martes, 26 de octubre de 2010

Mantener la mentira

Arturo Reyes González
Burladero

Tal parece la noticia del que llega. Poca diferencia marca con su antecesor. En resumidas cuentas se trata de lo mismo, con los mismos logros, con las mismas metas, palabrería y más palabrería. Hasta ahora no se ha logrado nada. La misma gata pero revolcada.
El pueblo continúa a la espera de poder ver un cambio sustancial y este, al pasar de los años, simplemente no llega. Tal parece que en cada cambio de cabeza la historia se repite: promesas y promesas de triunfos, de logros y éxitos que al final sólo se quedan en eso: promesas. Mantener la ilusión pero al mismo tiempo la mentira de que vamos a progresar, de que esta vez sí va a ser diferente, de que ya vamos a otros niveles, de que vamos a estar como de primer mundo, lo que claramente sabemos se trata de seguir jugando con la ilusión de mejorar de millones de veracruzanos y de mexicanos.
¿Qué garantía hay de que ahora sí va la buena para el pueblo, de que el triunfo será de todos, de que se va a priorizar el talento local y no a las figuras que muchas veces ya sólo viven del nombre?, ¡ah!, pero se venden como si de veras nos fueran a sacar adelante con su sola capacidad.
¿Qué pasaría si en un acto de honestidad se nos dijera la verdad y también se nos señalara todo lo que está mal, todo lo que hay que arreglar, rehacer? Pues qué pasaría: que el pueblo lo agradecería: que se dijera lo que no nos ha dejado caminar: malos manejos, corruptelas, intereses.
Hacer claro y transparente todo, todo, debe ser parte de una idea y proceso de mejora; transparentar sueldos, bonos, compromisos, patrocinios, contratos, que nos ubicaran en nuestra realidad real, no que nos quieran ver la cara. Que nos hablen de frente, no más idearios de triunfo basados en mera imagen y publicidad con el firme propósito de, además de engañarnos, poder continuar haciendo bisnes y más bisnes, en los que unos cuantos se llenan las bolsas y el resto, los millones, son los que terminan pagando el costo.
Administran la riqueza. Definitivamente para ellos no hay pobreza. Pero además nuestra ilusión como pueblo de ser mejores.
Ojala el pinche Chepo de la Torre piense que algo se debe cambiar. Ojalá la Selección Mexicana de Futbol cambie un día para bien, desde la cabeza hasta los pies, ya queremos ser una selección solida con cimientos, que nos permita pensar en el quinto juego del mundial de futbol. Ya ¿no?, ya estuvo bueno.

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