De la universidad al desempleo II

Luis Alberto Romero

Cada año, poco menos de cien mil jóvenes egresan de los mil 604 bachilleratos con que cuenta Veracruz; en total, 275 mil alumnos cursan el nivel medio superior en la entidad, donde 18 mil maestros imparten clases.
De la preparatoria, una parte importante de los egresados busca su incorporación al sector productivo; otro grupo ingresa a las 313 escuelas de nivel superior –incluyendo universidades, tecnológicos y escuelas normales- y el resto, un número indeterminado, se convierten en lo que hoy se conoce como jóvenes “ninis”; es decir, ni estudian, ni trabajan.
En esas 313 escuelas de nivel superior hay poco más de 140 mil alumnos y unos 12 mil maestros, de acuerdo con datos del INEGI, instituto nacional de estadística, geografía e informática.
De todo el estado, es en Xalapa donde se registran los más elevados niveles educativos, pues aquí, el promedio de escolaridad alcanza los 9.9 años, cifra muy superior a la media nacional y al promedio estatal, que se ubica en 7.2 años.
Paralelamente, 13 de cada 100 personas de más de 15 años no tienen grado de escolaridad en Veracruz; 20 no han terminado su primaria y solo 18 terminaron la secundaria.
De cada 100 veracruzanos mayores de 15 años, 8 finalizaron la educación profesional. Sin embargo, ese no es el punto. La parte que más llama la atención tiene que ver con la deficiente formación y el bajo nivel académico que se registra en las universidades que operan en la entidad y las dificultades a que se enfrentan los egresados del nivel superior para incorporarse al trabajo remunerado.
Es una realidad el hecho de que los egresados de las universidades que funcionan en Veracruz han sido excluidos de las fuentes laborales y el panorama se complica cuando proliferan tantas escuelas con niveles tan cuestionables. A este paso, llegará el día en que por cada diez colonias operen 6 tortillerías, 3 farmacias y una universidad privada. Solo en Xalapa existen 32; en el Puerto de Veracruz, 30; en Coatzacoalcos 17; en Poza Rica 9 y en la zona Córdoba-Orizaba, 11 escuelas de nivel superior.
El problema es que la oferta se ha centrado en carreras saturadas que difícilmente tienen futuro en el mercado laboral. Ya la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), advirtió sobre la situación de crisis de empleo para los egresados de 41 licenciaturas en los próximos años. En su estudio, denominado “Mercado laboral de profesionistas en México”, la ANUIES señala que los egresados de carreras como administración, contabilidad, derecho, medicina, arquitectura, ciencias políticas, periodismo y pedagogía, así como algunas ingenierías, “quedarán en el desempleo abierto o se verán obligados a aceptar empleos de baja calidad y con menores salarios.”
Por si solas, las carreras de administración, contabilidad y derecho concentran más del 29 por ciento de la matrícula de la educación superior en México. Si a esas carreras se suman las de Ingeniería Industrial, Medicina, Informática, Sicología, Sistemas Computacionales, Arquitectura, Ingeniería Electrónica y Ciencias de la Comunicación, la concentración sería del 57.7 por ciento de los estudiantes universitarios en nuestro país.
Por ello, resultaría positivo que el proyecto de la universidad popular autónoma de Veracruz, no solo se enfocaran a la calidad de la educación que se imparte y al propio nivel académico –que se da por sentado-, sino en una selección de carreras que ofrezcan al estudiante la posibilidad de incorporarse al mercado laboral de forma rápida, para evitar la frustración de quien pasa cuatro o cinco años en las aulas universitarias, para terminar en el comercio informal o desarrollando oficios y actividades que poco tienen que ver con su formación.

luisromero85@hotmail.com