jueves, 28 de octubre de 2010

En México todos tenemos un precio

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Estamos mal, cada día peor, vamos para atrás como el cangrejo, como que nos está gustando tanta miseria y desfachatez, tanto desánimo y apatía, para qué sulfurarnos si la corrupción nos envuelve, nos carcome a todos, ¿quién tira la primera piedra?
Con mucha razón Joan Báez decía que si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella. Tal parece que en eso está terminando mi México querido, en un lugar donde todo hombre tiene su precio y lo único que hace falta es saber cuál es, dijera Joseph Fouché. Hacía allá vamos, o ya estamos, en un lugar donde quedan impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, por eso pronto terminaremos por hundirnos en el abismo, parafraseando a Sófocles.
Y no sólo es un delirio o fantaseo el que traigo entre ceja y ceja. Nel, porque a decir del “Índice de Percepción de la Corrupción”, nuestro chulo país salió con una calificación 3.1 en transparencia (en una escala donde 10 es la máxima) y con dos escaños perdidos en avance democrático. Es decir, a la chingada la democracia, pero vivamos la grandiosa corrupción. ¡Sí!
Ah, pero eso sí, el gobierno mexicano, como siempre, dice respetar los resultados de la organización internacional “Índice de Percepción de la Corrupción”, porque es “un llamado de atención para fortalecer la lucha contra la corrupción, pero también como una oportunidad para recordar que mejorar la calificación de México depende del esfuerzo de diferentes actores: los tres órdenes de gobierno, los tres Poderes de la Unión y la sociedad en su conjunto”. Otra vez “¡todos juntos ya!”, pero a que no está en sus planes la repartición equitativa de la riqueza… Ya merito, espérense.
En fin, que me da náuseas vivir entre tanta podredumbre. Pero me alivio pronto, porque tan luego respiro, aspiro, exhalo, cuento hasta diez y mando a todos a chingar a su máuser… Total, con unas cuantas monedas y unos “padrenuestros” me lo perdonarán.

De cinismos y anexas

A propósito de desfachatez, les cuanto que cierto día un bebé fue encontrado en la puerta de un Ministerio al amanecer, cuando los primeros funcionarios llegaban. Alimentaron al bebé y se lo presentaron al Subsecretario para saber qué es lo que se debería hacer con el niño. El Subsecretario emitió la siguiente comunicación interna:
De: el subsecretario / para: Recursos Humanos
Acusamos recibo de un recién nacido de origen desconocido, encontrado en la puerta del Ministerio. Formen una Comisión para investigar y determinar:
a) Si "el encontrado" es producto doméstico de este Ministerio.
b) Si algún funcionario se encuentra envuelto en el asunto.
Pasado un mes de investigaciones, la Comisión envió al Subsecretario la siguiente comunicación interna:
De: la Comisión de Investigación / para: el subsecretario
Después de cuatro semanas de diligente investigación, concluimos que el bebé no puede ser producto de este Ministerio. Motivos:
a) Aquí nunca fue hecho nada con placer o con amor.
b) En nuestro Ministerio jamás dos personas colaboraron tan íntimamente entre sí.
c) Aquí nunca fue hecho nada que tuviese pies ni cabeza.
d) En nuestro Ministerio jamás sucedió que alguna cosa estuviese lista en nueve meses.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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