miércoles, 8 de diciembre de 2010

Karime

Brenda Caballero
Números Rojos

Siempre pensé que era muy acertada la frase “Detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, pero los tiempos cambian y esa expresión ha sufrido transformaciones como “Detrás de un hombre exitoso hay una mujer inteligente”. Aunque siendo sincera prefiero: “Al lado de un gran hombre hay una gran mujer” y aclaro, no es feminismo, pero ¿se imagina usted, fémina, ir siempre detrás de su marido?
Sin duda alguna al que se le ocurrió la última frase (no sé si fue hombre o mujer) descubrió más que una mina de oro, pues para poder crecer juntos como pareja es “estrictamente” necesario tener objetivos comunes.
Por eso, cuando veo las fotos del gobernador Javier Duarte junto a su esposa Karime Macías, mi pensamiento se remonta a que ambos están al lado uno del otro, trabajando hombro con hombro, sin puestos, sin política, sin compromisos (bueno… sólo con los veracruzanos). Ahora que si usted no me cree, vea la cara de felicidad del gobernador… No cualquiera tiene una esposa como Karime…
Conste que no soy buena para el “chocholeo” pero sé reconocer que la esposa de Duarte, aparte de guapa, tiene porte y clase que más de una le envidia.
Y vaya que he visto de todo en las mujeres que están dentro de la política, desde las que parece que se acaban de levantar, pues su atuendo parece pijama, o las que usan brassiere negro con una blusa blanca (porque según es sexi)… ¿puede creer eso?, o las que se ponen pantalones de vestir blancos con “choninos” que se marcan (mal gusto para mí, creo que los hombres dirán lo contrario, excepto si es su pareja), y aquellas que no entienden la frase “de la moda, lo que te acomoda”, pues dijera una amiga (perdón por la expresión), “la clase se mama”…
Pero volviendo con nuestra presidenta del DIF estatal, da la pauta para definir su imagen y estilo, pues sus vestidos, ajenos a adornos y estampados, generalmente en tonos suaves y colores lisos, no pierden buen gusto, a lo mejor porque sabe que “lo sencillo refleja elegancia”.
Más si alguna envidiosa por allí está pensando en copiar sus modelitos (recuerde que la envidia entra por los ojos) tendría que tener su figura… ¡ah! y sus hombros.
Su vestir clásico pero adaptado a los tiempos modernos reflejan su versatilidad, más aún: su propia identidad… Una armonía con la política y una paz que se transmite.
No cabe duda que Karime Macías sabe combinar hasta los accesorios, generalmente pequeños y discretos pues el principal (su sonrisa) los opaca totalmente.
Sí… sí… ya sé que usted pensará que soy una víbora (por arrastrada y no por fijada), pero le invito sinceramente a que la vea o busque una foto de Karime Macías, y me diga cuál es su sentir, qué le inspira, qué le transmite y verá que no soy tan víbora como parezco.

brendacaballero1@hotmail.com

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