jueves, 9 de diciembre de 2010

Y siguen las dudas

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Hace una semana, cuando se hizo público el nombramiento de Rafael Cuenca Reyes como director del Instituto Veracruzano del Deporte, afirmé que a “Fallo” había que darle el beneficio de la duda, porque por algo lo puso ahí el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Hoy, mantengo la misma postura, habrá que dejar laborar al nuevo titular del IVD, pero lo que sí me preocupa es que para mí las dudas aumentaron con los nombramientos que se hicieron la tarde del miércoles, para el equipo de trabajo del directivo.
Conozco poco o nada a los subdirectores que rindieron protesta y que tienen enfrente un reto más que complicado si quieren devolver a la “Ola Roja” a los Diez Grandes.
De inicio debo confesar que me llamó mucho la atención de que Raymundo del Moral Arteaga fuera colocado como encargado del área de Desarrollo del Deporte; primero, porque a él lo recuerdo como un elemento ligado al PAN, partido de oposición en el Gobierno de Veracruz; aunque él era el hombre que quería regir el deporte de la entidad cuando Gerardo Buganza Salmerón contendió con Fidel Herrera Beltrán por el Ejecutivo estatal.
El orizabeño estuvo como segundo de abordo en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, cuando Carlos Hermosillo Goytortúa era el director del organismo; su salida estuvo envuelta por la incógnita, de hecho no se dio una razón pública acerca de por qué se fue.
Luego, Carlos Sosa Ahumada, es ahí donde puedo tener mayor cantidad de dudas, debido a que a él se le recuerda más como un deportista en activo y no se le conoce alguna experiencia en este tipo de trabajos, más porque el área de Alto Rendimiento es una muy compleja; tan sólo hay que recordar a su antecesor; Israel Benítez Morteo, prácticamente sirviendo como escudo de Roberto Bueno Campos con las broncas del tae kwon do; además de que el también presidente de la Asociación Veracruzana de Atletismo era un mediador de conflictos.
Ojalá el ex pelotero profesional tenga el don político de su señor padre, que cuando era director del IVD supo manejar varios vendavales y los capoteó con éxito.
De Antonio Ocaña Ronzón sé poco, los rumores son muchos, tanto en su vida personal como en asuntos laborales que pudieron causar su salida del Instituto en la pasada administración; lo único que seguramente sucederá es que habrá una exhaustiva auditoría a los números de Ydalia González Pérez, su antecesora en la Subdirección Administrativa, y con la que no fluyó muy bien la comunicación.
Para la Secretaría Técnica volverá Juan Flores Alcocer, después de casi cuatro años alejado de esa responsabilidad y que cubrió mucho tiempo en la era de Carlos Sosa Lagunes en el IVD. Tipo callado, que no se mete en líos y habrá que ver cómo acomoda sus energías para esta nueva empresa.
Finalmente, el único que repetirá es Roberto Blanco Carrillo, como director adjunto, un reintegro al no ser él el elegido por el gobernador Duarte de Ochoa para el ser el actor principal en la rectoría del deporte; y el asunto para “El Cacala” es que ya algunas agrupaciones no le tienen el respeto de antaño, como es el caso de la de Levantamiento de Pesas y la de Tae Kwon Do.
Con la gente de halterofilia no tuvo la fortuna de apoyar en las resoluciones con los conflictos que afectaron a la campeona panamericana Ana Gabriela López Ferrer contra la presidenta de la Asociación Estatal de la disciplina, sin olvidar que en la Olimpiada Nacional del 2008 por no aplicar seriamente la disciplina con los atletas se perdió un vuelo, porque se quedaron dormidos; y con los artemarcialistas, el caso fue que durante un año los dejó colgados con la pugna entre el grupo de Israel Ramírez Hernández y el de Alberto Rendón Urreta. El directivo no ayudó para nada, según palabras de los afectados.
En fin, más incógnitas que respuestas, pero ya el tiempo pondrá a cada persona en su lugar.
Hasta la vista.
fhernandez1980@gmail.com

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