la mañana, todo lo perdieron.
Finalmente, encararon al gobernador del estado, a quien exigieron apoyos para recuperarse luego de que las lluvias, los fuertes vientos y las inundaciones los dejaron literalmente en la calle.
Ahí, Herrera Beltrán reiteró lo que un día antes había manifestado ante otro grupo de vecinos de ese mismo lugar: que el caso del fraccionamiento Floresta no tiene solución; que debe desaparecer y que sus pobladores tienen que ser reubicados en lugares seguros.
Propuso, asimismo, que el gobierno compre las casas del fraccionamiento, previo evalúo de peritos en la materia y que quienes habitan ese lugar reciban un pago justo para que puedan adquirir una vivienda en un asentamiento sin riesgos de inundaciones.
En el Floresta se ubican unas dos mil quinientas viviendas. Ahí nadie se salvó de los daños, el agua arrasó con todo. Y es que en ese caso particular, la naturaleza cobró la factura, porque ese asentamiento poblacional fue proyectado y construido sobre una laguna, sólo se realizaron trabajos de relleno y se procedió a la construcción. El resultado no podía ser otro.
Fue, en todo caso, irresponsabilidad de los desarrolladores del proyecto de vivienda y negligencia de las autoridades municipales que extendieron los permisos correspondientes. Nadie dijo a los compradores, gente clase mediera en su mayoría, que se inundarían casi con cualquier llovizna.
Esta no es la primera inundación que ocurre en el lugar, que hace cinco años recibió una millonaria inversión para la ejecución de obras de protección, un proyecto hidráulico que fue anunciado con bombo y platillo por el presidente Fox y que, al menos en teoría, evitaría daños por inundaciones. Evidentemente, los cálculos fallaron, porque los trabajos fueron realizados pensando en una capacidad de 230 metros cúbicos, mientras que Karl trajo diez veces más cantidad de agua, es decir, dos mil 300 metros cúbicos.
De cualquier manera, la propuesta de reubicar a los pobladores del Floresta resulta sensata porque, siendo originalmente una laguna, las inundaciones serán recurrentes y no tiene caso que esas familias expongan no sólo su patrimonio, sino también la vida.
El problema consistirá, entonces, en que desde el gobierno se asignen los cuantiosos recursos para la operación de compra-venta (hay quien apunta que la cantidad podría superar los mil millones de pesos); en que se realice la estimación del valor de las propiedades y, la parte que se antoja más difícil, que los dueños de las casas acepten el resultado del peritaje que emitiría el Colegio de Valuadores de Veracruz.

luisromero85@hotmail.com

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