miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Tengo o no tengo razón?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

La Iniciativa México finalizó y dicen que preparan ya la segunda edición… “Pos claro que lo harán de nuevo, porque apuesto que les dejó más que esos poquitos millones que entregaron dizque pa’ ayudar a la gente, así es, amigo, pura pinche transa, nadie de esos cabrones dueños de las teles te da un peso si no te quita dos o más…”, me comenta un ingeniero dedicado de lleno, ya qué madres, a pedalearla en el taxi. “Tiene razón, mi estimado…”, le digo. Y el tipo, de tez morena, carcomido por el acné, se voltea a verme para preguntarme: “¿Tengo o no tengo razón?” “Sí, claro…”, le digo, preocupado porque pisa el acelerador y parece que nos llevará la madre en el siguiente semáforo. “¡A güevo que sí tengo razón!, esos malditos empresarios son unas sanguijuelas, no te dan chance ni de respirar, se te pegan hasta que te sacan la última gota de sangre y luego te dejan reposar, recuperarte, y de nuevo se te prenden, son como el pinche gobierno, amigo, que te chupan hasta el último quinto de tu bolsillo que es tu impuesto y luego se largan, ya ni preguntar pa’ donde, porque todo mundo sabe que a seguir mamando a otra parte…” “Sí, sí, sí”, le digo, nomás para ver si así se calla tantito, pero no, el tipo se detiene en un semáforo que ha dado luz roja, se voltea a verme, sus ojos están encendidos, como la luz roja del semáforo, se carcajea, y luego, de repente, se queda en silencio, quieto, y profiere: “¡Y uno aquí de pendejo!”, se lleva la mano derecha al corazón y exclama: “Pero le juro, amigo, esto no va a seguir así, todo tiene su límite, verdad de Dios…”, entonces la luz verde se enciende y creo que me salvará de tantas pendejas que dice este güey, pero no, acelera y me grita: “¡Hoy voy a cambiar a México! ¡Sí!, ya verá, amigo, y usted me ayudará…” “¿Yo?”, le pregunto, nervioso. “Así es, mi amigo, usted me ayudará a cambiar a nuestro país, de hecho ya lo está haciendo y no se bajará de mi unidad si no me ayuda a cambiarlo…” “¿Ayudarlo? ¿Y yo por qué?”, le digo, acordándome de cierto presidente de México. El tipo, loco de remate, me dice algo así como que yo soy su “Iniciativa México”, que yo soy su propuesta, que yo soy su… y me asesta un fuerte golpe que me hace perder hasta mi nombre…
Entonces despierto, con una reseca bien puesta, alcanzo como puedo un vaso de leche y veo de reojo el periódico, me acerco a leerlo y en la primera plana (en estos tiempos la Nota Roja pasó a ser la Primera Plana) leo: “Cuerpo de un hombre muerto con mensaje”. Me interesa la nota porque yo aparezco en una foto, vestido como el día anterior, de traje negro y corbata gris, con una hoja blanca que dice: “Esta es mi propuesta: Iniciemos por algo mejor para México, mantengámonos unidos, todos en contra del atraco a nuestro país y por el destierro de la violencia. Atentamente, México”.
Me desmayo, no sé si por la cruenta cruda o por las cosas inverosímiles que pasan…
Hoy estoy temeroso, porque me han llamado un chingo de veces para amenazarme de muerte a mí y a mi familia si no desisto de la propuesta de mejorar a México. Así que he optado por mandar todo a la chingada, empezando por no creer ni en el gobierno, ni en los empresarios, ni en nadie, pa’ poder así empezar de nuevo…

De cinismos y anexas
El comediante George Carlín expresó: "Tengo ciertas reglas por las cuales vivo, mi primera regla: No creo nada de lo que el gobierno me diga”. ¿Habrá que aprender esta regla?

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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