martes, 4 de enero de 2011

No queremos una alcaldesa popular

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

El poeta Quinto Horacio Flaco, escribió que las muchas promesas disminuyen la confianza. Y ojalá eso no les pase a los alcaldes que asumieron el cargo en este año nada prometedor que acaba de empezar, porque de ser así, pues simplemente continuaremos yéndonos mucho a la chingada, de mal en peor, y, la verdad, ya estamos cansados –iba a decir hasta la madre– de tantas promesas incumplidas.
Por lo pronto, dejémosles el “voto de confianza” que les depositamos en las urnas y estemos atentos pa’ que nos cumplan. Porque si de promesas hablamos, todos los actuales presidentes municipales lo hicieron, vociferaron ofrecimientos y obligaciones, buenos augurios y señales que Dios quiera los hagan efectivo.
En fin, me interesan dos alcaldesas: la de Xalapa y la de Veracruz. Elizabeth Morales por ser la primera mujer que llega a la alcaldía por el voto popular, y Carolina Gudiño por ser la primera mujer en la historia del primer municipio de América. Pero eso, finalmente, no ayudará en nada, si consideramos que lo que la población exige es el cumplimiento de lo prometido: “Ahora nos cumplen o nos cumplen”.
Elizabeth Morales (en otra entrega me ocuparé de los buenos deseos de la presidenta municipal Carolina Gudiño), en una entrevista realizada por Jefté Martínez y publicada en Milenio, “El Portal”, expresó que en estos tres años de su administración buscará mejorar los niveles de vida con mejores servicios públicos para que Xalapa sea una ciudad que tenga un crecimiento armónico y un desarrollo urbano planeado.
Y agregó: “Si detonamos toda la región turísticamente con esa perspectiva de nuestra vocación de vida, podremos lograr traer recursos extraordinarios a los que ya contamos por participaciones federales y locales, que nos permitan invertir más en una ciudad que no sólo sea amiga del turismo sino mucho más amigable para vivirla. Más amigable para vivirla por ser más saludable, por darle prioridad a la conservación del medio ambiente, por que los servicios públicos sean de calidad y estén llegando para todos, por que se pueda tener un desarrollo urbano que vaya creciendo de manera ordenada y porque entrando recursos se potencializa el consumo”. ¡Órale!
Sí, y esperamos que la alcaldesa de Xalapa no olvide que las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo, dijera el político italiano Giuseppe Manzini. Porque para los xalapeños es prioridad la educación, la seguridad y el empleo, aparte de que nuestra ciudad se vea linda y bonita. Como dijeron algunos ciudadanos en un reportaje de Jessica Ceballos: que a la alcaldesa Ely no se le suban los humos, que el poder no la maree, que su gestión sea buena, al menos… Porque “no queremos una presidenta popular, queremos una presidenta que cumpla con las Leyes”, como me expresó un lector fans.
Los problemas están ahí: programa integral de saneamiento (PIS); pavimentación de calles; cambio de luminarias; oportunidades de trabajo; infraestructura hidráulica; agua potable y alcantarillado; servicio de limpia pública y un etcétera que mis lectores fans pueden agregar.
Porque con eso de las promesas, ambos nos dañamos: ustedes que prometen demasiado y nosotros que esperamos demasiado, parafraseando a G. E. Lessing. Por eso, ahí se ven. Al tiempo.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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