La red carretera

Luis Alberto Romero

El grado de desarrollo de un pueblo se observa en los servicios, en el nivel de vida de su población y, entre otros factores, en el estado y la inversión en las vías de comunicación. Las vías de comunicación son determinantes para el desarrollo de la industria, para el comercio y para el turismo.
Los veracruzanos podemos estar orgullosos por nuestra ubicación geográfica, debido a que contamos con tres puertos: Veracruz, el más antiguo del país; Coatzacoalcos, donde se realiza un importante movimiento de fertilizantes, petróleo y azufre; y Tuxpan, el más cercano al altiplano. Contamos, además, con una red ferroviaria que en la zona sur del estado mueve una gran parte de los productos que se manejan en los puertos de Veracruz y Coatzacoalcos.
Por otro lado, la infraestructura carretera se encuentra en un estado lamentable, por lo que su mantenimiento y ampliación es urgente.
Cuenta, Veracruz, con 21,244 kilómetros de caminos, entre troncales federales, alimentadoras estatales –llamadas también carreteras secundarias– y caminos rurales, destacando la federal 150, que recorre desde la Ciudad de México hasta la zona centro de Veracruz, pasando por el estado de Puebla; la 180, que cubre Hidalgo y Tamaulipas y que comunica a la Huasteca veracruzana, municipios como Pueblo Viejo, Ozuluama, Naranjos, Potrero de Llano; la 130, que va de México a Poza Rica y que pasa por los estados de Hidalgo y Puebla; la carretera federal número 140 que parte de Puebla y llega al puerto de Veracruz.
Sin embargo, la falta de mantenimiento a esa red carretera, el deterioro provocado por el paso de vehículos pesados y el impacto de las lluvias terminaron por afectar severamente a las vías de comunicación de Veracruz, que requieren atención e inversión.
Apenas ayer, el secretario de Comunicaciones del Gobierno del Estado, Guillermo Herrera Mendoza, habló de un subejercicio en dicho sector, por más de 840 millones de pesos que serían destinados a 46 obras en materia de comunicaciones. Es dinero que estaba presupuestado y que sería invertido en Veracruz, de acuerdo con el presupuesto aprobado por el Congreso de la Unión; sin embargo, eso recursos no llegaron este año.
Sólo en el caso del puente Jicacal, que comunicaría a los municipios de la sierra de Soteapan, la federación no envió más de 60 millones de pesos, por lo que la población de Pajapan, Soteapan, Mecayapan y Tatahuicapan tendrá que esperar, en el mejor de los casos, un año más.
Lo malo es que ese dinero, los 840 millones del subejercicio, únicamente corresponden a recursos que aplicaría el Gobierno federal en Veracruz –de acuerdo con el presupuesto de egresos de la federación– se habla de 72 obras, entre tramos carreteros y puentes.
No se habla, sin embargo, de la inversión que dejó de hacer el gobierno veracruzano para dar mantenimiento a los tramos estatales, que se encuentran descuidados y en un estado deprimente: la carretera a la sierra Totonaca (que atraviesa los municipios de Espinal, Coyutla, Mecatlán, Filomeno Mata y Coxquihui, entre otros) prácticamente quedó reducida a camino de herradura; el tramo de Tuxpan-Tamiahua es un asco, al igual que el que va de Potrero del Llano a Naranjos; transitar por las carreteras estatales no es una aventura, es un insulto a los contribuyentes.

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