martes, 7 de diciembre de 2010

Apuesta al conocimiento

Arturo Reyes González
Burladero

Más allá del debate de si la nueva Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV) va a ser o no de una determinada manera, que si las instalaciones van a ser de una forma u otra o hasta el color o los colores que le simbolizarán, me parece ha sido uno de los anuncios y decisiones más acertadas (sin menospreciar las otras) de la nueva administración duartista, dada su trascendencia en la vida económica, social y hasta política del estado.
Como bien lo dijo Filiberto Vargas en su columna Punto de vista del día 1º de diciembre, “…la primera pregunta que me vino a la mente fue: ¿por qué a nadie se le ocurrió antes?”.
La declaración de ayer del gobernador Duarte de Ochoa confirmó la genuina intención del proyecto: “…será una alternativa para todos aquellos estudiantes que al no encontrar espacio en la magna casa de estudios, que es la Universidad Veracruzana, se quedan sin estudiar”.
¡Bienvenida! ¡Se agradece! No cabe duda de que se trata de una bocanada de oxigeno para todos los veracruzanos en general. ¿Por qué para todos? Porque el que no es padre o madre de familia, es tío, es primo, es hermano o amigo de un o una joven en edad de cursar la educación superior. ¿Quién no conoce en su entorno inmediato de alguien que ha padecido dicha situación?
Pero, además, porque de paso, mata varios pájaros de un tiro. En lo personal ya lo había intentado reflexionar. ¿Qué resulta más caro, qué es mejor? ¿Meter mayor presupuesto y dinero a comprar armas para combatir al narco o meterlo a la educación, a la prevención del delito, a la generación de empleos?
He aquí ahora una respuesta y un ejemplo. Se esta apostando por la educación, por la formación y ocupación académica, la cual en consecuencia directa ayudará a que miles de jóvenes veracruzanos no se queden sin estudiar, se ocupen en algo provechoso y además disminuyan los índices estatales y nacionales de “ninis” (ni estudian ni trabajan) y del padrón de proveedores del crimen organizado. ¡Bien! Ahí está el caso del Ponchis o niño sicario y las contundentes cifras de jóvenes muertos por ser parte activa del esquema del narcotráfico.
Hasta en lo económico debe de traer ciertos beneficios para las cientos, espero sean miles de personas que se vean beneficiadas con la nueva universidad; desde catedráticos, personal administrativo, proveedores y hasta micro y pequeños negocios de pensiones, centros de cómputo, comederos y papelerías, entre otros.
Vaya, mire usted hasta donde será benéfica ésta propuesta, que el esquema de competencia y calidad de la educación universitaria se verá obligado a cambiar, a mejorar tanto en la capital del estado como en el resto de la entidad, si es que los dueños de las pequeñas y medianas universidades privadas que hoy aprovechan la situación de falta de cupo en la UV, quieren mantener o rescatar su matrícula escolar.
Hoy, algunos de estos empresarios de la educación se atreven a ofertar “calidad universitaria”, dejando en varios casos mucho que desear sobre el producto real que brindan a nuestros jóvenes. A los catedráticos les pagan una miseria por sus conocimientos, a los alumnos les quieren cobrar hasta por respirar y lo que les dan, no va acorde al esfuerzo económico que los alumnos hacen.
Y claro que se verán afectados, o inician –¡de inmediato!– un programa radical de mejoras y ofrecen mejores estándares educativos, clases, salones, incentivos o se van a quedar sin nada y de plano van a tronar.
Por todo lo anterior resulta oportuno el comentario del maestro Manolo Rosete sobre el tema, de su columna Apuntes del día de ayer: “Propietarios de universidades particulares –patito– están cuestionando la creación de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, porque saben que sus negocios se vendrán abajo…”.
Hay que apoyar a la UPAV. La sana competencia será en beneficio de los estudiantes.

argo_reyes@hotmail.com

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