martes, 11 de enero de 2011

Universidad Veracruzana sin recursos

Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales

La revelación hecha por el director de Proyectos, Construcciones y Mantenimiento de la Universidad Veracruzana (UV), Miguel Ehrenzweig, de que a esta casa de estudios se le han retenido más de 100 millones de pesos para la realización de obras de infraestructura, muestra la insensibilidad de los gobiernos hacia la necesidad de fortalecerla para mejorar la educación superior en el estado.
El reclamo por la falta de recursos, tampoco es nuevo.
El 3 de enero de este año el rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, el máximo místico del alma mater de la mayoría de los profesionales del estado de Veracruz, señaló que están detenidas 370 obras de mantenimiento de edificios, y por lo menos una veintena de edificios en construcción, entre ellos la Sala de Conciertos de la USBI de Xalapa.
La mayor afectación en las obras detenidos está en el proyecto de continuidad del campus de Ixtaczoquitlán, donde están pendientes de concluirse las unidades de Ingenierías, Ciencias de la Salud y Ciencias Biológicas-Agropecuarias.
Ante esta necesidad, el incremento de 30 millones de pesos que el Congreso del Estado autorizó a la Universidad Veracruzana es insuficiente para paliar, tan solo este rezago, porque además para poder atender los daños que sufrieron las instalaciones de la Universidad Veracruzana por los fenómenos meteorológicos del 2010 se tuvieron que pedir recursos extra.
Raúl Arias, cuando afirma que "si queremos construir un país distinto, un país que verdaderamente sea competitivo, hay que apostarle a la investigación superior, a la investigación científica y tecnológica", tiene razón.
Pero igualmente su visión es la correcta cuando menciona que "mientras el Estado no organice una reforma hacendaria que proporcione los recursos suficientes para invertir en éste y otros temas, es evidente que no podrán tener el recurso para hacerlo".
Y precisamente esto es lo que propicia el adecuado flujo de recursos para atender las necesidades de las obras materiales que se requieren en la Universidad Veracruzana.
Miguel Ehrenzweig, por su parte, cuando habla del atraso en las obras que están bajo su jurisdicción, anota que la mayoría de los recursos para su ejecución, los cuales fijó en más de 100 millones de pesos, provenían del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), el cual depende de la Secretaría de Educación Pública.
Su señalamiento es grave hacia la Subsecretaría de Educación Superior, que es la instancia inmediata de la que depende el FAM, porque este año el presupuesto otorgado por esa instancia para la UV fueron 90 millones 560 mil pesos (por cierto, la mayor cantidad aprobada para cualquiera de las instituciones de educación superior que apoya este programa); entonces significa que el FAM prácticamente no entregó los recursos programados.
O que Miguel Ehrenzweig hizo mal sus cuentas.
La retención de recursos durante el segundo semestre del 2010, también afectó la continuación de la Facultad de Pedagogía, la construcción de la Facultad de Fisicomatemáticas, y la ampliación de la Facultad de Economía.
También se detuvo el proyecto de construcción de un Instituto de Nanotecnología en Veracruz ciudad, que es parte de un convenio establecido con Pemex.
El fondo de la olla en este asunto, sólo las partes que manejan los recursos lo conocen.
Pero los problemas de escasez de dinero también se reflejan en que la Universidad Veracruzana debe entregar 25 millones de pesos, aproximadamente, para cubrir los finiquitos del personal que se jubiló durante el 2010, y cuya cobertura está pendiente, según referencia del secretario general del Fesapauv, Enrique Levet Gorozpe, quien mencionó que hay alrededor de 70 jubilados académicos, en esta situación.
Estas y muchas otras necesidades, son las que hacen que se sustente como adecuado el reclamo de incremento al presupuesto de la UV.
La educación superior pública no debe sufrir tanta limitación, porque finalmente se mantiene como la principal formadora de los cuadros directivos del estado.
Mientras no se mejore el presupuesto de la UV, los terrenales universitarios (alumnos, catedráticos y personal de apoyo) seguirán viendo como se agravan los problemas de espacio de la Universidad Veracruzana.

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