viernes, 11 de febrero de 2011

Denzel y su espíritu cinero


Miguel Ángel Gómez Polanco
Cinevasivas

En esta ocasión y consciente de que con el frío que azota a la mayor parte del país, sería una infamia recomendarles una película en cartelera, que sería imposible sentir ganas de ver después de leer su revisión bajo el estilo que caracteriza a este panfleto; he pensado en los amables lectores que han pedido a través del correo electrónico y redes sociales de Cinevasivas, que se hagan de vez en cuando recomendaciones de películas no tan nuevas, que se puedan rentar y disfrutar en la calidez hogareña.
Es por eso que bajo el título “Retro”, tengo a bien de presentarles el formato de casero de críticas para que gocen de la familia y las palomitas de microondas, viendo una buena película.
Seguramente usted conoce a Denzel Washington; extraordinario histrión neoyorquino que ha protagonizado más de 40 películas, la mayoría con mucho éxito tanto en la crítica como en taquilla. Muy bien, pues ahí como lo ven con sus grandes apariciones a cuadro -que en su mayoría cuentan con un matiz dramático que lo hacen especial- el actor de 56 años también ha tenido una discreta pero gratificante carrera como director, llevando por buen camino sus dos únicas cintas hasta el momento: Antwone Fisher (2002) y The Great Debaters (2007), siendo la primera la que marcó su debut en la silla de la creatividad y también, el mejor de este par de trabajos.
La película, que en México llevó el nombre de “Antwone Fisher: el triunfo del espíritu”, está basada en hechos reales; con un guión escrito por el mismo personaje que da título y vida al personaje principal de la historia, en la que un marinero es enviado al psiquiatra tras presentar conductas anormales con sus compañeros que condicionan su permanencia, a no ser que se encuentre un diagnóstico mental que pueda ser tratado para mejorar su comportamiento. De esta manera, un inexpresivo pero conmovedor Derek Luke interpreta a Antwone, mientras que el propio Denzel encarna al galeno que se embarcará junto al primero en un viaje introspectivo que buscará dar con las razones de los modos de Fisher, sin darse cuenta que en el camino, se les presentaran situaciones en las que surgirán los elementos suficientes para que ambos encuentren el verdadero sentido de sus vidas.
Si bien es cierto que los dramas no son santos de mi devoción, debo reconocer que esta película puede romper los esquemas de preferencia hacia el género; pues a través de una dirección concreta y dedicada en gran medida a la profundidad de los personajes, sin tanta faramalla técnica, hace de los 120 minutos que dura, un verdadero suspiro que sin dudarlo te podría dejar con ganas de ver más.
En ese sentido, es ampliamente recomendable prestar atención a la labor de Washington al frente de un elenco integrado en su mayoría por jóvenes talentos que en un acto de pericia actoral, responden perfectamente al espejo que Denzel les propone partiendo de su actuación como el psiquiatra Jerome Davenport, pues de lejitos es apreciable la proyección del actor en sus colegas, que bien dirigidos hacen de sus participaciones, momentos muy gratos y con un grado de emotividad casi espectacular.
Por lo tanto, está de más decirles que la conclusión para esta película es la calificación de un excelente producto, que retoma las bases del cine de género y muestra a un Denzel Washington irrestricto en sus habilidades para contar historias y ser parte de ellas, así que no esperen más y véanla; no se arrepentirán, se los aseguro. 4 estrellas de 5.

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