martes, 16 de noviembre de 2010

Esquemas de educación

Arturo Reyes González
Burladero

Cuando me tocó decidir a qué escuela primaria acudiría mi hija mayor, de inmediato me vino a la mente el esquema de vida escolar que yo tuve la oportunidad de seguir hasta graduarme con la licenciatura: “Que vaya a la misma escuela que yo fui, a la escuela pública Rafael Ramírez”, fue lo primero que pensé con un esquema totalmente paternalista y autoritario pero que considero que a mi me funcionó para bien. Ya hasta había trazado un esquema básico, al menos de primaria a la preparatoria, lo demás dependería de qué decida estudiar como profesión.
Después el esquema cambio por distintos motivos. En casa empezamos a ser poco más razonables y a evaluar la distancia, el tiempo, los maestros y otros factores. Queda cerca de la casa de su abuela, fue uno de ellos; cualquier cosa que se atore puede ayudarnos y recogerla. Es esa la manera como se escogió el plantel escolar, que además por varios años fue considerado uno de los mejores entre las escuelas primarias públicas de Xalapa.
Con el tiempo y la circunstancia notamos ciertas “deficiencias” en el desempeño académico general: maestros faltantes de manera recurrente por “cuestiones sindicales”, poca tarea y demanda de trabajos, pobre nivel de avance comparado con otros amiguitos, compañeritos o primos, fueron algunas. A final de cuentas se hizo un esfuerzo económico familiar para que mi hija acabara en una escuela particular.
El día de ayer el presidente de la organización Mexicanos Primero, Claudio González, criticó severamente tanto la calidad como la cantidad educativa del país llegando a decir que "…en México tenemos la receta para la mediocridad educativa en cantidad y calidad", al presentar el informe "Brechas. Estado de la Educación en México 2010" que elabora dicha organización.
En cuestión de calidad, México sigue sin avances significativos, sostuvo, pues más del 50 por ciento de los estudiantes que concluyen la educación básica obligatoria terminan con conocimientos elementales o insuficientes. Además, mencionó que el análisis, realizado con cifras oficiales revela que entre más necesitadas son las familias mexicanas reciben una educación de peor calidad, por lo que la escuela se ha convertido en reproductora de la desigualdad social.

Algo que llama la atención es que el analista político y ex Secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, miembro del cuerpo que presentó los resultados, advirtió que esta situación está cerca de empezar a generar un fenómeno como el de la India, de privatización del sector por la falta de calidad educativa.
Castañeda agregó que no será la privatización del sistema educativo resultado de una política de algún organismo internacional o del Gobierno federal, sino de la demanda de los padres por mejorar la calidad de la educación. ¿A usted ciudadano, padre, madre de familia, qué le parece?
El informe también contempla el Índice de Desarrollo Educativo Incluyente, que revela el esfuerzo que realizan las autoridades educativas para mejorar la calidad de la educación. Éste refleja que 19 estados realizan un trabajo inercial que no redunda en la mejora de la calidad ni en el aprovechamiento de estudiantes de primaria y secundaria. En Guerrero, Colima, Morelos, Tamaulipas, Chiapas, Michoacán y Oaxaca hay un retroceso en la calidad educativa en primaria, mientras que en secundaria sucede lo mismo en Baja California, Tabasco, Campeche, Guerrero, Tamaulipas, Oaxaca y Michoacán.
¿Será que acaso el estudio de “Mexicanos Primero” nos este revelando esta tendencia que, de ser cierta, me parece aumentaría la brecha social y educativa que existe entre algunas escuelas públicas y privadas?
¿Qué se debe hacer al respecto? ¿Dónde o en quién recae la culpa de lo que está pasando? ¿Son los maestros, son sus sindicatos, son las autoridades educativas? ¿Cuál es la parte que le corresponde a los padres de familia? ¿Qué dirán al respecto las autoridades educativas veracruzanas encargadas de dictar las líneas que lleven a la niñez mexicana a altos niveles y estándares de calidad? ¿Se trata de casos de culpa compartida?
Un dato más.
Asimismo, David Calderón, manifestó que en el informe se incluye un análisis del Registro Nacional de Maestros, en el que se muestra que el 6.3 por ciento de los docentes tienen tres plazas de tiempo completo, el 17.8 por ciento tiene dos y el 75.9 una sola plaza. Estas cifras, afirmó Calderón, reflejan el amplio margen de discrecionalidad para la asignación de plazas en el sistema educativo. "No sólo es imposible que una persona pueda trabajar tres o más jornadas diarias sino que también es ilegal que las tenga asignadas", manifestó. Asimismo es evidente que la acumulación de plazas no es una práctica generalizada sino un privilegio que gozan sólo algunos elegidos, quienes posiblemente ni siquiera sean maestros frente a grupo, aseveró.
¿Cómo ve usted?
argo_reyes@hotmail.com

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