Mariposas inolvidables

Rodrigo Vidal
Zona de Tolerancia

Es una vergüenza que México todavía esté lejos de entregar logros en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Hoy las acciones que violentan los derechos y hasta la integridad física de éstas también se cometen desde el estado, y en lugar de disminuir la violencia se ha institucionalizado.
El panorama preocupa cuando el Estado mexicano es responsable de salvaguardar los derechos de las mujeres y así está comprometido, según los tratados y convenciones internacionales que desde hace varias décadas firmó y que cada año ratifica, al parecer sólo por mero protocolo.
Uno de los más importantes es la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), el cual fue el primer tratado internacional que reconoce expresamente los derechos humanos de las mujeres.
La Asamblea General de las Naciones Unidas lo adopta en 1979 y México hace parte de ella desde 1981. Casi tres décadas después de que nuestro país hizo suyas las medidas necesarias para erradicar todas las formas de discriminación contra las mujeres –en los que se incluyen los diferentes tipos de violencia– los resultados son nulos.
La Convención establece 30 artículos que son las bases para el logro de una verdadera igualdad entre mujeres y hombres, tanto en el ámbito público como privado, y 30 años después las diferencias son abismales. Otro de los compromisos internacionales que México tiene fue la firma de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Por desgracia, el enemigo principal duerme en la misma cama y vive en la misma casa. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 del INEGI, reveló que 67 por ciento de las mujeres mayores de 15 años han enfrentado algún tipo de violencia en el país.
En Veracruz, el porcentaje es de 62 por ciento. La principal violencia es la física, seguida de la psicológica. Además, 13.9 por ciento de las mujeres encuestadas manifestó que al menos una vez en su vida había padecido violencia en el seno de la familia, ya sea por un consanguíneo o algún otro pariente (suegros, cuñados, etcétera).
Este día se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarada en diciembre de 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas bajo la Resolución 54/134.
El origen de la celebración se remonta a 1960, cuando las hermanas Minerva, María Teresa y Patria Mirabal fueron violentamente asesinadas en la República Dominicana por órdenes del dictador Trujillo, a quien buscaban derrocar. A ellas se les conoce como las “mariposas inolvidables”, y debido a su lucha, se convirtieron en el máximo exponente de la crisis de violencia contra la mujer en América Latina.
El 25 de noviembre de 1960, cuando las hermanas Minerva y María Teresa Mirabal abandonaban Puerto Plata, luego de visitar a sus esposos en prisión, fueron detenidas por un vehículo que interceptó el Jeep que las conducía. Introducidas a empujones al carro de los matones, y llevadas a un lugar previamente escogido en la carretera bordeaba por un precipicio, y allí fueron muertas brutalmente asesinadas a garrotazos y luego, puestos los cadáveres en el Jeep, los sicarios lo precipitaron hacia el abismo.
La violencia contra las mujeres en México tiene distintas manifestaciones: violencia doméstica, con su particularidad en el caso de la mujer indígena; violencia sexual, sin olvidar que en estos casos es recurrente contra las mujeres migrantes; la violencia laboral, la psicológica, económica, en el noviazgo, alimentaria, la institucional que niega los derechos a la salud sexual y reproductiva y a ejercer una maternidad libre y voluntaria, y el asesinato del cual el Estado de México ocupa el primer lugar nacional.
Desde la sociedad, las organizaciones civiles realizan esfuerzos a veces contracorriente, para combatir la violencia contra las mujeres, evidenciando que el Estado mexicano incumple con los acuerdos y tratados firmados desde hace tres décadas.
La invitación en este día es para que todos nos sumemos a las acciones de erradicación de la violencia contra las mujeres desde el hogar hasta la ejercida por las instituciones.

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